viernes, 30 de septiembre de 2016

Esta noche quiero vale cuatro

Último día de septiembre, y última fecha quizás para tenerte tan cerca.

Una torre de emociones se juegan esta noche. Nuestros hijos que crecen y que celebran el fin del secundario.

La felicidad es cada minuto con quien decidas compartirlo.
Hoy estarán las personas más valiosas, que ayudaron en el viaje, que nos sorprendieron, que dieron lo mejor para los chicos.

Recien, Su me relataba cómo es todo, y ya casi lloro.

La noche se vestirá de magia, de encuentro, de nostalgia por lo que vendrá.

Iré a disfrutar y cómo expresa Tini, con lo genuino del amor incondicional, que es lo único que vale realmente entre los humanos.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Anclada por tus rosas

Cómo me reconstruyo, cómo hago para salir de este duelo. Siete días me separan de tu encuentro, esa fiesta a la que preferiría saltearme, pero que no puedo hacerlo.

Hoy mi escape es el club, donde la paz absoluta y el paisaje me ampaea.
Mi dolor necesita un canal, y mi torrente de huída son estas palabras. Encadenadas por espinas y rosas, como es para mi tu recuerdo.

Ni se puede navegar si no llegas a puerto. No se puede salir si no pido otro bote, y aunque tu ausencia es un ancla dolorosoa en mi pecho hasta en el reflejo del agua hoy te veo.

martes, 20 de septiembre de 2016

Chocolates congelados

Martes en Jauregui, hazte fan. Es que mañana no trabajo por el día de la sanidad, y Julieta no tiene clases por la llegada de la primavera, así que nos vinimos a remar.

Nuestro dador de remos se dio un chichón en la cabeza con una punta de acero en la guardería de botes. Estaba con un hielo para atenuar el dolor y dos días de reposo y una inyección.

Remamos en el chinchorro, bote ancho en el que me siento segura, a pesar de que no hay lanchas, hoy una pasó a cierta velocidad. Ahí rezas para que no se te de vuelta. Siempre hay algún desubicado.

El río es lo que me ayuda a olvidar... es que post Bariloche ya no me tiene en cuenta. Primero congelé yo, y luego él.

Aunque tendré que verlo en la fiesta en diez días. Espero que sea un trámite rápido como para no sentir nada. Chapear como que no existe y que reviente. Total lo que me pase por dentro, ni cuenta va a darse. Es mi especialidad disimular. Pero me pregunto, toda la vida será así...
Uno desea y no es precisamente el que te busca.
Amor, deseo, ilusión....dame un poco de alegría, y que no me duela verte. Ojalá ya no.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Adicciones que ahogan

Poner en palabras todo lo que no podemos expresar, y que nos tragamos en porciones que no disfrutamos, donde la ansiedad, la soledad y la falta de cariño aderezan todos los platos.

Por cuál cosa cambiaría todo esto? Seguramente por la felicidad de saber que alguien piensa en mí y me quiere. Entonces estoy llenando ese vacío amoroso por comida que me intoxica, me sobra.
O sea, como no hay amor, me alimento de sobras. Y con el efecto posterior, mo me quiero.
Y me demuestro que no me quiero porque me afeo engordando.
Me siento pesada y no me puedo mover bien con los kilos demás.
No puedo ir por aquello que quiero.
Me privo, como alguna vez me privaron de amor. Todos tenemos esas quejas infantiles eteenas. Pero no hay padres perfectos. Ellos hicieron lo que pudieron con lo que recibieron y con lo que aprendieron.
Pero por qué no puedo quererme yo? Por qué no puedo hacerme responsable de lo que estoy haciendo y produciendo? Poe qué puedo ser tan eficaz en mi trabajo, que es un servicio hacia los demás, y no puedo ser tan correcta y aplicada conmigo misma?
Es necesario que mw de cuenta de mis actos compulsivos y adictivos. Me estoy atiborrando de comida cuando en realidad, lo que necesito desesperadamente es amor.
Y tras mi fachada de seguridad, sólo yo elijo privarme de compañía masculina. Porque nadie quiere estar con una mujer con 15 kilos demás.
Por qué no puedo hacer por mi lo que soy capaz de hacer por los demás?
Porque no tengo el valor de pedir amor?
Por qué me postergo, me abandoni, me censuro?
La vida merece ser cuidada, y cuando no soy capaz de cuidar mi cuerpo, no cuido mi vida.
No cuido ek regalo que Dios me dio. Y de este regalo del que fui merecida, al no cuidarlo no me permito a pleno a cumplir con mi misión. Con la misión para la que fui enviada (como lo fuimos todos).
Porque si estoy bien con mi cuerpo, porque lo cuido y adelgazo, me siento más plena. Satisfecha conmigo misma y eso atrae la alegría genuina, esa calma de saber que estás haciendo lo mejor, pero esta vez, no para los demás, sino para conmigo nisma.

