sábado, 4 de junio de 2016

Un arma escondida, un Dios que nos cuida

No estamos en Londres, es simplemente la llovizna porteña que no quiere abandonarnos, está decidida a perpetuarse los fines de semana, para que no se nos ocurra salir, escaparnos, bolichear... Olvídalo. Pero no vendría mal parar un poco, te admito que lluevas de lunes a jueves, pero dejame libre el cielo los findes, please.

Anoche Caro prefirió resguardarse, y a mí como me da lo mismo ir al otro lado del mapa, la zona norte costera, nos fuimos a dormir temprano. Pero el cielo estaba limpio, o rasgado de algunas nubes...

Si esta noche todo va bien, saldremos. Algunas se escapan, otras tienen cumpleaños y van a ver después si tienen ganas, si no están deprimidas o cansadas... No es mi caso, por cierto.

Me preguntaba eso de qué hacer si fueran los últimos días... y pienso que no nos perderíamos nada. Haríamos todo. Sin lluvia que importe, sin frío que amedrente, sin excusas vanas.

Enrique Iglesias suena en el living. Ponpón sacó platea para la estufa, por cierto, la única gata que hace yoga mientras duerme en la silla de caña, en un alhomadón.

A la mañana fui a zumba, y ayer estiré todo mi cuerpo con Biomecánica. A veces hacemos cada cruce con piernas, brazos y manos, que aún no sé cómo lo logro.

Ayer, un suceso en la oficina. Un cliente, venía por un egreso, tenía que hacer todo el chequeo médico y psicológico. El chico joven, parecía casi de la edad de mi hija, aunque tenía 22. Apenas me miraba a los ojos, en realidad, evitaba la mirada. Pensé que estaría incómodo por la situación. Lo habían despedido y siempre es una situación difícil. Más con lo que le habían dicho: "Dicen que no les sirvo". Me explicó que se había caído en la casa de una escalera y que se había lastimado la clavícula. Le tomé unos tests, y ya de entrada le daba mal. 

Le pregunté si iba a dar las materias del secundario y luego estudiar algo. Me dijo que tal vez lo haría. Su padre que estaba saliendo del alcoholismo, se lo recomendaba siempre. Tenía 9 hermanos, y todos vivían en la misma casa, más su cuñado y sus sobrinos.

Le pregunté si creía en Dios, dijo que sí. 
-¿Le pedís ayuda?
-No
-Te entiendo... yo a tu edad, hacía lo mismo. Pero con el tiempo uno aprende, es importante pedir a Dios, aunque no reces, o aunque no vayas a la iglesia. Pedile todos los días, con tus palabras. Pedíle protección y que te ayude a conseguir otro trabajo.

En un momento, me daba tanta pena verlo escurridizo, evitativo, que pensé en darle mi teléfono, por si alguna vez necesitaba ayuda psicológica, gratuita, obvio.

En el último test, ya se vio algo más extraño. Con rasgos paranoides importantes. Finalmente, me paré para acompañarlo hasta la recepción, porque debía firmar un papel que él no traía, y no quería olvidarme.

Cuando el joven se levantó, vi que algo se deslizó en el asiento. Cuando giró para salir, vi un cuchillo en el sillón. Un cuchillo serrucho de madera, los llamado Tramontina, que se usan habitualmente para comer. Se le acababa de caer del bolsillo de la campera. Y como el sillón, es de cuerina y mullido, no hizo ruido. Por lo tanto, él no lo vio, ni lo sintió cuando se le escapó de donde lo tenía oculto.

Sin palabras, así como lo vi, hice caso omiso, y salimos de la oficina. Cuando llegamos hasta la recepcionista, ella le indicó al joven que completara una planilla, y mientras él lo hacía, yo le pedí a mi compañera que me siguiera. Cuando le mostré lo que se le había caído, se quedó helada.

Creo que pedir la Protección diariamente, fue lo que me permitió ver, lo que no podía darme cuenta, a simple vista. Y estar resguardada, obviamente.

En ese momento, reaccioné en frío. Después vino Matías de la planta baja, para ver lo sucedido. Me dijo: "Pensar que la extraccionista, la fonoaudióloga y vos estuvieron en riesgo".

Esta mañana pensaba en él, y recé, mientras me preparaba el desayuno.
Y salvando las distancias, pensaba en Juan Pablo II que visitó un par de veces a su agresor en la cárcel. 
Después me vino a la memoria, John Lennon, que fue muerto, luego de dar un autógrafo. Por supuesto, sus canciones de paz y de amor universal, eran mensajes muy potentes, y  a la oscuridad no le convenía. Por eso estorbaba, y por eso lo mataron, lamentablemente.

Entonces, lo único que queda es pedir la Protección, siempre.
Y aunque, a veces, parezca difícil, más si nos dejamos hipnotizar por los medios de comunicación (me refiero a los noticieros amarillos y sensacionalistas), sigamos obrando por un mundo mejor. 

Con las pequeñas cosas. Sembrando semillas de amor. Tratando al otro como nos gustaría ser tratados. 
Ese es el amor verdadero. 
No lastimarnos y resolver los malos entendidos. 
Y como dicen los toltecas: No tomarse nada como personal. Lo que nos dicen, no es para nosotros... muchas veces es el enojo que el otro tiene adentro, y lo saca de la peor manera. Por no saber controlarse, por no analizarse y parar la pelota, por no pensar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario