Se puede saber la verdad si es que nos ilusionamos en sucesos inexistentes. A veces, sólo nos atrevemos a estar donde no prosperamos, justamente para no iniciar lo que pueda involucrarnos de alguna manera. Porque nos sabemos vulnerables, o porque no estamos seguros. Quizás buscamos la perfección, o nos censuramos, según sea el caso que tengamos enfrente.
La confianza en uno mismo juega un papel trascendental. Cierto es que a veces, lo ideal es un estado civil censurable.
En los tiempos de hoy todo vale. Pero tras esa cortina de liberalidad, el transcurso de la búsqueda de lo auténtico, se hace superfluo.
De todos modos, los seres se reconocen, se atraen, y se extrañan como un campo de girasoles que viran hacia el sol.
En esos momentos, a pesar de los días en que no nos vemos, esa chispa, esa conexión, me recuerda esas altas flores amarillas que llenan de alegría cualquier par de ojos que se posan en ellas.
El título del blog fue por mi primer libro. Después me dejé llevar y empecé a contar cosas más profundas. Una especie de catarsis para soltar todo. Soy la amante de la bici, remar en chinchorro, Jauregui y mi club El Timón, Brasil y sus playas. Pero vivo en Bs As, con ganas de soñar y de seguir viajando. Mi último libro "Música a la madrugada" está en Amazon.
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