sábado, 14 de mayo de 2016

No es sushi pero se deja comer

Anoche salimos con Gaby después de tanto tiempo. Nos perdimos, nos pasamos en la autopista. De pensar en ir a Ramos, terminamos en San Telmo. En el auto nos charlamos todo, nos pusimos al día, y fue un buen intercambio. Es una buena amiga, aunque  estamos tan lejos.

Hoy con este día grís no he salido de la cama, salvo para almorzar. Ponpon duerme aquí pegada, como buena gata para calentarse, no pierde el tiempo. Y en la era Macri no prendemos la estufa... si hubiera sabido tanto tarifazo, no lo hubiera votado. Está muy zarpado el presi, se piensa que somos todos chetos.

La salida tuvo sus frutos. No era sushi (a pesar que ni comería esto) pero parecía de auténtica madera buena. 

A veces, lo mejor, viene en envase sencillo. 

Pero sin duda, los estilos, las culturas, forman franjas y grietas. Pero más allá de eso, siento que el amor te da fuerza. Es una energía increíble que te potencia para todo: los sueños, los proyectos, el entusiasmo... esas pequeñas cosas que son las verdaderas, las que nos sostienen, las que nos dan consistencia.

El amor no conoce fronteras intelectuales, pero lo social de alguna manera te aleja o te acerca. Aunque un alma buena o un corazón frío, hacen la verdadera diferencia.

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