domingo, 30 de agosto de 2015

Sin harinas... alguien bueno me espera


Me estoy planteado cerrar esta sección del blog. Creo que el objetivo de armar el nuevo libro, está listo. Y no sé si tenga sentido seguir hablando de lo mismo. Es más, hoy llegué a una reflexión, en cuanto al sexo. Para los hombres, llegar a tener sexo significa, en general, que la relación termina, porque el objetivo está cumplido. En cambio, para nosotras, llegar a tener sexo significa que algo comienza. Creo que para un mismo hecho, tenemos dos puntos de vista, completamente distintos. Y si nosotras, aprendemos a ver esta posibilidad como ellos piensan, no seríamos tan susceptibles. No volaríamos tanto, no nos engancharíamos.

Anoche con Euge y Sil fuimos para Martínez. Nos volvimos, porque había cola como para pasar la noche al lado del río. Así que cambiamos de boliche. Aterrizamos en Nuñez, lugar al que no íbamos desde el año pasado. Nos encontramos con un viejo doveriano, qué raro...

La pasamos bárbaro. Las tres con chiche nuevo. No sé por cuánto tiempo, todo es tan efímero...

A la vuelta, tuvimos que dejar al fulano de Euge, y bueno, qué país generoso el nuestro.

Mi pierna va mejorando. El fútbol me ha dejado una lesión en el cuádriceps en mi tercera clase. Pero no por choque o agresión como suponen los hombres. Nada que ver, nosotras jugamos tranqui y vamos a divertirnos. La lesión fue sólo por el movimiento, y en los ejercicios técnicos. Lo mismo que me podría haber ocurrido en un gimnasio, con alguna postura incorrecta.

Ah, y la última decisión que tomé, hace tres días. Creo que también tiene que ver con el cierre de este blog. Resulta que no puedo con mi adicción a las harinas, lo dulce me puede, más sin amor a la vista. Mi ansiedad se disuelve en unos besos y con un poco de atención. Ya lo saben. Lo he dicho un montón de veces. Entonces, entré en Meditación, y le pedí ayuda, porque quiero adelgazar, y también quiero estar bien, en todo el sentido de la palabra. Lo espiritual es importante, pero también tenemos que cuidar nuestro cuerpo, ya que es nuestro templo del alma. Algo así, leí en los Mensajes. Bien, sigo. Ahí me bajó una idea. Dejar de consumir harinas absolutamente, como una promesa, para conocer al amor de mi vida. Digamos una razón, una motivación, un sacrificio. Tanta gente lo hace porque es celíaca, ¿por qué no podría yo hacerlo?

Así que arranqué. Ciento por ciento sin harinas. Totalmente metida en la dieta. Y estoy bien, con mucha más energía. Porque como dice el libro "Cerebro de Pan" del Dr. David Perlmutter, la harina produce adicción, ansiedad, depresión, aplastamiento, además de otras enfermedades cuando el gluten se pega a las conexiones neuronales, Alzheimer, por ejemplo.

Cualquier cosa vale la pena para estar bien. Si total, hay alimentos más sanos. Y además, ya dije, no quiero bolichear más, quiero encontrar el amor de verdad. Y el primer paso es la convicción, mientras tanto vivir y disfrutar, ser feliz y hacer el bien, es mi lema. Ya pronto aparecerá el correcto (aunque quizá no tan correcto, porque no me gustan los estructurados, pero sí alguien que me trate bien y me haga reír). Todos tenemos nuestra alma gemela, lo importante, es tener la convicción de que alguien bueno nos espera.



lunes, 24 de agosto de 2015

Quien no maulla, no consigue nada. Firmado: La Gata Flora

Nosotras nunca nos decidimos. No nos gusta lo que nos ofrecen. No estamos conformes. Siempre corriendo la coneja de lo que no es, o de lo que no puede ser. Cuando nos dan bola, nos achicamos. O escapamos. Y cuando no, nos quejamos que todos son iguales. Que el mundo es cruel, que el amor no existe. Bla, bla, bla.

Y encima estoy rebelde. Por qué?. Justamente porque no me quiero doblegar. No quiero que me acorralen. Y encima hoy me confirman que aún estoy sin campos. Lo acepto, pero no me gusta. Listo, me olvido, no puedo estar pendiente de esto. Sigo mi vida lo mejor posible, haciendo lo mejor que puedo. Qué sé yo.

Ayer me la devolvieron. Yo que me hago la canchera, y después semejante respuesta, me fui por la tangente. Hoy no quiero escribirle. Pero... él supongo que espera. ¿Por qué espera y no hace? Siempre todo lo tengo que hacer yo?

Me gusta. Pero también me da miedo que me responda, que me dé bola, que pueda comenzar una relación seria. 

