viernes, 27 de noviembre de 2015

Mecánico, hágase cargo

Llueve en Buenos Aires. Es un viernes feriado, de estos inventados por el último gobierno que se va. Un café sin edulcorante y sin azúcar ha pasado por mi garganta, y una deliciosa banana. La radio me acompaña mientras desayuno en la cocina.
Ahora vuelta a la cama, la t.v. prendida y el paraje mojado a través de la ventana.

Mi idea es hoy volver a dejar las harinas, que después de la decepción de Jopo había vuelto a consumir. Pero me di cuenta que me provoca mucha acidez. Pero él, no sólo me ha dejado eso, sino que algo de mi sensibilidad se ha llevado, porque ya no me enamoro como antes, ya no siento de esa manera pura e ingenua, donde un beso me traspasaba. Ahora es distinto, ya lo he comprobado. Creo que ha tenido que ver con que si alguien que me conocía tanto se comportó de esa manera, qué puedo esperar del resto. Entonces, sin querer, un mecanismo de defensa se generó, no sé cuál sea, qué nombre le daría la psicología ortodoxa, pero yo estoy aquí hecha una mujer nueva, aunque con la misma esencia.


Me he sincerado con Sil, y le he contado, eso ha sido muy liberador. Fue la noche del viernes, cuando luego de hablar por teléfono hasta las dos de la mañana, saltamos de la cama, ducha mediante y nos fuimos a un boliche en Ramos. 

En el medio de la música se lo deslicé pero no le decía quién. Después cada una hizo la suya, y al final cuando nos íbamos, y dijo llamemos a Ale para volvernos, ahí le dije No y entonces le confesé que era él.
Fue fácil reemplazarlo, ya había amanecido y caminamos un par de cuadras hasta una remisera. Para mí, no verlo fue un alivio. Ya está fuera de mi vida.

La verdad es que tengo ganas de tener novio, estoy ya sin miedo para eso. El viernes pasado me vino con regalo, y nos hemos visto el martes. Hace tanto que alguien no se comportaba como un caballero. Hemos ido a un hermoso lugar a tomar un café a la luz de las velas. Es alguien bien distinto. En algún punto, me ha hecho recordar a esos tiempos en que íbamos a tomar algo con mi primer novio. Era un encuentro dulce, romántico, ingenuo. Algo de eso he sentido esta vez, quizá también por la necesidad que tengo de ello.



miércoles, 18 de noviembre de 2015

Más fácil de lo que hubiera pensado

"Nos encantó ser parte de sus vidas" citaba un cartel en la puerta de una legendaria librería de la película "Tienes un e-mail".

Sonaba tan bien ese cartel hoy, con esa frase tan hermosa de adiós y de agradecimiento a sus clientes, con tanta contención espiritual, porque casualmente anoche, sin saberlo, fue la despedida. Pues un ángel apareció este mediodía, rescatándome de tanta adicción a escribirte, aún sin hallar respuesta.

De pronto, me sorprende este sujeto tocándome la mano, cuando sostenía tres paquetes de mantecol sobre el mostrador.

-Hola cómo estás?
-Bien

Me da un beso en la mejilla, y vuelve tocarme la mano diciéndome:

-Pensé que no ibas a venir más

Me sorprendí tanto que casi no tuve respuesta, sólo atiné a decir que iba a ir de vez en cuando...si no voy a rodar con tanto mantecol, por cierto.

Mientras escribo y veo la película que mencioné, el protagonista masculino la visita cuando ella está enferma. Me recuerda cuando me compraste los antibióticos porque me dolía la muela. Te atendí en pyjama y anteojos, detrás de la reja. Y vos estabas tan tierno y preocupado, que aunque me sorprendió, no sabía que te importaba. Pero eso fue el pasado.

Y ahora te dejo ir, y pongo la reja metafórica entre nuestras almas, porque en estos días de desenfreno tu corazón helado se petrificaba aún más ante mis arrebatos.

Es que cuando quieres correr a alguien, nada mejor que perseguirlo.

Pero Dios estuvo ahí hoy, tendiéndome una mano, para terminar con esta carrera alocada del no beso, del no me entrego, del no soy para ti.

Listo. Clink caja y a la bolsa, la cierro y no vuelvo abrirla. La tiro en el placard de los recuerdos y vuelvo a ser feliz con lo verdadero, con lo tangible.

Tantas cosas nos esperan!


sábado, 14 de noviembre de 2015

Como una lady

Mientras desayuno frutillas, banana y nuez, con un toque de dulce de leche, y bebo un café liviano, el jugo de las frutas se mezcla con el de mis lágrimas. Es por vos, que aunque mi parte mental te tiene bien ubicado y catologado, siempre un resto sentimentaloide se escapa por la tangente.

