lunes, 29 de octubre de 2018

¿Y si la oruga se transforma en mariposa?

Una manera nueva de ver las cosas.
Pedir en tu grupo de compañeros de Whatsap lo que quieres, ya que es realmente milagroso por la energía que le ponemos a los rezos, yo me atrevo, me juego y confieso: quiero un novio.
Es que todas las noches, a cierta hora, el emoticon de palmas juntas elevadas hacia el cielo, simbolizan nuestras energías encauzadas por un fin noble: pedimos por la sanación de compañeros y de familiares, y se incluyen otros deseos básicos que surgen en el momento.
Entonces, si yo me atrevo a exponerme, a contar la realidad (aunque no cuento nada, ellos sólo se hacen la cabeza por la hora que vuelvo), y pedir amor, porque no es algo vanal, es un anhelo auténtico.
 Lo que significa dejar de caretearla y sincerarme con lo que deseo. Guau! Requiere valentía y caradurez para hacerlo.
Algunos, que me verán fría o superada, se preguntan «¿Es en serio?».
Los que se aburren de sus matrimonios, me dicen que así estás mejor, que después no salís.
Eso es decisión de cada uno. Podes salir y tener con quien compartir amor.
Y frente a este pedido, lo que me toca es vencer el miedo. Arriesgarme, aunque no pueda dormir. Aunque tenga que salir de la cama, para prepararme  Flores de Bach (Mimulus, Rock Rose,  Agrimony, Cherry Plum, White Chesnut). Pero pasan las horas, y si no saco todo esto que siento escribiendo, seguiré girando entre las sábanas.
Arriesgarse, intentar un romance, una relación, un encuentro, es como una crisálida, si pensás en el pasado, se ve feo, pero si  al menos, lo intento, seré una mariposa volando, polinizando cada flor a mi paso, hasta encontrar el amor.

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