viernes, 11 de mayo de 2018

¿Dónde encuentro o cómo busco la canela de la vida?

No dormí en toda la noche viendo «La casa de papel», la segunda temporada. La primera la vi hace un par de días, con los ojos abiertos hasta las 4 de la madrugada. Sin duda, no puedo ver Netflix durante la semana, porque eso implica trasnochar e ir a trabajar sin dormir nada.

El dinero, el tiempo, el amor, el mundo financiero (bicicleta, curro, o como le llames) son algunos temas de esta serie. Pero el principal es esa desigualdad de oportunidades, de riqueza y de clases sociales.

La equidad parece algo difícil en este mundo. Pero nos acostumbramos a ello, y sobrevivimos como si fuera parte del juego y no le damos importancia.

Mientras tanto, conectarme con el mundo real me cuesta mucho. Quizá por falta de fe, porque no me ilusiono o no sueño como antes. Y no se cómo recuperar esa chispa que me hacía buscar gente, tener sueños, o desear enamorarme.

 Paralelo a esto, tengo un síntoma que ha aparecido después de un par de noticias que me shokearon. No sé si es real o si estoy somatizando.

La indiferencia es lo más fuerte en este momento. Me siento inmunizada a cualquier sentimiento, y a la vez, mi sensibilidad es tan fuerte que no deseo exponerme a nada.

Quiero pensar que puedo cambiar esto, que puedo ser un humano con las sensaciones, las ganas y las posibilidades que experimentaba antes de que me lastimaran.

Necesito saber que del otro lado pueda haber alguien que me entusiasme, que provoque en mí ese deseo que he perdido, porque siento que la vida sin amor no tiene gusto a nada.

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