Anoche íbamos a salir, la verdad es que yo tenía ganas de ir a Nuñez, pero entre el partido de fútbol Argentina - Brasil, que se jugaba justo enfrente del boliche, ya lo complicaba.
Después, Clari nos avisó que por los atentados en París, estaban reforzando la seguridad en todos lados, por lo tanto, ese lugar con tantos hinchas de fútbol dando vueltas, dispersándose, iba a ser un caos.
Pero lo principal, es que saber que viajaríamos los tres juntos, casi me descompone. Y si bien en un primer momento, lo quise anular, luego me di cuenta que no podía seguir controlando todo o iba a tener que blanquear. Cuando estaba dispuesta a esto último, Clari se metió en la cama y dijo que algo le decía que ahí no teníamos que ir. 
Así que, me dispuse a meditar, puse antes en silencio el celular, y me quedé dormida.

Ahora, el cachete derecho, en su parte superior, se me adormece, es el síntoma que tengo, con este flaco. Es el miedo y sentir el rechazo. Creo que no tengo que verlo más, que tengo que evitarlo. 

El jueves llovió intensamente, yo llevaba casi sin dormir tres días seguidos, pero la guerra fría, la guerra del no beso, no tenía sentido. Porque cuando no actuaba o no escribía, al final no dormía. 
Así que, intenté usarlo de somnífero, y le tiré tres mensajes, entre la 1 y la 1.30 de la madrugada, con sus espacios de tiempo, para ver si hacía algo, pero por supuesto, no respondió nada:

-"Ya no llueve?"

-"Quizá afuera no y dentro tuyo sí"

-"Si no tuviéramos que escribir mensajes y nos comunicáramos por nuestros corazones directamente sabríamos otra cosa de cada uno..."

Eso sí que era un burdo recuerdo de "Solos en la madrugada". Pero como de todo me repongo, haré lo mejor para olvidarlo.

Hoy quedamos en salir con Euge, y sí, esta vez, tengo que jugármela, tratar de conocer a alguien, aunque me tienta ir con él, porque de ida, puedo portarme como una lady, sin que se dé cuenta de que me importa algo.



jueves, 12 de noviembre de 2015

No dormir o vivir de sueños

Esta mañana es el segundo día que fui caminando al trabajo, para hacer ejercicio. Una hora y cuarenta minutos, es fantástico.
Me doy cuenta lo sano que es no ir en ese colectivo atestado. El sol, los pájaros, la mañana suave, tranquila, quieta, con los primeros albores y mis patas cada vez más duras.

Ayer, al fin, pude hablar con Diego de la facu. Pronóstico del licenciado: "Tu carrera masoquista siempre está en esos lugares. Mejor estrellate pronto, así termina rápido. Y él, va a quedar en el lugar del malo".

Pude dormir anoche, claro porque sólo había dormido dos horas la anterior. Por querer hacerme la recia, no pegué un ojo.

Esta mañana cuando terminé de atender me quedó un sesgo de angustia. No sé si era la conclusión de mi amigo Diego, o algo cruel sobre una mascota que escuché en una entrevista. Me duelen más los animales, que los humanos. Parezco mi paciente, la veterinaria. No es precisamente ese el concepto, pero frente a las vivencias de la gente, uno ya se ha inmunizado. No porque sea fría, sino que yo tuve bastante en mi vida, y siempre me levanto.

Aunque esto me resulta inmanejable. Cada fin de semana que llega, me parece paralizante, porque no sé cómo actuar con él. Y como vienen las cosas, no sé si estaremos a solas. Ya que Sil se peleó con el novio recién estrenado, así que ayer me dijo: "Amiga, volvemos al ruedo". Pero la verdad, es que a mí, lo que menos me interesa es estar en esos lugares huecos.

Más prefiero charlar con Euge o Clari y salir a pasear tranqui, que la eterna histeria de los boliches de turno.

Y sí, todavía no estoy preparada para tranzarme a nadie que no sea el que me quita el sueño.

La tarde resuena afuera con la lluvia coposa. La tele está prendida con una película de guerra que pesqué por hacer zapping, pero que pronto saldrá de mi pantalla.
Me pregunto cuándo una escena agradable se presente en la pantalla de mi vida. ¿Cuán responsable soy de esto? ¿O de quedarme en los lugares donde no soy satisfecha como quiero?

¿Pensarás en mí? Por mi parte, a pesar de que no duermo, mi pasión ha bajado los deciveles. Creo que la clave es no verte. Porque si estás en mi halo, tiemblo...