martes, 13 de septiembre de 2016

Todo viaje, te cambia

Un combo de Pine y Rock Water, es mi preparado de hoy de flores de Bach. Es que estos días mi mente paró todo, por ese sentimiento de culpa que nunca tengo hasta que me la crucé a ella, me saludó, me presentó a su cuñada (tan patoteril como la primera vez que lo vi), y hasta me invitó a sentarme a su mesa. Para tanto no me da el personaje, así que me excuse pues tenía que avisar a mis padres que Juli ya arribaba.
No sé quién me la mandó, si los malos o los buenos. Pero yo que tengo mis códigos quise congelar todo, y la mente tiene un poder increíble para eso.
Pero los días pasaron y lo extrañé de alguna manera.
Como dice Clari, no podés hacerte responsable de una situación que no es tuya sino de ellos. Aburrimiento, chatura, costumbre. Eso es algo que desarrollaron ellos, vos no tenés nada que ver.
Tanto le debe haber significado este viaje que hasta cambió su imagen de perfil. De un prócer a un paisaje de mar.
No me quiero hacer la película pero la otra madre cambió, unos días antes que él, la foto de sus hijas por la del Lanin nevado.

Es que todo viaje genera un cambio. Siempre para mejor. Hay una conexión con uno mismo diferente, con las cosas que querés, con ese deseo genuino de qué querés de tu vida.
De todos modos, somos libres y esa libertad es la única que cuenta.
Ni hablar que empecé el nivel de nuevo, y eso aleja o atrae a la gente según la vibración. Sil no quiere que lo ponga en la lista para que disfrute un poco.
Y más allá de eso, es en lo que me tengo que concentrar: disfrutar, no pensar tanto ( o no usar tanto la cabeza, como dice Analia), fluir.
Es que si así fuera, mi vida sería distinta.
Es como el cambio que hizo Julieta, post-Bariloche: está feliz, segura de sí misma, ya no le tiene miedo al ridículo.... hasta bailó en la calle mientras esperábamos el domingo el colectivo y pasó un auto por la plaza con los parlantes a full.
Toda esa desinhibicion que ha aprendido de mí, debo recordar aplicarla para este momento, no sea cosa que me pierda de mi alma gemela.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Aeroparque: Despegar en tus ojos

Euforia. Dulzura. Una mezcla de sensaciones. Ahora ese es mi termómetro, en cambio ayer en Aeroparque cada vez que se supone nos separaríamos por las distintas fases del cheking, una sutil dosis de angustia se subía por mi pecho hasta mi garganta.
Por suerte, fueron tantas las veces que sucedió y que nos volvíamos a encontrar todos en los pasillos, que cuando pasó la última etapa del embarque ya estaba lista.

Hasta último momento, inclusive en el aeropuerto, los padres me seguían dando cartas sorpresa que los chicos recibirán una de las últimas noches en Bariloche.

Mis padres nos llevaron por lo cual compartimos este momento, como todos aquellos desde que partí con Julieta con sus dos meses y medio. Tengo tantas cosas para agradecerles a ellos que no me alcanzarían los capítulos de este blog para hacerlo.
Así como en mi caso, de 29 alumnos más de la mitad sus padres fallecieron o casi nunca han tenido relación con ellos. Una lista detallada al respecto, más detalles médicos y teléfonos he tipeado para que los padres acompañantes se lleven.

En este grupo de whatsap un fallido de alguien al teclear sobre si llevaban o no el buzo de "estresados", nos terminó haciendo reír cuando otro padre remató: "Ellos "egresados 2016" y nosotros "estresados 2016".

Al pasar el último embarque, una madre, sin querer, se quedó con la campera de su hija en la mano. Así que comencé a llamar a los padres acompañantes pero ninguno me atendía.
Finalmente uno de ellos me llamó y le cuento....
Como no había manera de pasar, él tenía que volver a hacer la cola de nuevo. Le dije riendo: "Ésta es la primera, de tantas que les van a pasar".
Para poder encontrarnos sucesivos llamados y mensajes de whatsap, más los padres con la campera siguiendome, y los abuelos de Juli atrás, nos desplazamos por los distintos pisos, pasillos y escaleras mecánicas.
En un momento me llama y pregunta:
-Donde estás?
-Aca en donde nos despedimos
- Ah...yo estoy del otro lado del vidrio

Como este vidrio es opaco y alto no podíamos vernos, pero tenía espacio libre en la parte de abajo a 15 cm del piso.
Entonces asomo mi bota y mientras continuamos hablando le digo:

- Acá está mi pie... lo ves?
- Sí... ahí voy

Entonces me acerco al límite donde están los guardias que te revisan el pasaje y él sale.
Le doy la dichosa campera que nos otorga el último encuentro, hasta que regresen, Dios mediante, del viaje más lindo que hemos preparado para nuestros hijos.