sábado, 7 de marzo de 2015

Dupla casi perfecta


Sábado en el mar, la playa, la costa, o cómo quieran llamarlo. Hace dos años que no venía por acá, y cómo extrañaba. Cuando camino a la orilla del mar, siento que éste es mi lugar.

Desde mi whatsap hago la previa para que mis amigas salgan, para que se unan desde los distintos puntos de Baires para romper con las melanco, los bajones, y vayan a buscar chicos a mansalva. ¡Qué barbaridad! ¡Qué mal ejemplo estoy dando!

Hoy nos metimos al mar. A Juli no sabía cómo convencerla. Me decía que necesitaba un poco de ciudad, de caminar y ver vidrieras. Qué aburrido.
Al fin disfrutó de las olas sin parar, después no quería salir del agua.

Estar de vacaciones es como estar en otro país, en otra dimensión, todo irreal, pero real a la vez.

Ya ayer, viernes a la tarde, la playa de pobló de gente. La que viene sólo para el fin de semana. Quisiera venirme todos los findes. Me encanta.

Esta es una playa pequeña y tranqui. Mar de Ostende, entre Valeria del Mar y Pinamar.
Ayer fuimos a Cariló, como no es temporada, está retranqui. Almorzamos, vimos las famosas vidrieras que mi hija quiere, pero todo, hasta los negocios están entre árboles y pinos, es un lugar bellísimo. Así me gusta ver negocios, porque la naturaleza está a la par, bordeando todo, reverdeciendo la ciudad.

Me saqué una foto con un jeep gigante, remodelado o reciclado, con unas ruedas de un super camión, Uno así no me vendría nada mal.

Desde hace unos días sigo la dieta con mi compañera de ALCO. Buenísimo porque con el whatsap nos animamos y nos controlamos.
Me encanta esa dupla, sola no puedo hacerlo. Así son las adicciones, se solucionan en grupo: sea a los dulces, tóxicos, juego, o lo que sea.

Ya lo dije en este blog varias veces, si me enamoro, no necesito dieta, porque se me va el hambre. Pero por ahora, hago la dieta para después enamorarme, porque con rollitos no existís para nadie!



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