sábado, 28 de mayo de 2016

Rayos de sol en la niebla

La importancia de hablar. De no suponer. Anoche me disponía a salir, pero no lo hice. Intuía que Caro estaba ocupada, y así era, tenía que ir a Palermo, antes del río. 

Este mediodía, mientras las ropas colgadas como personas que quieren ser, se orean en la estufa, miro una película que ya he visto, el lavarropas hace su tarea y Juli termina de arreglar sus cosas arriba.

Unas flores de Bach para la bronca, porque no me gustó no haber salido. Espero hacerlo hoy, y no reclinar a último momento.

La vida es lo que queremos ser.

Hacer es una cuestión de alegría, pasión, y conjeturas baratas tiradas a la basura, para simplemente actuar.

Santi viajó. Pienso en él. Pero ciertas cosas temo. Temo todo lo que me puede recordar al ex. Ex patraña, ex sujeto de mi vida que se ha ido por mi decisión, pero que en mi mente aparece como un fantasma de niebla.

Eso es. Niebla. Sin consistencia. Pero que no te deja ver, ni vivir a pleno.

Que el sol salga y despeje todo. 


Y sólo yo podré hacer que aparezca. Que me entibie, que me envuelva en sus rayos dorados para darme la vida que merezco.

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