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Espacios de amor

Medito a última hora porque me he dado cuenta que no lo he hecho, y con la esperanza de que de paso lograré dormirme. Pues casi lo hago, pero se ve que varias cosas pasaron por mi cabeza, que estoy aquí despierta.

Fui a la cocina y asalté el chocolate, acompañado de dulce de leche, nueces y banana. Así no hay verano que aguante, digo por la silueta. 

Al anochecer fui a caminar al parque, mucha gente haciendo ejercicio o acompañado de sus perros.

Muy solitario todo. Llamé a Clari y su celu no contesta, debe haber caído dormida, además de que su whatsap desde ayer no funciona.

Mis amistades están cambiando, porque nuestras vidas personales se han modificado. Entonces los espacios se llenan con otros seres, y sin querer se toman otros rumbos.

Anoche me he despertado varias veces, porque su imagen me asalta en sueños, y me desvela. Casi le mando un mensaje, pero me frené a tiempo. Un poco de ausencia viene bien para que piense. Pero de tanto despertarme en la madrugada, cuando sonó la alarma no pude levantarme, y llegué tarde al trabajo. Mi jefe ya me carga, lujo que se da porque fueron sólo unos minutos, por cierto.

Sandra me ha hablado del pequeño, al que he ido a ver el día de su cumpleaños, la semana pasada. Me ha dicho que ha entrado temblando el sábado a la clínica, pues pensó que estaría su madre. Pobre pequeño. Ella le ha comentado a su hija adolescente, la que estudia diseño de indumentaria, y ha charlado por teléfono con Julieta. Mica, le dijo con respecto al niño: "En vez de hablar que te preocupa, hacé algo".
Y se me ha ocurrido que podemos salir las dos con nuestras hijas e invitar al pequeño. Pues lo que él necesita son vínculos de amor y espacios de encuentro. A Sandra le ha parecido buena idea. Espero que lo concretemos.

Ayer hablé con David sobre él. Y es el único que me alienta, que no emite prejuicios al respecto. Me ha dicho: "Y a lo mejor es una manera de iniciar algo".
Es más fácil empezar cosas de forma desestructurada, más cuando ambos venimos con miedos e historias pesadas. 
No sé si lo digo para conformarme, o si realmente lo siento.
Pero así se dan las cosas, por ahora.

Euge me escribe a la tarde quejándose de Norton, que no escribe, que no contesta, que no aparece.
Al rato, me avisa que de milagro le ha mensajeado, y a continuación, agrega: "Él como si nada... el hdp*".
Le digo que se compre los libros de John Gray, y que así va a entender. 
Es que Norton no tiene que darse por aludido de nada, si no son novios. Sólo se están conociendo, entonces, no hay horarios, ni condiciones, ni reglas. Las cosas fluyen. Si te enojás porque tus expectativas no se cumplen, perdés el tiempo.

Dejar fluir es la consigna. Y no marranear porque no hace lo que pretendés.

Esta tarde, haciendo zapping, pesqué en una película: 
              "La vida es simple: toma decisiones y no voltees para atrás". 

Ojalá lo hiciéramos.



*hdp = hijo de p... (insulto o calificativo durísimo para describir a alguien que se comporta mal)


lunes, 9 de noviembre de 2015

Hay que besarse más

Dios... no dejes mi celular cerca cuando estoy durmiendo, porque más que escribir, escupo todo lo que tengo adentro.

Seis menos cuarto de la mañana, mensajeé sin filtro. Será que anoche hablando con Edith, uno se escucha nuevamente y piensa. Sobre todo con ese pasaje de la película que me relató: cuando alguien por defenderse, termina ahogando a los que están a su alrededor, tratando de amar con su presencia.

Y ahí me ví yo, expuesta, kamikase, loca, arrebatada, jugada... por amor.

-Sin besos no puedo sentir, no me puedo calentar. Y me duele que me rechaces un beso porque me ponés en un lugar... el último, y no me lo merezco, porque yo no te trato mal para que me lo hagas. Las prostitutas no besan para no sentir. Y quizás no te guste de verdad, no sólo estoy para hacerte acabar. No es el sexo lo que me importe, sólo necesito alguien que me quiera, así sea por esos dos minutos juntos. Y cuando tenés miedo no sólo te defendés vos, sino que sin darte cuenta, lastimás al otro. Lo mejor de la noche fue ese abrazo, y dormirte, abrazados.

