martes, 21 de abril de 2015

No todos vemos el mismo barco

Los puntos de vista, evidentemente, son distintos para todos. Donde para mí fue la peor reunión que experimenté, para otros fue un encuentro muy lindo. No lo sé. No entiendo. 

No tengo respuestas para eso, salvo que la realidad psíquica es diferente para todos. Y mientras a alguien le festejaban el cumpleaños, a mí me invadía la tristeza, además del ego herido que no me dejaba ver. Una porción de torta solitaria yacía en la mesa frente a mí, y ahí quedó sin probarla, ya que no podía experimentar otra cosa que un sabor amargo que me atravesó el alma. 

En esos momentos, traté de correr esa cortina que no te deja ver lo que está pasando, y ahí, además de sentirme no querida, y totalmente sola, tuve que sacar fuerzas para que no me invada esa oscuridad que se me venía encima. Y si bien lo pude ver, no podía entender tanto apasionamiento para darme con un caño.

De todo siempre trato de rescatar lo positivo, y es que crecí 100 kilómentros en un minuto, cuando pude ver el espejo. Y ahora, me doy cuenta que tengo que aprender a ser flexible. 

Flexible, todo lo contrario que aprendí en mi niñez, y así me hice. Ahora es desarmar todo para volver a reconstruirme. Y de ahí para delante, sorteando escollos, y dándome cuenta que no todo lo que reluce es oro. Las personas dulces y maravillosas, de golpe pueden mostrar su lado más feo, agresivo y caprichoso. Entonces me cuestiono, una convivencia grupal es posible? Sobre todo cuando no nos conocemos y venimos de educaciones distintas. Sé que, de todos modos, muchos sólo van a ir los fines de semana. 

A veces pienso, si seguir desde un lugar más tranqui o bajarme, pero no voy a ceder a mis convicciones, excepto que me de cuenta que es estructura vacía o cáscara. 

Por eso, una parte de mí se pregunta, si lo más sensato es abrirme, o embarcarme en una locura que ya muestra la hilacha, antes de subirme al barco.

Intentaré continuar, en la medida que pueda, con mis defectos y cualidades, con mis ganas de evolucionar espiritualmente, pero, por favor, ya no soportaré más agresiones. Más dolor gratuito, no es lo que la Madre quiere. No es la función de esta Meditación, por cierto.

Ojalá lo entiendan.


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