domingo, 9 de agosto de 2015

No todo es lo que parece...

Llueve a más no poder. Estoy en la cama, con la t.v. prendida de fondo, que da los porcentajes aproximados de quiénes fueron votados. Hoy fueron las elecciones primarias en Argentina.

Hace dos días que ya no pienso en el pendex. Digamos que he cambiado de figuritas. Todo platónico, porque de hecho no hay nada. Sin embargo, hace dos días lo tengo presente en mi cabeza. Pero no quiero demostrarle nada. Intento ser muy cauta. Ya que tenemos una relación de amigos, por así decirlo, ya que ni siquiera somos eso.

Cambiemos de tema. Esas personas que parecen que no les importa ninguna mujer, y sin embargo no es cierto. La otra noche alguien me mandó un mensaje de voz equivocado. La cuestión que yo no me daba cuenta quién era, ni siquiera por la foto de perfil. Pero el viernes, por una circunstancia extra, contestó mi mensaje de texto por whatsap, y ahí, al ver la foto, me di cuenta quién era.
Cuando se lo dije, minimizó el hecho diciendo que el mensaje fue para una "amiga" y que sin querer me lo mandó a mí. 

Más tarde volví a escuchar el mensaje, y no parece ser una amiga.
En el audio se lo nota interesado, comienza llamándola "Corazón", pero al final le dio una directiva de que no saliera. Esta sugerencia se la marcó dos veces, y con un tono entre agresivo y celoso. En resumen, resultó ser "un cuida".

Es decir, todo lo que él marca, de que no quiere compromiso, de que no tiene novia, de que picotea... quedó desbarrancado con ese mensaje de voz, donde se descubre su otra veta: dulce, posesivo, celoso, y con sentimientos.

Por eso digo, nadie es lo que parece, y todos tenemos sentimientos. Hasta el más gato, hasta el más superfluo, aparentemente.



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