Por la mañana, cuando llego a la parada del colectivo, nos whatsapeamos con Clari, es una manera de empezar el día, haciéndonos pata. Le comento mi exabrupto de esta mañana, al que me mueve el piso en estos días, y me dice:

-¡Qué lindo lo que escribiste, espero que sepa entender y que no se asuste!
-Ni me importa. Asustado ya está -contesto yo, registrando mi enojo y ya tomando Holly para curar ese estado.
-Jaja... perfecto. Le dijiste lo que te sucede a vos
-Lo que pasa que no mide lo que genera su actitud. Y se lo tengo que hacer ver
-Está perfecto
-Yo ya le dije que confíe en mí
-Qué bien! Ese es el punto, no confía
-Después que no diga que me voy a bolichear
-Ah, jaja, sí
-Estoy enojada... jaja
-Tenés razón. Es que son así
-Y bue, me cansé de ser la buena, la comprensiva, la psicóloga y la p... madre que lo parió... jaja
-Jajaja
-¿Quién es? Brad Pitt? Me trataría mejor...
-Jaja... Nooo... Te movilizó el muchacho
-Es un caprichoso que no quiere abrir la boca
-Un poco de bifes le va a venir bien... Correctivo hay que aplicarle
-Le tiene miedo al lengüetazo
-Exacto. Y así sufre él
-Justo conmigo? Salí...
-Le tiene miedo a abrirse, a mostrarse, a mostrar quién es... Es muy sensible
-Le metí los dedos en los dientes para abrirle, y la dejó cerrada. Jaja... Después más tarde la abrió, para darme el gusto. Porque soy rompebola
-Se niega. Después accede
-Después dormimos abrazados
-Por eso, es un tierno
-Pero en la despedida, otra vez no quiso... Que se arregle su bocho en su taller... Jaja
-Jaja... Correctivo
-Ni que me lo fuera a violar con un beso
-No quiere abrirse. Está negado
-Jaja... Ya está sintiendo
-Sí

Así me desahogué en el trayecto al trabajo, pero después el día sigue. Y por momentos, lo extraño, lo quiero, no veo la hora de verlo.

Y me pregunto cómo le habrá caído. Me preocupa un poco. Pero no tengo que arrepentirme. Yo también tengo derechos. Y si no se da cuenta lo que me pasa, debo decirlo. Pase lo que pase. Primero yo. Pero no en el sentido egoísta. Si no que sufro, y no tenemos que lastimarnos. Ya sé que él no quiere nada, pero sea lo que sea lo que está pasando, está bueno ser claros.

Después el destino decide. Y trato de relajarme. De no controlar nada. De darme cuenta que lo mejor es soltar todo, y entregarlo a la Madre.

Si me oculto y no soy sincera, seríamos como dos ciegos caminando por una ruta incierta. Sé que mi franqueza asusta. Sil me dice que los virginianos tenemos una manera de hablar que ella no comprende, porque le cuesta mucho abrirse.

Pero no me puedo pasar la vida poniendo parches y tratando a todos con algodones. Más cuando me siento lastimada, de alguna manera.

Ya veo que con esto, la próxima vez, ni bola. Con armadura el pibe, y tras las rejas.

Bueno. Basta ya de tanto pronóstico nublado. Mejor vamos con las frases:


  • Encuentro al hombre que me quiere y me comprende.
  • Sabe de mi sensibilidad y se adapta.
  • Puede besarme y ser cariñoso normalmente.
  • Entiende que el amor es parte de la vida y se entrega.
  • No le teme a vivir, ni a enamorarse. Ni a las locuras que hago o que escribo. Sabe que mis arranques tienen la base del amor y me entiende. Disfruta de estar conmigo y busca compartir ese tiempo libremente.




domingo, 8 de noviembre de 2015

Abrazados en la madrugada

Estoy solamente dejándome fluir. Ya que eso he aprendido con la Meditación, dejar el ego de lado,  el control absoluto de todo y ver qué se presenta.

Anoche la salida no era el lugar elegido sino la vía hasta allá. Todo fue transformándose de tal forma, que no sé si es realmente así, pero es lo que hoy siento.

A la ida fuimos hablando, tranqui. Yo sin demostrar nada, él me miró sonriente en un momento, calculo que  en esa mirada iba incluido un trozo editado de la película de los últimos acontecimientos: mis declaraciones de afecto, mis chistes locos, mis frases desafiantes y sin filtro en las noches cuando él trabaja. 

Como esta vez me llevaba a un lugar distinto, un complejo de departamentos ultramodernos, me preguntó:

-¿Vas a un cumpleaños?
-No, voy a lo de Eugenia. Es una psicóloga amiga. Después a lo mejor me tenés que ir a buscar a Nina, por colectora.
-¿Qué es... un boliche?
-Sí, pero no es seguro.

Yo ya sabía que Euge no saldría, pero quizá podía convencerla. De todos modos, lo que menos me importaba era conocer a alguien. Lo que quería, lo tenía al lado, conduciendo. 

