domingo, 5 de abril de 2015

Si no gritás haciendo el amor, por lo menos, gritás los goles

Qué liberador gritar los goles de Boca, hacía tanto que no miraba fútbol. Es que con las Pascuas, nos quedamos mirando la tele con mi sobrino de once años, ya que luego del partido de River, todos se fueron al parque y siguió el juego de los boquenses contra Huracán. Me divertí tanto, que cuando volví a casa, quedaban algunos minutos del segundo tiempo, y Meli volvió a convertir, así que me desquité gritando como hacían mis hermanos cuando éramos chicos. Qué terapéutico que resultó. Me propongo ver fútbol todos los días y gritaré los goles de  cualquier equipo del planeta, con tal de generar endorfinas. Ya me veo en la cancha tirando papelitos... bueno, no se entusiasmen.

Sé que hace mucho que no escribo, no sé qué fue pasando. Quizá las ocupaciones o las preocupaciones, me desconectaron en parte.

Este finde largo no he salido. Mi hija estaba enferma, tenía broncoespasmo, y yo con algo de catarro. Me guardé, y no lo lamenté para nada. No tenía ganas de boliche. Será porque mi alma gemela se está haciendo desear tanto... tanto que ni sé dónde está, o no la encuentro.

Pero mis amigas han salido por mí, y quieren que vuelva a las andadas. Yo tengo ganas de borrarme un tiempo, de hacer la mía, de tener algún encuentro, de no llegar tarde, de que alguien me mime de verdad. Es más, podría hacerlo si quisiera, pero no me cierra el candidato. A mayor interés, mayor histeria. O, a más vueltas o más dudas, más perdemos el tiempo. Sí, es verdad que no podemos vernos como almas, porque algo de la personalidad o el envoltorio, siempre actúa como filtro. No hay vuelta. De mi parte, el mayor filtro es el intelectual, eso es algo que tiene que cerrarme, para sentirme cómoda y mostrarme al mundo con algún fulano. Lo reconozco, es así. Uno necesita estar con alguien que le dé orgullo, no alguien con quien quisieras que no te vea nadie. Suena horrible decirlo, pero es parte de las elecciones que hacemos. 

Pero el mundo es así de loco, uno me dejó muy caliente con unos besos hace un par de semanas, y luego de varios llamados, nunca más volví a verlo. Y se vé que no era. Luego me enteré por un amigo de una amiga de un amigo que parece ser bastante cómodo o avaro. Ya estoy cuereando a mi posible peor es nada. Pero es así la vida, una de cal, una de arena, y algún día algo lindo. Algo verdadero es lo que quiero, y hasta que eso pase, seguiré intentando disfrutar cada momento. Otra no me queda.


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