martes, 31 de agosto de 2021

Brasiu

 Mamá estaba en el hospital, ese mediodía en que estábamos los tres. Ya les había dicho que me quedaba a vivir en Merlo. Uno me miró en silencio, no dijo nada. El otro dijo que me fuera a mi casa. Lo que no entendían ellos, es que esa casa era lo único que me recordaría a ellos. 

Cinco meses después, ayer, les dije que si querían,  vendieran la casa, pues ya estaba harta de las indirectas.  Les hice saber que para nosotras estaba llena de recuerdos, y que era muy duro desprendernos. Lo cierto es que ellos venían dos o tres veces por año, y nosotras todos los fines de semana.

Nuestros domingos acá, nuestros almuerzos, la charla con mamá en la hora de la siesta, que papá aprovechaba a descansar. Las cinco o' clock cuando él se levantaba sonriente. La merienda, el abrazo de ambos con su nieta, las gatas traviesas que no la dejaban pintar a mamá su cuadro del momento, si primero no las acariciaba. Tantas cosas. Nuestras charlas en el parque donde el verde y el cielo nos reconfortaba.

Así que les dije, si quieren vender, nosotras nos vamos a Brasil. Pues, el que se sintió más culpable lanzó dos speech

en audio, el otro sólo dijo que había que pensar muy bien nuestro destino.

Yo sólo quiero estar en paz. Mi psiquismo lo requiere. Los perdí a ellos, y si ahora es más importante un montón de plata que un hogar, nuestros valores no son los mismos.

Lloré un montón, pero no quiero quedarme a ver cómo se desmiembra esta casa. Nos mudamos aquí un 19 de septiembre de 1974, al día siguiente que yo cumplí 10 años. Ya tuve el duelo con mis padres, y si ahora tengo que partir de este lugar, el duelo será aún más contundente, más crudo, más voraz.

Irnos es perder todo lo material, porque  no podemos llevarnos nada, ni de la casa de mis padres, ni de mi casa, pues muy pocas cosas entran en un auto. Y tampoco vamos a hacer una mudanza, el costo no tiene sentido.

Quiero desprenderme de todo lo que me hace mal. Quiero elegir mi lugar de destino. Un lugar en el mundo para estas dos viajeras, estas almas nobles que intentan ayudar a la gente (Juli con el tarot, yo con la psicología y las Flores de Bach), algún hermoso lugar del planeta nos está esperando.

Allá vamos.

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