Pero por otro lado, me quiero enamorar. Es algo que necesito, que busco hace tiempo. Ni Dios me entiende. Por favor, dame fuerzas. Para no ser tan cobarde. Para dejarme querer. Para darme una chance. Total con probar, no pierdo nada... ¿por qué no puedo hacerlo? 

Confianza es lo que me hace falta. Convicción en que las cosas pueden suceder. En que lo positivo llega a mi vida. En que lo bueno puede ser parte de mi existencia. En que un hombre me puede amar.


sábado, 22 de agosto de 2015

O quieren sólo sexo... o si no es doble bando ¿en qué quedamos?

Me duelen los ojos pero ya dormí lo que necesitaba. Esta última semana dejé de llevarme agua al trabajo y arranqué con poco líquido, por lo cual estuve hinchada, y Reina, la enfermera, me explicó, que si tomo agua, orino y me desincho. Al no tomar, retengo más líquido de lo normal, sobre todo en fechas claves.

Anoche salimos a despejarnos pero, en realidad, ninguna de las dos tenía ganas. Y menos de darle bola a alguien, por lo tanto, Jopo vino a buscarnos temprano.

En un rato, fútbol. Después quedamos en encontrarnos con Clari. Un café en Fiamma, nuestro restobar, donde desayunábamos después de venir de San Telmo, y en el empalme bondi-bondi, ahí nos recuperábamos con un café y unos vigilantes recién horneados. 

Edith ayer vaticinó su tirada: puede ser una relación seria, pero todo va despacio. Tan lento que Clari dice "es doble bando". Edith agrega al respecto: "¡Cómo somos las mujeres, si quieren sexo nosotras queremos algo serio, y si no proponen nada, es que son gay!", refiriéndose a que no todos son iguales. Y no... 

Anoche nos encontramos a Mark, quiere que le mande whatsap porque cambió de celu y perdió mi contacto. Luego a otro flaco que conocí en Molier, un viernes que los hombres estaban como desesperados,  digo alzados. Este flaco estaba loco con mi pelo (y ni siquiera habíamos bailado), me recogía el cabello para atrás pues decía que mis lindas facciones no se veían, y yo que había ido a la peluquería a hacerme la planchita, lo quería matar. Igual divino, me hacía reír. Después vimos a Señor Peludo, Mister Copa, siempre agarrado del vino, o de lo que venga, pretendiente de Sil, que con tanto p... no se olvida que soy psicóloga. Es que hay profesiones que nunca se olvidan... Después Metro Sexual, qué lomo, el RPP de Ramos, amoroso, pero no es mi estilo, sólo me encanta saludarlo, porque como nos recibió la primera vez, sin su hola, algo nos falta en la noche. Lo más amoroso del lugar, según Sil, el pibe del guardarropa, el resto bastante histérico, y también esta vez, mucho pendex con traguito, bailecito entre ellos y fotito. De minas, ni hablemos.

Sigo apostando a mi deporte favorito. Divertimento puro y ejercicio. Cambié los botines, hoy los pruebo, veremos. 

Nos quedaría desempolvarnos esta noche. Si es que aparece algún auto. Aunque preferiría un encuentro con Señor Tímido, total yo no tengo apuro. Sólo unos mimos me ayudarían con la dieta. Mi sangre lo único que necesita son unos besos. Así se endulza el líquido rojo que va por mis venas, avisa al hipotálamo que está todo en calma, y en consecuencia, el hambre desaparece. "Busco sustituto de dietólogo, sin listas de restricciones, sólo un poco atento. Eso es todo".

P.D.: me lesioné el cuádriceps, algo sonó con ruido, será un desgarro? Necesito que alguien me cuide! Jaaaaaaaa

miércoles, 19 de agosto de 2015

Sensibilidad pisciana

Tengo una mezcla de sensaciones, chuchos de frío, nostalgia, grupo viejo y grupo más viejo aún, llamado de mi antiguo grupo, y del último ni noticia. Las cosas pasan por algo. Todo en la vida tiene una explicación, una especie de juego en donde tirás la pelota y alguien te la devuelve.

Como la otra noche en Martínez, fuimos a un lugar nuevo, y en el medio de lo inesperado, algo se dio. No sabemos cuándo volveremos a ver a ciertas personas que conocemos, o si es un encuentro único. Lo importante es la conexión, sea el tiempo que sea.

Esta noche pensaba ir al entrenamiento, pero este estado de semi gripe, realmente no lo habilita. No es lo apropiado, más en cancha descubierta.

Lo único que me mantiene arriba en este momento, es mi nuevo deporte: el fútbol. Femenino porque jugamos mujeres. He ido el sábado a Flores, donde empieza un grupo nuevo. Quedé literalmente destruida, pero fantástica, porque me he divertido mucho. Y eso es lo que busco en este momento. La motivación. De paso, ponerme las pilas y sacarme todos estos quince kilos de encima que he incorporado los últimos tiempos.

