jueves, 16 de abril de 2015

Vamos a tomar un café, y después vemos

Vi a Mark, pasó por mi casa. Lo derivé al café, ya estoy prevenida con todos aquellos que ingresan directamente al telo. Así que me aseguré de ir adónde yo quería, después vería qué hacer más tarde. En esto me entrenó Clari, un ratito antes que viniera a buscarme, dialogamos sobre eso. 

-Vos decile "Vamos a tomar un café, por favor, después vemos"
-Lo digo así bien turra y asquerosa
-Sí, sí, para que le quede claro

Y bueno, no me quedó otra que practicar la lección al pie de la letra. 

En la charla me dijo que estaba muy pensativa. Y sí, seguro que no era la misma que cuando salgo a la noche, y la disco me potencia. Acá estaba más mental, tratando de conocer a quién tenía enfrente y qué quiere. Por momentos, su mirada me hacía acordar a Miguel, aunque él nunca me llevó a tomar un café. Será que lo recordé porque hace poco me lo crucé, cuando llevaba a Juli a la escuela.

Sil me da a entender que no puedo calcular tanto. Le explico que más que especulando, estaba tanteando el terreno. Es que nunca Mark me ha escrito por motus propio, sino que siempre ha respondido a mis mensajes. Así que, vamos viendo. 
Hacer lo que siento es mi lema, y hoy quería manejarlo así. Por lo menos, eso sentí cuando lo vi. 
En cambio, en casa, se me hacía difícil pensar cómo iba a evitar el sexo, porque realmente tenía ganas, o por lo menos, esa fue la sensación con la que me quedé cada vez que lo veo.

Pero distinto es encontrarlo en el boliche, con la música, y ese juego de seducción que se da naturalmente. Cuando te ves, así como hoy, fuera de la escena, todo es más frío, y yo soy bastante mental, por cierto.

Me es más difícil manejar las cosas cuando me caliento con unos buenos besos en el pub o en la disco, donde la música hace un eco preferencial, que me transporta a otro estado. 
Y sí, tengo que admitirlo, soy muy auditiva. Y lo que escucho me influye de gran manera, no sólo las melodías, sino lo que alguien me dice y cómo me lo dice.

Pero soy de Virgo, un signo que usa mucho la cabeza. Es que Mark me seducía bastante al principio, en cambio, hoy, lo mental fue lo que manejó mis límites. Por supuesto que lo intentó, pero fue bastante ubicado, como para entenderme.

El tiempo dirá, y ahora estoy bastante fría. Pero bien que en estos días, él fue parte de mi imaginación... cómo cambia una en cada situación. Quizá sea porque yo esté bastante a la defensiva. Pero la verdad, es que quiero ver cuánto se juega. 
No tengo ganas de acostarme por acostarme. Tengo ganas de que me pase porque lo siento. Y para que me motive, necesito que se interese un poco. 

Como hablábamos recién con Sil por teléfono, es que estamos tan descreídas, que nos parecen todos iguales. Que vienen a buscarnos, a tomar un café, para llevarnos a la cama. Y la verdad, es que espero algo bastante más que eso. No tengo ganas del juego mecánico y fácil. Necesito saber que le importo a alguien. Lindo desafío, y espero que pronto esto deje de ser una utopía. 


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