Euge estaba de última, pero té de por medio, hicimos un repaso de todos los comportamientos masculinos: los del presente, los del pasado, los de nuestras amigas y los propios.

Dos horas después, regresaba. En el trayecto me relajé, y sin pensarlo le dije, mientras mi palma se apoyó en su muslo:

-Te extraño
-Acá estoy -me dice resuelto girando su rostro para enfocar mis ojos rasgados.

Creo que todo se fue dando así por algo, Sil de novio y Gaby también, única forma de que pudiéramos centrarnos en lo que no podíamos ver por el entorno.

Pero retrocedamos en tiempo, y hagamos un repaso de lo que pasó esta semana, donde luego de escribir mensajes nocturnos al viento, decidí pasar los días contando como preso los que llevaba sin textearlo. Pero cada noche que no escribía, me despertaba en la madrugada transformándose en un insomnio declarado por dos o tres horas. 

Extrañarte fue fuerte. Pero llegó el viernes, y cuando me desperté a la 1 de la madrugada, luego de no pegar un ojo, y de prender y apagar la luz del velador infinitas veces, decidí contarle lo que me pasaba cerca de las tres menos cuarto:

-No me puedo dormir
-Hola ¿qué te pasa?
-Me desvelo... Hola, cómo estás?
Es que me dormí y me desperté a la 1. Me pasa todas las noches... bah estas últimas noches.
¿Sabés arreglar canillas? Es del patio y la necesito para las flores.

Luego de cuatro mensajes sin contestar, sólo texteé:

-¿Se te murió el celular? Le voy hacer respiración boca a boca
-Ja ja. Sí, vos decís?
-El dueño del celular se lo extraña un poco. 
Y extraño los abrazos y los besos del dueño del celular.
Tengo que traer bolsas de tierra fértil del vivero pero cierra a las 19 hs... y vos no sé si trabajás a esa hora.
Bueno, ¿me duermo o espero que se te caiga una letra? No sabés lo bien que me hace saber de vos... así sean dos escuetos mensajes o hasta que me levantes el bloqueo... Mirá que Estados Unidos ya le levantó el bloqueo a Cuba...
Bueno, necesito algo para dormir... Algo lindo... cómo era tu abrazo, venía con algo más la otra vez... voy a tratar de imaginar tu abrazo si no, no me duermo.

Ahora que lo pienso entiendo porqué anoche cuando volvimos, luego de decirle que no me iba a bajar sin un beso, y las caricias se fueron por dónde menos pensábamos... resignado reclinó mi butaca y luego la suya se durmió abrazándome con mi cabeza en su pecho. 
Es que la noche anterior, trabajando, no había dormido y luego pasó a buscar a sus tres hijos, y como no tenía sueño, la pasó con ellos, asado de por medio.

Cuando me acosté, tardé un rato en dormirme, sin antes no quedarme sin decirle lo que tenía atragantado, vía mensaje de texto, por supuesto:

-Cuidate mucho. No entendí porqué no me besás... yo no voy hacerte nada malo, tenés que aprender a confiar en mí. Y para mí, un beso es prioridad, no sirve tener miedo. El miedo te paraliza, no te deja sentir, ni recibir lo bueno del otro.

Él iba en viaje a Ezeiza, casi habiendo dormido unos quince minutos, abrazados. 
Un abrazo que alimentaba el alma, que reconfortaba a dos seres que apenas pueden comunicarse, y que en un momento se besaron, pero con tiempo cronometrado.


jueves, 5 de noviembre de 2015

La palabra mágica

Hay que dejar fluir. Me siento tan bien, que me asombra.

Confieso que anoche me desperté y me desvelé, su imagen me traspasaba.

Pero ahora estoy feliz, y estoy bien, espero que no sea la euforia de siempre... 

Una mujer me llama para hacer terapia, sus celos la carcomen, el control la desequilibra. Entonces pienso, que en algún punto, cuando yo pretendí controlar la situación con él, aunque no por celos, sino simplemente por obtener lo que quería, tampoco estuvo bueno.

Ser libres... es la consigna. Dejar todo ahí. Si es, es. Si no es, ya fue.

Te suelto. Realmente te suelto.

Será que tantas cosas pasaron... ayer fui a ver Santi, cumplía seis años. Viajé en remis hasta Rafael Castillo. Sabía que era un día muy importante para él, y que conviviendo con sus abuelos, esperaría a la madre, que lo ha abandonado. Esto le generó un retraso en el habla, y no se le entiende nada, a veces, ni monosílabos.

Apenas llegué, el niño me regaló todos sus caramelos. Nos habíamos conocido en una sesión hace dos meses. Ese día sentí su necesidad de afecto, y a pesar, de que no hablaba, de algún modo, nos conectamos. Esa conexión que va más allá de las palabras.