El feriado me invitaron de otro grupo a jugar. Aprendí muchas cosas: el precalentamiento, mejor que en Flores, y una técnica que discutí con el entrenador, y me dio el fundamento. Entonces, cuando lo entendí, lo apliqué, antes me revelaba contra eso. 

Estoy en la cama tapada porque es la única manera de reponerme. Afuera  hay un sol incipiente, y pinceladas de nubes blancas.

Hoy al llegar a casa, unos hombres se acercaron, padre e hijo, adultos, explicándome que alguien había robado su perro salchicha de 8 meses, de la parte de atrás de su camioneta. Me dieron su tarjeta por si sabía algo del cachorro. Porqué la gente sigue procediendo inadecuadamente. ¿Para qué robar una mascota inocente? Sufre el animal y los dueños. Cuánta justicia necesita este mundo.

Volviendo al tema del momento, por lo menos, en mi vida, el fútbol es lo que me da una sonrisa estos días. Sólo el hecho de saber que voy a ir a jugar, me motiva. Está bueno, eso, ya que antes mi motivación era el fulano de turno que me ignoraba por completo. Y tener la cabeza en otra cosa, me permite ya no estar pendiente de ningún hombre del planeta. Todos queremos el amor, pero no a costa de un corazón sumiso.

El sábado he estado en otro planeta mientras conectábamos, pero el hechizo dura muy poco. No sé porqué. 
Fuimos con Sil, y por primera vez, se sumó Euge. Encontramos a Gaby con el novio, allá. El lugar era pintoresco pero la gente muy mayor. Salvo él, un pisciano muy dulce y tranquilo, al que espero volver a ver. Si Dios quiere...


miércoles, 12 de agosto de 2015

Recuperando la energía con fútbol femenino

Suena la cumbia bolichera, es como estar en Molier, salvo que sin pendex y con la lluvia afuera, muy leve.
Anoche mensajeando con peludo bonito, amigo, sólo eso. Después un sueño horrible, como antes de la época en que la Meditación llegara a mi vida. Hasta me sentí levitada. No podía zafar, era desesperante. Así que entre dormida lo único que recordé es decir "Soy Cristo", "Soy Cristo", varias veces hasta que pude despertar. Algo pesado el nene tiene, y lo capté.

Estoy a full averiguando dónde practicar fútbol, y si no encuentro ya me veo mañana en Palermo. Es que es lo único que me motiva en este momento. Tanto es así, que iba a salir a caminar y empezó a llover. Así que acá en el living improvisé todo, baile, gym con pelota rosa chicle, esas de pinches, bien livianitas, y a patear. Super. Lástima que rompí un frasco de flores de Bach. No importa. Pero no puedo parar. Hoy sentía una mezcla de fútbol y "Sex and the city", las dos cosas quería... mmmm me está faltando algo...

Tengo un montón de clubes anotados. Iría todos los días, pero igual no sé si me va aguantar la cintura, por el pinzamiento sacrolumbar de nacimiento. Igual no me voy a quedar acá. Estoy re entusiasmada. Es que cada vez entrevisto a más chicas que juegan fútbol femenino. Y yo algo entiendo, porque con dos hermanos varones, aprendí bastante.

Caro y Gaby, pusieron "Mi meta es ser feliz", en el perfil de whatsap, y la verdad, que aunque parece un slogan, así vale la pena vivir. Pensando e intentando ser feliz cada día. Haciendo las cosas que te gustan. O estando con la gente que te pone bien. Una cosa trae la otra. Porque cuando hacés lo que te gusta, tu energía cambia. Y eso pretendo, ya no me puedo quedar quieta: ésta era la energía que tenía a los 20. Después me deprimí a los 30, y no volví más a tener esa energía. Así que recuperarla ahora, es glorioso. Ahora lo que me queda es recuperar la silueta. Es que yo sin macho, engordo. Pero si no adelgazo, no hay hombres. Así que a cerrar la boquita. Ya empecé con la banana pisada, con levadura virgen y un café, reportándome con Vivi, a ver si me pongo las piletas. Si no, se va a notar la escasez...



domingo, 9 de agosto de 2015

No todo es lo que parece...

Llueve a más no poder. Estoy en la cama, con la t.v. prendida de fondo, que da los porcentajes aproximados de quiénes fueron votados. Hoy fueron las elecciones primarias en Argentina.

Hace dos días que ya no pienso en el pendex. Digamos que he cambiado de figuritas. Todo platónico, porque de hecho no hay nada. Sin embargo, hace dos días lo tengo presente en mi cabeza. Pero no quiero demostrarle nada. Intento ser muy cauta. Ya que tenemos una relación de amigos, por así decirlo, ya que ni siquiera somos eso.

