jueves, 24 de diciembre de 2015

Noches mágicas

Otra Navidad que me ha traído una noche mágica, esas que duran unas horas donde todo pasa de una forma inesperada. De la misma forma en que terminé en San Telmo el finde pasado. Casual, espontáneo, y una gran conexión que duró un poco más que el amanecer abrazados. Pero ya pasó, una grieta enorme nos separa... vi un aparatito en su mesita, parecía demasiado pequeño para ser un consolador. La verdad que como no conozco esos juguetes adultos, no tenía ni idea.

-¿Qué es eso?
El fulano se sonríe mientras se viste. Otra sonrisa se repite y no quiere decirme. Finalmente anuncia:
-Es para armar tabaco
-¿Marihuana?
-Sí... pero no siempre...
-Uy... si hubiera sabido no estaría acá
-Pero no pasa nada
-Sí, ya sé que me vas a decir que no dependés, etc. Pero si así fuera no fumarías esa mierd...
-Pienso dejar... pero ahora no estoy preparado para dejarla.

Y ahí entendí todo: el desorden y el estado caótico de su casa. Todo cuadraba. 
Pensar que decía "Sos especial". Le retrucaba: “Se lo decís a todas”. 

-No, no, es que ahora es todo tan free, es raro encontrar a alguien así... ¿Por qué no te conocí antes? –dijo con esa hermosa sonrisa.

En 2007 murió su padre, y a los dos años su madre. Sin hermanos quedó solo. "Del dolor uno crece" dijo varias veces.
Pero no lo sentí así, realmente, al final de la velada. Porque crecer, nada tiene que ver con usar tóxicos para evadirse. Cierto es que no era el adicto como el que vivió conmigo, porque éste socializaba. Fue a buscar una bebida a la barra, y quedó al lado mío. A partir de ahí, no paramos de hablar.

Por suerte, esta vez me lo tomé distinto. Creo que tendré varias noches mágicas, y así las tomaré, como encuentros destinados desde arriba, hasta que un día alguien se quede conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario