domingo, 30 de agosto de 2015

Sin harinas... alguien bueno me espera


Me estoy planteado cerrar esta sección del blog. Creo que el objetivo de armar el nuevo libro, está listo. Y no sé si tenga sentido seguir hablando de lo mismo. Es más, hoy llegué a una reflexión, en cuanto al sexo. Para los hombres, llegar a tener sexo significa, en general, que la relación termina, porque el objetivo está cumplido. En cambio, para nosotras, llegar a tener sexo significa que algo comienza. Creo que para un mismo hecho, tenemos dos puntos de vista, completamente distintos. Y si nosotras, aprendemos a ver esta posibilidad como ellos piensan, no seríamos tan susceptibles. No volaríamos tanto, no nos engancharíamos.

Anoche con Euge y Sil fuimos para Martínez. Nos volvimos, porque había cola como para pasar la noche al lado del río. Así que cambiamos de boliche. Aterrizamos en Nuñez, lugar al que no íbamos desde el año pasado. Nos encontramos con un viejo doveriano, qué raro...

La pasamos bárbaro. Las tres con chiche nuevo. No sé por cuánto tiempo, todo es tan efímero...

A la vuelta, tuvimos que dejar al fulano de Euge, y bueno, qué país generoso el nuestro.

Mi pierna va mejorando. El fútbol me ha dejado una lesión en el cuádriceps en mi tercera clase. Pero no por choque o agresión como suponen los hombres. Nada que ver, nosotras jugamos tranqui y vamos a divertirnos. La lesión fue sólo por el movimiento, y en los ejercicios técnicos. Lo mismo que me podría haber ocurrido en un gimnasio, con alguna postura incorrecta.

Ah, y la última decisión que tomé, hace tres días. Creo que también tiene que ver con el cierre de este blog. Resulta que no puedo con mi adicción a las harinas, lo dulce me puede, más sin amor a la vista. Mi ansiedad se disuelve en unos besos y con un poco de atención. Ya lo saben. Lo he dicho un montón de veces. Entonces, entré en Meditación, y le pedí ayuda, porque quiero adelgazar, y también quiero estar bien, en todo el sentido de la palabra. Lo espiritual es importante, pero también tenemos que cuidar nuestro cuerpo, ya que es nuestro templo del alma. Algo así, leí en los Mensajes. Bien, sigo. Ahí me bajó una idea. Dejar de consumir harinas absolutamente, como una promesa, para conocer al amor de mi vida. Digamos una razón, una motivación, un sacrificio. Tanta gente lo hace porque es celíaca, ¿por qué no podría yo hacerlo?

Así que arranqué. Ciento por ciento sin harinas. Totalmente metida en la dieta. Y estoy bien, con mucha más energía. Porque como dice el libro "Cerebro de Pan" del Dr. David Perlmutter, la harina produce adicción, ansiedad, depresión, aplastamiento, además de otras enfermedades cuando el gluten se pega a las conexiones neuronales, Alzheimer, por ejemplo.

Cualquier cosa vale la pena para estar bien. Si total, hay alimentos más sanos. Y además, ya dije, no quiero bolichear más, quiero encontrar el amor de verdad. Y el primer paso es la convicción, mientras tanto vivir y disfrutar, ser feliz y hacer el bien, es mi lema. Ya pronto aparecerá el correcto (aunque quizá no tan correcto, porque no me gustan los estructurados, pero sí alguien que me trate bien y me haga reír). Todos tenemos nuestra alma gemela, lo importante, es tener la convicción de que alguien bueno nos espera.



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