Cambiemos de tema. Esas personas que parecen que no les importa ninguna mujer, y sin embargo no es cierto. La otra noche alguien me mandó un mensaje de voz equivocado. La cuestión que yo no me daba cuenta quién era, ni siquiera por la foto de perfil. Pero el viernes, por una circunstancia extra, contestó mi mensaje de texto por whatsap, y ahí, al ver la foto, me di cuenta quién era.
Cuando se lo dije, minimizó el hecho diciendo que el mensaje fue para una "amiga" y que sin querer me lo mandó a mí. 

Más tarde volví a escuchar el mensaje, y no parece ser una amiga.
En el audio se lo nota interesado, comienza llamándola "Corazón", pero al final le dio una directiva de que no saliera. Esta sugerencia se la marcó dos veces, y con un tono entre agresivo y celoso. En resumen, resultó ser "un cuida".

Es decir, todo lo que él marca, de que no quiere compromiso, de que no tiene novia, de que picotea... quedó desbarrancado con ese mensaje de voz, donde se descubre su otra veta: dulce, posesivo, celoso, y con sentimientos.

Por eso digo, nadie es lo que parece, y todos tenemos sentimientos. Hasta el más gato, hasta el más superfluo, aparentemente.



viernes, 7 de agosto de 2015

Viernes de invierno, abrazo de fuego

Hoy nos desquitamos. "Nene malo" suena a full en mi notebook conectada a los parlantes. El color se está haciendo en mi pelo. Quiero bailar y escribir al mismo tiempo, todo no se puede, nena!

Esta música me inspira, me hace acordar a San Telmo, aunque ya no se puede ir de tanta gente. Esta noche nos vamos a Martínez, hace mil que no voy allá.

Volvemos temprano porque mañana tengo cita con la odontóloga. Pero hoy quiero divertirme. Con la mente limpia, sin rastros de nadie en mi corazón. Sin chispas, sin nostalgias de caricias. 
Aunque cómo te besaría si te tuviera cerca. 

No siempre nos podemos dar todos los gustos. Por ejemplo, te echan los perros justo los que no te interesan. Hoy en la office zafé porque tenía mucha gente y mis informes estaban casi listos. Escapé por la puerta mientras me reclamaban despedida. Ya lo había saludado, pero él dijo, que yo lo había hecho pero que él no, y que pasara y cerrara la puerta. Jaja... 

Por otro lado, ahora el whatsap anuncia a quien no me interesa.
Todos los bobis del mundo menos vos, por supuesto. Guardate tu abrazo gigantesco, si no me dejás sentirlo en carne propia. ¿Para qué me escribiste? ¿Para sacarte la culpa o para dejarme caliente? Si fue un intento de ser un gentil caballero... vos sabés que yo no puedo con eso... Con vos, todo, es mucho más que sexo. 

Esta noche es un momento nuevo. Y como dice la cumbia marchosa, "Quiero que esta noche te portés muy mal" (es que me lo pide "Nene Malo"... no es que yo lo quiera hacer!).

Aunque no podré portarme tan mal porque volveré en remo con Sil, hoy no puedo trasnochar. Mejor así. Mejor que te deseen, que se queden con las ganas y que revienten. Porque cuando les demostrás un ápice de lo sensible que sos, huyen. 

Nadie quiere sensibilidad, los sentimientos hoy no están de moda. Aunque sé que mi alma se quiere encontrar con tu alma. Pero mientras jugamos a las escondidas, porque el destino dice que aún no es nuestro tiempo, hay que disfrutar, con las mejores intenciones, con la sonrisa a pleno.

Hoy es viernes a la noche, y tiene su sello: la segunda chance para todos los que estamos libres. 

Todos pueden ser felices cuando se saquen las asquerosas caretas banales, y el brillo de las luces no desfigure más sus matices de cariño, que alguna vez sintieron. Quizá cuando eran niños, adolescentes y unos años más (mi generación vivió eso). 
Cuando decirse la verdad, valía la pena. Cuando intentar el amor, era una apuesta de todos. No había otra, ésa era la manera. 

Hoy sexo libre, besos, y un vacío inmenso que te queda luego de cada intento. 
Quiero cambiar todo eso. Es posible. Soñemos que se puede, que mostrarse con el corazón es algo que vale la pena. Porque no hay caricia más linda que ésa que sale del fondo de tu alma y me inunda de la maravillosa ternura que llevás dentro.



¿En el amor...sos gato importante o perrito faldero?

Mientras empieza a tronar de vuelta, la t.v. me semblantea el político que me quiere convencer, o que quizá quiera hacer algo.

