viernes, 25 de septiembre de 2015

Cualquier cosa menos morir de amor

El dolor de cabeza se fue, aunque ahora me viene de vuelta... algo me está molestando y no sé qué.
Ayer fui al centro y de paso nos encontramos con mi amigo, mi compañero de la facu, el año que viene van hacer veinte años que nos conocemos. Dilucidamos de la vida y de todo, de la kinesiología, a mí la pierna y a él, el codo, no de avaro, porque me invita siempre. Es esa gente que te puede escuchar, que se puede conversar, me acuerdo cuando preparábamos los parciales, qué manera de tragar libros y encima tratar de entender los delirios de Freud, Lacan y quién sabe cuántos autores que apostaban por entender la mente humana.

Y la mente humana es tan amplia, y tan sorprendente. Te encontrás cada uno... y a veces lo que parece no es oro, justamente.

Esta semana me he sorprendido riéndome por la calle, es una alegría distinta. Creo que las harinas tienen que ver con eso, ya hace un mes que no las consumo, y hay estudios que demuestran que producen aplastamiento, ansiedad, cansancio, depresión, etc. Pero me he zarpado con el chocolate a lo loco, un gran antidepresivo (también la mostaza lo es) pero bueno, me he inventado un bocado con frutillas frescas, dulce de leche y chocolate Águila, que ni te cuento. Todo lo que bajé con el ángel perdido, me lo estoy subiendo con el chocolate encontrado.

Esta noche salimos... parecemos cuatro desesperadas esperando el viernes. Nos reímos, la pasamos bien, nos lookeamos, y nos perdemos con los chicos lindos, hay de todo y para todas. No nos podemos quejar con eso. Después boludeamos con el blog, yo me descargo, algunos se ofenden, otros se identifican, y otros se ríen. Aunque también junto conmigo hacen catarsis. No se tomen todo a pecho, que la pasamos bárbaro, y los vaivenes son parte de la vida.

Me preocupa una de mis amigas, que casi se empastilla porque el ex se hace el oficial con una mina que sacó de la galera. Por Dios, que se relaje... a lo mejor se está sacando el clavo de su vida, que hace casi tres años se largó de la casa...a medias. Lo que no va, no va. Duele, te haces m... Pero la vida hay que compartirla con quien te elige en serio. Si no, no vale la pena. O sos protagonista, o te bajás de la serie. En la película de la vida amorosa, no sirven los segundos papeles. Aunque Jopo dice alegremente: "Yo soy segundo, tercero..." y se hace el banana mientras nos lleva por los cien barrios porteños. Después se equivoca y me manda un audio que iba para la mina por el que está muerto. Viste? Ninguno es pecho frío... todos morimos por alguien en algún momento. Es que así es el amor: sentir, extrañar, hacerse la cabeza y tener sexo. 

Vamos a ver qué nos depara esta noche. Mientras tanto, una nueva hora comienza... Me voy a buscar a Juli que sale del curso, y después me duermo. Si no, no hay pachanga que aguante en noche de viernes.



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