martes, 23 de julio de 2019

Un refugio en esta noche de invierno

Si no duermo, mejor que escriba.
El miedo se disfrazó de cansancio, de siesta, de panza hinchada.
No salí el finde pero igual levanté hoy lunes en la clínica. Y si bien necesito un hombre, también cualquier acercamiento serio, me paraliza. Es una cadena de eslabones tortuosos: ex, clavo, clavinios, y una serie de romances que no llegaron a buen puerto. El último, hace meses, con cosas bonitas y otras desagradables, qué sé yo...
Sé que tendría que ir a terapia pero me da fiaca pedir un turno, porque cuando me lo den, iré y ya se me habrá pasado. Pero ahora estoy que casi vomito del susto.
Tengo ganas de hablar con vos, pero se podrá después de tanto tiempo?
Necesito que el cielo de estrellas me abrace esta noche con su manto, que la luz de este cuarto menguante me cobije y que la vía láctea sea un camino que me conduzca a un cambio porque así ya no puedo estar... me está haciendo mal.
Necesito tu abrazo, prestado por un ratito, para calmar mis penas, para apagar las brasas de mi dolor. ¿Podés ser mi amigo esta noche?

No hay comentarios:

Publicar un comentario