Esta mañana no salí en bote de milagro ¡cuánta lluvia! 
Fui a trabajar porque ya había gente esperándome, si no, me quedaba.
Pedí "protección y equilibrio, y asistencia para no mojarme dentro de lo posible", cuando lo decía mientras cerraba la puerta, pensaba qué locura. Pedir no mojarme con esta lluvia. Y sin embargo, la Madre siempre te escucha. 
Y sí, cuando me tocó salir, la lluvia era tenue y llegué seca. Con mi paraguas, mis botas de goma y mi campera para nieve.

Medité contestar un whatsap casi 24 horas. Al final, mandé con fritas... pero después de tanto halago, no obtuve respuesta. La vida sigue, la vida continúa por suerte.

En el amor si actuamos como los perros, nos va mal. Mover la cola y ser los perritos falderos, fieles, amistosos y siempre dispuestos, no sirve para que el otro te tenga en cuenta. Todo lo contrario. Cuando das seguridad, el otro no te valora y pierde el interés.

Pero si actuás como los gatos, en el amor te va bárbaro. Los felinos hacen lo que quieren, te podés cansar de llamarlos y si no tienen ganas te miran desde lejos. Pero cuando se les antoja se te acercan, ronronean y sutilmente te rozan con la cola para que te des cuenta que ellos están presente.

Es tan fácil la receta, que si no la aplicamos, la culpa es nuestra. No le pidas peras al olmo, ni llores, ni patalees.

En este nuevo libro que estoy leyendo, un párrafo resume la capacidad de soltar. De desprenderse de las relaciones y de no aferrarse a nada. Aquí va:


  • "En la vida todo cambia constantemente. Si nosotros no lo hacemos, no estamos fluyendo con la vida.
  • Si no fluimos con la vida, vamos a sufrir.
  • Si estamos sufriendo ahora, es porque no hemos cambiado.
  • El cambio no implica sufrimiento, sino la creación de nuevas circunstancias.
  • Cambiar forma parte de nuestra naturaleza. Por eso hay que abrazar el cambio y amarlo, sin temor"*
Sé que hablar con mi compañera de grupo me ha cambiado totalmente la energía. Me dio potencia. Entusiasmo, alegría. 

Y todo eso, provocó un giro interno, donde no dependo de un hombre para estar pila. Y ya no me importa nada, vendrá quién vendrá, y mientras tanto ya no es fundamental el sendero ni el objetivo, ni la ruta ni la llegada, sino la forma en que transite ese camino. 

Según cómo lo viva, con placer o con alegría, ahí está la clave, y así será el resultado. Ahí me constituyo a mí misma. 

Porque lo esencial es invisible a los ojos, y donde está el corazón, no está la fachada. 

Y aunque las formas y los modos nos seducen al principio, si tenés las manos vacías es porque no acariciás nada. 

Y el amor verdadero, se siente en una caricia, en un abrazo gigantesco, y cuando el sexo es un verdadero encuentro.

*Del libro "¿Y tú qué crees?" de Eva Sandoval, Edit. Urano.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Con la verdad, se abren los caminos

Anoche se aclararon cosas. Todo surgió espontáneamente y por whatsap. Medio de comunicación que nos tiene atrapados hoy en día. Mientras contestaba, seguía haciendo la cena, y desplazándome por toda la casa.

La conversación fue con una de mis compañeras del grupo de Meditación (la que me bardeó en una oportunidad, y hoy podemos hablar sanamente). Eso es muy bueno, porque significa que no han quedado reproches ni rencores. 
Por lo menos, entendió y pude expresar que si ellos, son mi grupo, no debo recurrir a otros si no quiero. 
Y más aún, que los extraño y los necesito. Ya que estas últimas tres semanas, me he sentido sola sin su apoyo. 

De once que somos, ocho ya pasamos por la experiencia de perder nuestros campos energéticos, y como somos humanos, algunos con más fallas que otros, no estamos exentos a la posibilidad de que vuelva a sucedernos. 
Por esa razón, argumenté que si somos una familia espiritual, tenemos que estar juntos en las buenas y en las malas, salvo que haya problemas de afinidad, y a esta altura, no lo creo. 

Es más, pienso que es necesario volver a reconsiderar las interpretaciones con respecto a este tema, para no dividirnos, ni perder gente. 

Y esto me hizo entender muchas cosas... Así como cuando se armó la bataola, hace unos meses, porqué a mí se me ocurrió preguntar al instructor qué pasaba con la gente sin campos, el boomerang me volvió, y me dio sin miramientos. Pagué en carne propia mi cuestionamiento. 
Pero esto me sirve para entender, que si nos elegimos para estar juntos, con una causa común, tenemos que saber que no somos perfectos, y apoyarnos es la piedra fundamental de esta familia espiritual. 

Ya que de otro modo, sería como si tu familia biológica te hiciera a un lado porque estás enfermo, justo cuando más los necesitás. 

