martes, 28 de junio de 2016

Algo más que el sol del poniente

¿Qué es esto de que las cosas más lindas te llueven como inesperadas? Donde menos pensás, pasa.

Anoche no me podía dormir. No sabía si era por lo que se debatía hoy, o por los mensajes.

Esta mañana, en el bus empañado, y el frío que helaba, algo se resbaló en mi cara, y no era lluvia porque por suerte, había parado.

De pronto, una persona te daba su ayuda sin esperar nada. Y por años, siempre alone, alguien estaba del otro lado, por una noble causa.

A mediodía un bombardeo de whatsap, hicieron reflotar de vuelta las lágrimas. No por nada malo, al contrario, por darte cuenta que eso que aparentemente, no necesitás, lo estás añorando.

Como siempre digo, si das lo mejor, vuelve. Quizá de personas inesperadas, y de los modos más sorprendentes. Hay un Dios que nos cuida, y un bumeran de todo lo que haces.

La inocencia es un sentir concebido de esos pétalos que provienen de una primavera a largo plazo. 
Y para que algo brote, necesita sol y agua.
El sol, es la calidez humana. 
Y el agua, es esa conexión de alma a alma. 


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