Ayer, jugamos en el patio, en una mesa grande donde prolijamente alojaba sus juguetes. Abrió los regalos, y estaba fascinado: una pelota, unos autos, un camión y unos animales salvajes. 

A quince metros, en una mesita de jardín, su abuela postiza, con su cigarro y su mirada penetrante, me invitaba a sentarme. Así que estuve yendo de mesa en mesa, charlando y jugando. 

La señora de cabellos canos, me obsequió un esmalte en agradecimiento. Se dio cuenta que soy fan de las uñas.

Después nos sacamos una foto, y el pequeño feliz. Cuando me estaba por ir, le pedí un abrazo. Me dio tres abrazos inmensos, tan gratificantes.

María del Carmen, me saludó diciéndome: "Que te vuelva todo el amor que das". Le agradecí, y en ese momento pensé en Ale.

Volviendo a la escena, el pequeño esperó todo el día a su mamá, pero ella no fue a verlo. Estuvo toda la tarde hasta el anochecer, atento al timbre y al teléfono, expectante.

En los cuarenta minutos que estuve allí, que se me pasaron volando, el niño no vocalizó nada de forma clara, todo lo que pronunció fueron sílabas inentendibles.

Pero cuando subí al auto que me estaba esperando bajo la sombra de un árbol, nos despedimos con la mano, él y sus abuelos, y yo, agitando las manos. En ese instante, Santino gritó con una claridad y una perfección asombrosa: "¡Gracias!"

Ahí comprendí que su regresión al hablar, es solamente emocional. 

Hace un rato me visitó en el consultorio, jugamos hasta la bolita... esto yo no lo hacía desde los diez años! 
Y aunque otra vez no se le entendía nada, Santino es rápido para armar cosas, la mecánica, los planos... eso lo tiene muy claro. Es inteligente, capaz, sólo necesita que el amor le llene el alma.


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Desprenderme de lo que me hace mal

Es el momento en que me despido de vos, en que te vas de mi corazón, aunque siempre aquí tendrás un sitio privilegiado. El amor es así, dar, sentir y soltar. Y ahora te suelto. Con todo lo que implica, reconocer mis errores, mi apresuramiento, y ubicarme en esos lugares de merd... dónde no me dan bola, no me registran, no saben quererme.

El mismo rol que ocupé con mi padre lo repito una y otra vez. Siempre ocupado, trabajando, indiferente, solitario, crítico, despojado.
Y de grandes, queremos revertir inconscientemente la escena: mírame, dame bola, amame, haré hasta lo imposible para merecer tu amor...

Y en esos lugares indeseables colocamos a los sujetos de turno para luego calificarlos como fríos, inertes, helados...
Pero vos no estás en ese lugar, sé que no. Porque en estos meses logré verte. Ver el sol de tu alma, que se esconde en esos viajes nocturnos y vuela de casa en casa para no sentir nada. Para no herirse más de lo que ya sangra.

Adiós hermoso, que encuentres el alma que te corresponde para ser feliz en esta vida.

Y ojalá que yo también la encuentre.

Vamos con las frases:
  • Decido lo mejor para mi vida.
  • Elijo el hombre que me quiere.
  • Doy lo mejor de mí y así lo recibo.
  • Me dejo querer, y voy hacia personas que me quieren.
  • El amor es libertad, y libero a los seres que quiero para que decidan amar sin conflictos, sin prejuicios.
  • Amarme a mí misma, es quedarme donde pueden quererme.

martes, 3 de noviembre de 2015

O te rompo los esquemas... o se rompe esta ilusión

No es que bajé los brazos, pero más vale que los baje, porque si sigo jugando con los mensajes, no voy a ir a  ningún lado.

Ya lo hice ayer dos veces, a medianoche y a las 2 y pico de la madrugada.


En el primero, terminé escribiéndole: "Después de charlas maratónicas por teléfono, me voy a dormir, diciendo "Soy una persona prudente, voy a portarme bien" ja ja... Medio beso te mando".


Por supuesto que la prudencia no me duró nada, y menos si me despierto a mitad de la noche, sin filtro. Momento en que el sueño deja salir libremente al inconsciente, y ahí no hay nada que me detenga:


"Tu abrazo para dormir da resultado eh... Mirá, si no te enamorás de mí, por lo menos, te vas a reír un rato, o te gusta mi parte espiritual o mi desfachatez, sobra de las dos te digo, no sé cuál más... Te acordás de esta canción: "Yo tengo fé y creo en el amor, yo tengo fé, también una ilusión, yo tengo fé que todo cambiará..." no sé cómo sigue pero está buena, no? Uy... si te desperté sorry, te mando 300 besos, tk* aunque cambie de remis, en uno que de vuelto me den besos sin que yo los tenga que pedir... ja ja... No puedo estar sin hacer bromas, bue sigo durmiendo... Terminó la tortura china (a mis hermanos le dicen Chino, sabías?). Bueno, fin del comentario, besotes".