Con esto, me di cuenta de lo importante que es hablar, de aclarar las cosas, algo que tanto me cuesta, porque en algún momento de mi infancia aprendí a callar, a no molestar. Y eso no es bueno. 

Ya que nadie puede saber lo que siento, si no lo digo. Nadie tiene la bola de cristal, ni puede adivinar si sufro, si me siento sola, o si los necesito.

Espero poder ver en mí qué es lo que me está jodiendo internamente que no me permite recuperar mis campos energéticos. Yo creo que es una falta de fé, en parte. Y quizá haya algo más. 

Como dije anoche, sé que no soy una santa, que me equivoco muchas veces, pero no hay mala intención, ni me hago la tonta, ni quiero tapar el sol con la mano. 
Esa demanda me afectó, por lo injusta, por lo que significó hacer bien mi trabajo e intentar defender a una niña de abuso, sin resultado alguno. Porque la justicia miró para otro lado. 
Ahora, es el momento de poner las cartas sobre la mesa, y confiar en que la Madre velará por mí en este aspecto. Porque si no dudo en absoluto en que me protege para tantas otras cosas, no puedo tambalear en esto.

Y tener confianza significa creer. Y como el libro que estoy leyendo ahora*, según lo que creo, según mis pensamientos y mis convicciones, se produce una transformación de esa energía en materia. 

Cuando creo que puedo, esa convicción crea, a su vez, una nueva circunstancia que lo demuestra. Es decir, se manifiesta todo lo positivo que está en mí de antemano. 

Pero cuando dudo, desconfío, o pienso que todo va a ir mal, así sucede. 

Creo que esto mismo me pasa con los hombres. Pienso que es difícil encontrar alguien que me quiera, que me elija, que me aprecie, y finalmente así sucede...

Sé que muchos de estos resultados, tienen su origen en mi infancia. Cuando no te dan mucha bola, algo así pasa en el amor después.

Aunque no puedo remitirme sólo a eso. Es un conjunto de cosas por resolver. El padre de Juli ha sido un gran fantasma en mi vida. No lo dudo, pero por suerte, eso ya terminó. 

Y la chance que me doy cada vez que salgo, es una prueba de que intento conocer a alguien que me quiera, y al que yo pueda querer. 

Pero lo difícil es la coincidencia. 
Elegir a quien te elija. 
Es como probar en un rompecabezas, y para eso hay que tener paciencia. No bajonearte, no descreer. 

Eso intento siempre, por eso, no me desmorono. Es más, me recupero fácilmente. Hoy por hoy, el último fulano ha pasado al olvido. Y hasta podría darme el lujo de rechazarlo si apareciera. Porque hoy tengo la autoestima bien arriba. Y la conversación de anoche tuvo mucho que ver con eso. Fue un espaldarazo importantísimo, ya que mi compañera, me invitó a ir al campo con Juli cuando quiera. Y saber eso, fue como si me abrieran la puerta de nuevo.

* Libro: "¿Y tú qué crees?". Autor: Eva Sandoval. Editorial: Urano.



lunes, 3 de agosto de 2015

Canción de despedida

Ayer fuimos a caminar por Palermo con Juli. Aprovechando que almorzamos en el shopping, mientras yo me metí en una librería, ella recorría los locales de moda. Me sumergí entre los libros, inspeccionando tapas, editoriales y autores nuevos. Me fui proyectando más sobre mi próxima edición, y terminé comprando un libro: "¿Y tú qué crees?" de Eva Sandoval. Recién lo empiezo.

De alguna manera, ver el lago, los patos, la gente en rollers, caminando o en bicicleta, me preparó para lo que se aproximaba. Esta madrugada me despierto, y como hago siempre, miro la hora para ver cuánto me falta para levantarme. Esas cosas que después que tenés hijos, no recuperás como antes, mi forma de dormir es diferente, entrecortada, breve, y con una gata que maulla si me pesca con los ojos abiertos.

Una linda dedicatoria de despedida. Con muchas más líneas de lo esperado. Y lo que confirma, indudablemente, que no es del montón. Así que, me retracto y pido perdón, por cualquier adjetivación desenfrenada que le haya tocado en este blog. 

Aunque lo podría haber dejado ahí, contesté. Y lo bueno de todo esto, es que nos dijimos lo que pensábamos. Sin especular si quedábamos bien o mal. Por lo menos en mi caso, no me importó. Fue bueno expresar lo que tenía adentro, una práctica que se esquiva bastante en estos tiempos.

Cuando salí del trabajo una sensación entre la garganta y el pecho hacía una especie de cosquilleo. No era angustia, no era tristeza, pero sin duda, tenía pinceladas de todo eso.

Esa sensación amarga, brotaba de mí, como la espuma de una cerveza, que en pocos segundos se extingue. Bueno... a mí me tomará un poco más que eso.

