lunes, 9 de mayo de 2016

Intentarlo de buenas maneras, es lo mejor

Un balde gigante de Flores de Bach para sumergirme en ellas.

Tengo que repuntar. Dejar de salir, no es bueno. Las cosas se dieron así, todas nos abrimos, por distintos motivos: los hombres. No sé porqué determinadas mujeres desaparecen del mapa cuando se ponen de novio. Entonces parece que amistad no hubo. O que verse es mala palabra. 


En cambio, los hombres preservan su grupo, su día de reunión, o su partido de fútbol.

Mañana empiezo el club. Veremos. Pero veo una pelota y ya quiero jugar a lo que sea: voley, básquet, fútbol.


Al Timón ni vamos hace un mes, con el frío, las lluvias, las ocupaciones de Juli. Y cómo extraño la naturaleza.


Un nuevo avance en casa: arreglé la ducha. Falta todavía para terminar el trance del baño a punto, y bancarme la informalidad del plomero. Impuntual, ausente, olvidadizo.


Hay una radio que escucho, y al anochecer, cuando preparo la cena, la música de apertura del programa me transporta, me lleva... Y la verdad que me gustaría colaborar en algo, aunque sea por hobby, pero no me animo a ir, porque doy por sentado el rebote. Es extraño, porque no soy así. Total qué pierdo. Y he comprobado, últimamente, cuántas cosas dí por sentado, por no atreverme a preguntar. El pedir no siempre es una molestia. A veces, es una oportunidad sesgada por los prejuicios, por las trabas de nuestra mente, que no nos permiten verlas. Hay que animarse.



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