Por supuesto que me desvelé y no me dormí hasta las 4.30. Al trabajo llegué tarde y mi jefe médico estaba en mi escritorio usando la compu, y dice: "Encima que llega a la hora que quiere le tengo que dar el lugar".

Esta vez, aproveché, para hacer las pases, y le confesé que me hace acordar a mi abuelo y a los hermanos de mi abuelo. Es cierto, su fisonomía, su forma de hablar, hasta sus movimientos al caminar. Es lindo recordar a mi abuelo, yo lo adoraba, y en los almuerzos grandes, cuando venían sus hermanos Toco, Manuel, y otros era un deleite.

Pero la vida continúa, y todas estamos hablando de dónde vamos el finde. En parte, siento que tengo que poner un freno a todo mi ímpetu, porque del otro lado hay un silencio... Así que cambiar de boliche, es la mejor salida. Pero bueno, no sé si quiero conocer a otro. Cómo me cuesta... soy fiel aún donde no hay nada. Porque simplemente soy leal a lo que siento.


Igual la noche es tentadora, el otro sábado, en un momento me crucé con la mirada de un flaco que estaba bárbaro, y él también se impactó porque justo me estaba riendo.

Luego, se acercó, se quedó un rato, oteando, pero yo ni la hora... qué pérdida de tiempo.

Ayer hablé con David, y ahora estoy esperando el llamado de Diego. Increíble, acabo de escribir su nombre y suena el teléfono.´


Diego me pregunta por mis expectativas, ya que esto parece el monólogo, y no de "esa parte femenina", justamente, cuya obra de teatro es hiper conocida. Más bien, el monólogo de mi corazón, que está más solo que la luna allá arriba.


Lo único que sé es que ya no voy a escribirle. Que dejaré el celular bien lejos para no tentarme a mitad de la noche.


Diego dice que sobre el tema sexual cada persona tiene sus tiempos. Pero que es muy difícil remontar una situación sin verlo, sin que me conteste, y sin viaje de por medio.


Todo eso es cierto. Si yo fuera mi paciente, me diría, que salga el finde, que conozca a otro y si luego vuelvo a cruzarlo ver cómo fluye.


Pero lamentablemente yo no soy mi paciente. Soy más bien una impaciente, que no tiene suerte en el amor, y que todo esto es cómo remarla en dulce de leche.


Mejor vamos con las frases:



  • Encuentro al hombre que quiero y me quiere.
  • Tenemos buen sexo amorosamente.
  • Es bueno, sano y divertido.
  • Me tiene toda la paciencia del mundo.
  • Me ama y no resiste, y se anima a decírmelo.
  • Bla, bla, bla...


*tk = te quiero.



lunes, 2 de noviembre de 2015

Tratando de aceptar la realidad

¿Cómo se hace para olvidar? ¿Cómo me desprendo de vos, de esos pensamientos que hacen un laberinto en mi mente, y no sé cómo salir?

Te quiero, pero vos... no sé. 


No quiero estar pendiente. No quiero sufrir. 


Porqué te conocí? Quiero salir corriendo de aquí, borrarme en la playa de tu amor, para no saber más qué es esto que siento.


Puedo decidir que no te cruces más en mi vida, pero lo voy a sentir mucho.


Qué puedo hacer? Ya nada... olvidarte, dejarte ir, pensar que no te conocí...


Quién sos? 


Un alma que se atravesó en mi destino para decirme que no estoy tan sola, que de algún modo estabas ahí.


Porque aquí en el presente, tu ausencia es grande, salvo en mi cabeza.


¿Qué pasa? No hay otra cosa en qué pensar.


Puedo ahora mismo mentalizarme, y cerrar la puerta. Chau, nunca más y nunca menos...


Sólo sé que lo único que le pido a Dios es que si algo sentís por mí, me lo demuestres con claridad. 


Quiero cerrar los ojos y dormir... Y despertar cuando esto haya pasado, por sí o por no.


Está bien, mi cabeza va a estallar, pero vuelvo a practicar lo que tiene que tener mi mente, para que el amor tenga lugar en mi existencia:



  • El hombre que me quiere llega a mí con cariño, con dulzura, con entrega.
  • Ese hombre es bueno, y sólo quiere mi bien.
  • Nuestras charlas son tan placenteras como nuestro sexo.
  • El buen humor y el compañerismo es algo natural en nuestra relación.
  • Juntos sabemos que somos los más felices del planeta.