He pensado en sacar algo bueno de todo esto. Empezar un deporte, o anotarme en zumba, o en el gimnasio. Algo de eso. 
La vida fluye y cambia todo el tiempo, y la única manera de no sufrir es adaptarse a ese cambio, y superarse atravesando las situaciones y las circunstancias. 

Crecemos todo el tiempo, y sé que de otra vida nos conocemos. Esta sería una cuota pendiente, esos encuentros cercanos donde dos almas se conectan, quién sabe para aprender qué...

Estas últimas semanas me dieron para que tenga. Otro tema es el grupo de Meditación, no puedo reunirme por falta de campos (una cuestión energética, digamos), y entonces no entiendo hasta dónde esto es una familia espiritual? 
No puedo ir al campo, justamente por mi falta de campos. Toda una cadena de cosas que aún no sé si han sucedido porque yo no debo estar allí, o porque yo sola me enriedo.

Cambiando el tema, el sábado a la tarde Juli se ha reunido en casa con sus nuevos amigos. Es que en su división hubo grandes cambios, y las elecciones de cada grupo han hecho que cada uno haya emprendido otro camino. Los que van a bailar ya no vienen, y los que siguen a los líderes cantantes del momento, tampoco. Y en ninguno de esos dos grupos encaja ella. Lo único que le importa es hacer ropa y crear sus propios diseños. Ahora está terminando una camisa de raso color fucsia. Le he preguntado por enésima vez si quiere ir a bailar y me dice que no le interesa. Que los viernes va al colegio, y de ahí a Piazza, y que cuando sale a las 9 de la noche, sólo quiere venir a casa, cenar, ver la novela e irse a la cama.

Otra cosa que le encanta es ir a comunidad, un invento de los colegios religiosos que hace unos años llevan a cabo para los adolescentes. Es los sábados a la tarde, se reúnen en la escuela, y van vestidos como quieren. Juli se echa el placard, jaja, no tanto, pero se esmera... Charlan de sus cosas, hacen juegos, todo dirigido por coordinadores jóvenes, unos años más que ellos. Después, los que quieren van a misa de las 7. 
La cuestión, que como estaban en vacaciones de invierno, se extrañaban, y se armó una reunión. Necesitaban una casa, y aquí vinieron. Yo me borré, por supuesto, así estaban tranquilos. Todo bien.

Volviendo al tema "desamoroso", habrá que seguir, habrá que repuntarla. Otra alma que se va. 
La vida sigue, la vida es juego. Por más que nos duela las personas no se quedan para siempre. Es que vivir es un suceso de encuentros. Algunos duran más, otros menos. Unos te llenan el corazón, y otros te hacen brillar los ojos cuando los recuerdas...



sábado, 1 de agosto de 2015

De cacería

El triunfo del amor, ¿es sólo en las películas?
Anoche por fin salimos, hace rato que no coincidíamos con Sil. Llegó a casa y Juli la asesoró con todo lo nuevo que está aprendiendo en Asesoría de Imagen. Sil chocha, sonriente y predispuesta, la escuchaba atenta. Si hay algo que ambas tienen, mi amiga y mi hija, es la diplomacia y la sonrisa, todo eso, viene con ellas, es que ambas son de Libra, y son las características del signo.
Entretanto, nos dimos con unos videos de María Marin, en su sitio de internet, www.mariamarin.com, bien humorísticos y llevaderos, explica sobre hombres, sexo, amor, autoestima y dinero ¿quién da más?

Nos fuimos a medianoche. Salimos a caminar, como antes, cuando éramos más gasoleras. Después el bus, subimos por la puerta del medio, era imposible entrar por adelante, estaba atestado de gente.

Sil me contó que había visto a un fulano doveriano, que esa noche se comunicó para mandarle unos emoticones de besos y decirle que iba para otro lado. Tuve una intuición en ese momento, y oh! casualidad se cumplió, porque el pibe estaba allá en Ramos. Aunque, cada uno por su lado, la frialdad que se vive socialmente hoy día, se comprueba momento a momento.

En este lugar, a diferencia de San Telmo y Martínez, los hombres vienen bastante tímidos, así que nosotras les hablamos de cualquier cosa, si la ocasión lo habilita. Pero el lugar tiene sus virtudes, nos queda cerca, la música es relativamente buena (aunque a veces se zarpan con tanta música en inglés del ´90, ojo, lo nacional la rompe, y eso sí está bueno)la luz es adecuada como para no ensartarte, y la limpieza es constante. Pasamos gratis, qué generosos... eso deben hacerlo siempre, si quieren contar con nuestra presencia, jaja...

Decidida a pasarla bien, la mano venía bastante fría, los grupos, los histéricos, los tímidos, y los que no te producen nada cuando se acercan. 

