domingo, 21 de junio de 2015

Cuando pensamos demasiado

No hemos salido, ni siquiera Clari que se animaba a ir sola, se despertó a las 3 de la madrugada. Mientras tanto, yo desvelada, dormía de a ratos y despertaba cada dos horas. Es que tipo 9 de la noche, cuando volví y me saqué la lente de contacto, que me molestaba, me hizo concluir que no podría salir otra vez, y eso me daba bronca y me tenía fastidiosa.

Y entonces volví a releer el libro de Rainville, sobre los ojos, la queratitis, y otras dolencias de este órgano, que revelaban enojo y miedo, como causa psicológica. Quizá estos sentimientos aparecieron a distintos tiempos, pero rondando en la misma causa. Le dije a Juli que me trajera el frasco de Holly puro, ya que estaba en la cama, y me tomé un par de gotas... ardía. Hoy lo preparo como corresponde.

Ayer aparecí en la reunión de grupo, los meditadores a la orden, y yo la descarriada esperando volver al ruedo, recuperando mi energía. No me salí del carril, en forma adrede, sino por el efecto rebote de temer en demasía, y por ende, el desequilibrio me hizo dudar de mi fé. 

Después, se me pasaron varias cosas por la cabeza. Creo que quería salir por anticiparme a la venganza... ya que si el fulano está ocupado, más vale despejarme en otros brazos. Pero la verdad, es que lo prefiero a él. Vamos a ver cuánto dura. De todas formas, es un lugar comprometido, y su puesto también, para estar jugando con las emociones, las calenturas y los posibles sentimientos.

Como siempre, pienso tanto debido a mis raíces virginianas, que lo analizan todo, que muchas veces no vivo, porque me detengo antes. Esas prevenciones absurdas que le quitan color a mi vida. Porqué no dejo de temer y vivo el hoy, como decía aquel joven, una noche antes del fin de año en el pub de Ramos:

-¡La vida es hoy! 

   ¡La vida es hoy! 

    ¡La vida es hoy!


¿Cuántas veces debo repetirlo para darme cuenta? 
De la misma forma que hacía él, cuando las agrias chicas pasaban a su lado con cara insípida, desabridas por tanta histeria. Tres veces se los gritaba, y Seba y yo nos moríamos de risa.

Entonces, ahora me toca a mí, repetírmelo y decírmelo: la vida es hoy. Basta de pensar, de analizar, y sí éste es el amor...?


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