El mejor regalo del mundo

Noviembre, el mes que este blog tomó otro caudal, otro significado, hace un año.

Hoy siento que estoy cansada de dar, de esperar y de comprender al otro. Ya saben de lo que hablo.

Este es un momento para mí, mientras bebo el té mágico (una mezcla natural de manzanilla, canela, coriandro, clavo de olor) que he aprendido cuando me acerqué a la medicina ayurvédica. 

Un médico para mi corazón. Aunque curarse empieza por casa. Con las frases, con los deseos, y corriéndote del lugar de donde no te quieren.
No le pidas peras al olmo, andá a comprarlas directamente, y si es época.

Jamás podría haber siquiera adivinado lo que te pasa. No se me hubiera ocurrido que tu problema atacaba justo ahí directamente. Según los alemanes* se trata de miedo, simplemente. Según Rainville, además de eso, puede ser rencor a una ex pareja.

Por lo menos me sirvió para entender porqué no viniste ese día. Y ahora, ya decantando todas las respuestas me hamaco en el sol de la vida para decidir si sigo en el placer del subir y bajar, mirando el cielo, o si me bajo de la metafórica madera que me sostiene, de esas dos sogas que son tus ojos cuando te veo.

Sólo voy a recordar esta frase, que fue un regalo y un descubrimiento cuando contestaste a mi whatsap. 

-Vos, además de tener enyesado el corazón, debés tener enyesado el teclado... no sabés lo que te extraño
-Vos decís? Pero si yo no hice nada
-Ya sé que no. Pero yo siento mucho, lo que pasa es que me cuesta mostrarme. Mostrar lo que siento. Me hago la chistosa para disimular, pero soy re sensible
-Sí, ya me di cuenta. ¿Cómo estás?
-Bien, en la cama. Cerré los ojos para dormir y pensé en tu abrazo. Me gusta dormirme pensando en algo lindo.
-Bueno, te doy algo mío para que puedas dormir, mi cariño ¿sí?, y algo más
-Ay qué lindo...sos re dulce... Ahora no voy a poder dormir... Jaja ...hace mucho que vengo pensando en vos, como ves disimulo re bien
-Pero qué querés? ¿Sexo nomás o algo más?
-Lo que se vaya dando. Yo siempre apuesto a todo, dar lo mejor, brindarse, dar cariño, y el sexo es importante, pero todo es un conjunto de cosas. Y yo soy así, siempre doy todo, no me sale de otra manera. Después es el destino.
Y si fuera que yo sólo busco sexo, todos los findes me iría con uno distinto y sabés que no es así.
Yo hablo mucho y boludeo mucho, y todo lo que conté siempre fue verdad, porque no me sale mentir, no está en mi esencia, no puedo. Me gusta la sinceridad, es el valor más importante para mí.
El otro día cuando te dije que tenía muchas ganas, no era de sexo, era de sentirte cerca de verdad, esa sensación del abrazo, de las caricias, de la ternura, de que alguien está cerca desde el alma, más allá del cuerpo.
Pero en este mundo tan free, tan light, cuando a alguien le decís así se asusta y sale corriendo. Pero yo no muerdo, ni nada.
Bah, algunos mordiscos te voy a dar...

Acá baja el telón porque el resto es para la vida privada.
Pero digamos, que alguien me dé su cariño, esa palabra no la escuchaba desde mi primer novio, con el que estuvimos juntos más de siete años.

En fin, ahora no sé. Las cosas son distintas, quizá de la boca para afuera. Él tiene un problema psicosomático que tendrá que resolver cuando se decida a dejar de controlar su cabeza, sus sentimientos y todo lo que implica cualquier relación de amor, porque en definitiva, se llame pasión, sexo, cariño, calentura o amor verdadero, siempre implica soltarse. Y soltarse es vivir, pero el miedo es un gran boicoteador. Así que, veremos, yo puedo tener toda la paciencia del mundo, pero no quiero pedir amor, ni mendigarlo, ni querer permanecer en lugares que me echen.

Por lo pronto, voy con mis consignas, las únicas que me llevarán a pensar distinto, y a crear un nuevo destino:


  • Atraigo al hombre que me quiere y que también quiero.
  • Tenemos sexo con amor, normalmente.
  • Mi hombre es cariñoso, dulce y bueno.
  • Sabe amarme con entrega, y sabe que juntos somos los seres más felices de la Tierra.


*"La enfermedad como camino" de Thorwald Dethlefsen y Rudiger Dahlke.

"La metamedicina. La curación a tu alcance" de Claudia Rainville.