miércoles, 30 de diciembre de 2015

Inspiraciones puras

Acabo de escuchar a Muscari, y más allá de lo zarpado que es, me inspira. A hacer cosas, a vivir, a llevar a cabo lo que siempre está en mi cabeza (Clematis puro). Llegó un paciente. Esto tendrá que esperar.



jueves, 24 de diciembre de 2015

Noches mágicas

Otra Navidad que me ha traído una noche mágica, esas que duran unas horas donde todo pasa de una forma inesperada. De la misma forma en que terminé en San Telmo el finde pasado. Casual, espontáneo, y una gran conexión que duró un poco más que el amanecer abrazados. Pero ya pasó, una grieta enorme nos separa... vi un aparatito en su mesita, parecía demasiado pequeño para ser un consolador. La verdad que como no conozco esos juguetes adultos, no tenía ni idea.

-¿Qué es eso?
El fulano se sonríe mientras se viste. Otra sonrisa se repite y no quiere decirme. Finalmente anuncia:
-Es para armar tabaco
-¿Marihuana?
-Sí... pero no siempre...
-Uy... si hubiera sabido no estaría acá
-Pero no pasa nada
-Sí, ya sé que me vas a decir que no dependés, etc. Pero si así fuera no fumarías esa mierd...
-Pienso dejar... pero ahora no estoy preparado para dejarla.

Y ahí entendí todo: el desorden y el estado caótico de su casa. Todo cuadraba. 
Pensar que decía "Sos especial". Le retrucaba: “Se lo decís a todas”. 

-No, no, es que ahora es todo tan free, es raro encontrar a alguien así... ¿Por qué no te conocí antes? –dijo con esa hermosa sonrisa.

En 2007 murió su padre, y a los dos años su madre. Sin hermanos quedó solo. "Del dolor uno crece" dijo varias veces.
Pero no lo sentí así, realmente, al final de la velada. Porque crecer, nada tiene que ver con usar tóxicos para evadirse. Cierto es que no era el adicto como el que vivió conmigo, porque éste socializaba. Fue a buscar una bebida a la barra, y quedó al lado mío. A partir de ahí, no paramos de hablar.

Por suerte, esta vez me lo tomé distinto. Creo que tendré varias noches mágicas, y así las tomaré, como encuentros destinados desde arriba, hasta que un día alguien se quede conmigo.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Pintando camas locas



Un finde largo en la costa me renovó la energía. Villa Gesell fue el destino que nos recibió con bastante frío por cierto. Hacía varios años que no me iba sola con Juli de vacaciones. Es que había tocado fondo de tanto vacío sentimental que viajar era un salvavidas para cobrar fuerzas. Y sí, surtió efecto. Tanto que inesperadamente el lunes un fulano de hace lejos y hace tiempo terminó cenando con nosotras en casa. No pasó más que eso. Creo que nos hicimos compañía, pero no es la persona que estoy buscando.




Cambiando el tema, ayer y hoy tuve unos desagravios en el trabajo. Quizás esta incomodidad me sirva para salir de la zona de confort y hacer algo. Todas las cosas que dan vueltas en mi cabeza y que siguen pendientes, merecen una oportunidad para darme chance. Porque si no lo hago por mí y para mí, si no empiezo a cuidarme, nadie va hacerlo.





Con los aires renovados del mar, llegué y pinté la cama, unos abstractos de colores variados: verde claro, amarillo suave, rojo y blanco. Quedó tan loca que le puso vida a este dormitorio sin amor y sin pareja. Aunque no quiero convivir con nadie. Primero que no me interesa y segundo que con una hija adolescente no sabés a quién metés en tu casa. Eso me pasó el lunes, que mientras disfrutaba de la cena, y creo que eso sentimos los tres, una parte mía también desconfiaba. Me cuesta relajarme.


En lo que no doy pie con bola es con la dieta. Sigo como siempre, la única forma de cerrar la boca es que me enamore... lo digo porque se me va el hambre.


Edith dice que apueste por otros lugares, que en el boliche no voy a conocer a nadie. Sin embargo, el fulano que se apareció con previo aviso y empanadas, lo conocí en el primer lugar nocturno en que nos llevó Roxana. 


Bueno... ya lo estoy nombrando demasiado.

Espero salir este finde y conocer a alguien. Ya me estoy aburriendo y el último tierno mecánico me dejó con la carrocería desarmada.