Cruzamos un intercambio con un Pelito Parado, pero después desapareció por la tangente.
Sil se entusiasmó con uno, poco afeitado, el homosapiens peludo, que cuando nos acercamos a charlar, andaba lentificado. "Está en re en p..." me aclara Sil, para hacerme entender que estaba alcoholizado. Ella se entretiene con los "oscuritos" (y aquí me refiero al alma, y a todo lo que conlleve: chupi, etc.). Porque como no busca nada, sólo divertirse, mientras alguien le hable, le da lo mismo. 

Dando vueltas, ya cuesta arriba, me encuentro con un joven doveriano. Un divino de esos, nos saludamos con un abrazo, esos amigos que encontrás en un lugar inhóspito y te reconforta verlos. Nos conocemos hace seis meses, y la magia de la dieta, más una camisa, que es lo mejor que les queda a los hombres, a mi gusto, lo cotizan bastante. 
Estaba con otro amigo, y mientras hablábamos los tres, se excusó luego, con que iba a buscar un trago. Traducción errónea o no, yo me borré. 

Ahí me encuentro a Sil, y fuimos a dar la séptima vuelta olímpica de la noche. Nos ubicamos en un hueco en la barra, y divisamos un fulano perdido. No sé qué detectó que a los cinco minutos se nos acercó. Había venido solo, y no sé que está pasando con mi antena que intuitivamente le capté todo. Primero que tenía novia, y charlando con ambas, lo admitió. Después terminamos bailando, le esquivé sus amagues de besos, hasta que ya no. 

Por cierto, con Sil no entendemos, si es tan fácil besar, y la técnica es la más simple de la existencia humana, porqué algunos no la aplican instintivamente. Este era el caso. Recordé los besos del pendex, que eran pura química de entrada, y sin libreto. 

Finalmente nos pusimos hablar, porque ya le captaba la onda, y la verdad que no tenía ganas de que den todo por hecho. 
Se notaba por demás que venía con una abstinencia de semanas... y le pregunté claramente porqué estaba todo mal con su novia. 
Su mirada lo dijo todo, o por lo menos yo lo leí instantáneamente, y le dije: "Ustedes no tienen sexo". El pibe, bastante maduro cronológicamente, aunque no en apariencia, se sorprendió de mi GPS. Entonces, refiriéndose a su relación, mencionó la palabra amor, pero que no había deseo. 
Le dije que sin sexo, no había pareja, y él asintió que ya era como una relación de hermanos. ¡Qué aburrido! 
"Es que vos no te animás a dejarla por cómo se vive hoy. Todo es frívolo y sin compromiso. Yo también estoy cansada de relaciones vacías".
El pibe no quería bajar los brazos, ni darse por vencido: quería sentir el oro en polvo, sugiriéndome que nos fuéramos solitos. Finalmente le aclaré, que si había venido a buscar sexo, se había equivocado de mina, que no perdiera el tiempo. 
Se ofendió un poco, me miraba, se ponía serio, y mis dichos lo descolocaban. 
Es que algunos piensan que somos todas como de manual, 2+2 son 4, y dos besos y a la cama... qué ingenuos...

Las mujeres necesitamos otro tipo de estimulación, por lo menos en mi caso. Y además, mi onda, no es irme del boliche al telo. No me gusta, me da miedo, y prefiero que la remen un poco más que eso.
Además, como tenía novia, le dije: "A mí no me gusta ser la segunda de nadie".

Así que opté por irme, aunque intercambiamos teléfonos, lo usual en estos encuentros. Cuando me estoy despidiendo, y aún estábamos de la mano, vi que Pelito Parado (el que hallé al principio, y escapó por la tangente), venía muy dispuesto, acercándose para hablarme... hasta que registró que mi mano la custodiaba el fulano. Cómo son eh... siempre a destiempo. Y bueno, se ve que no tuvo éxito en la noche, y venía a buscar consuelo.

Nos escabullimos con Sil, y llamamos a Jopo para que venga a buscarnos (fuimos como la Cenicienta, pero queríamos volver como Princesas, al menos en ese aspecto).

Ya en la puerta, esperando su llegada, salió el joven doveriano (el que se fue a buscar un trago antes), con el amigo, solitos, sin noche exitosa. Nos reímos, y me dio un abrazo de esos lindos, cálidos, bien de amigos, y como nos encontramos en todos lados, nos faltaba pasarnos los datos, así que capturó mi teléfono de una tarjeta, y sonriente leía "angustia, ansiedad...", y agrega: "Si me sacás todo eso...!". En ese momento pensé: "Yo no te voy a sacar nada, aunque vos tendrás que hacer lo opuesto". 
Y bueno, chicos, no es que yo quiera algo, simplemente que las ideas sexovirtuales se me cruzan sin quererlo.

Total, soñar... no cuesta nada.