domingo, 3 de mayo de 2015

El príncipe destiñó muy pronto

El príncipe destiñe, o la princesa lavó mal... Y sí, ya fue. 
A último momento me llega un whatsap que decodifiqué como desubicado. Así que suspendí el encuentro. Tal vez fue un malentendido, no sé, pero el tiempo dirá. 
Sucedieron una serie de mensajes, que no llegaron a buen puerto. Por un lado, me interrumpían la Meditación, y por otro, no logramos salir de la discusión ni apaciguar las aguas. Creo que yo me fui de mambo por ser tan impulsiva, pero él me estaba apurando. No le capté la onda, y todo se disolvió. Por motus propio, claro, pero después cuando la quise remontar, a él le pesaba más su orgullo y su enojo, que las ganas de verme. Calculo que fue así. 
Igual, como digo, las diferencias intelectuales, eran notables, y encima me lo resfrecaban sus textos llenos de faltas de ortografía. Parecía a propósito, donde era b ponía v, donde era s ponía c, y donde iba h, brillaba por su ausencia. Como decía el dibujo de historieta, "Clemente": Un cacho de cultura, no le cuesta a nadie. Sólo un poco de voluntad y atención, pero él, no le daba ninguna importancia. No se puede tapar el sol con la mano.

Así que, cambio de planes y me fui con las chicas a bailar a San Telmo. Hacía cuatro meses que no iba, para evitar al fulano inspirador de este blog, o sea, de las historias que arrancaron el año pasado, y que quiero transformar en libro. 

Lo más lindo fue llegar y ver que los chicos que cantaban y habían dejado de estar en el último tiempo, volvieron. Y cómo los disfruté! El dúo consiste en el pelado que canta, y el melena que toca la guitarra. Cómo me seduce éste último.

El lugar explotaba como siempre, y el fulano agrio, por el que había dejado de asistir a este boliche, apareció en escena. Lo esquivé muchas veces, hasta que casi confundido se me acercó como para sacarme a bailar, y yo zafé por la tangente, sin mirarlo siquiera, seguí de largo, y ya de cerca, él se dio cuenta quién yo era. Así que también se alejó. 

Lo bueno es que ahí bailás sin parar, candidatos que no se hacen rogar, y besos que te quieren dar. Toda esa milonga, levanta la autoestima a cualquiera. De todos modos, tranqui, me fui a tiempo cuando corría riesgo de ser seducida por tanta hormona masculina. Igual, ninguno era mi tipo.

En eso, estaba alojada en la barra, en un hueco que encontré, en la pista de adelante, donde hay menos gente y la música es en castellano. Al lado, un sujeto bebiendo. Saca un pucho y pide fuego. Le digo que no fume, que le hace mal. Y arranca la charla, primero él bastante hosco, hasta que se dio cuenta cómo venía la mano, amistad pura, sin doble sentido. Pasarla bien y punto. Al toque se acerca Sil, y se integró a la conversa. El chabón nos invitó unos tragos, claro que nos cargó porque no bebíamos alcohol, no fumábamos... y entonces pregunta: Timba?. Contesto con una negativa. Y ahí viene la deducción, que se caía de maduro: Si no fuman, no toman, y no juegan... por lo menos sexo una vez por semana?. Miento que sí, no sabe que hace tres meses ya hace que no hago el amor porque no se ha dado de la manera que deseo. Léase: un poco de encuentro, tacto y elegancia. Es decir, con verso continuado, y algo de genuino sentimiento de que alguien te quiere para algo más que la cama.

La cuestión que terminamos amigos, más cuando se enteró mi profesión. La verdad es que lo menos que deseo cuando salgo es soportar una sesión de terapia. Pero se lo hice saber, con tacto. Y la pasamos rebien, bailamos, charlamos, nos reímos tanto. Hasta me pidió ensayar un paso que él hacía cuando tenía 20 años. Era una serie de volteretas, ambos de la mano, tanto fue así, que en uno de esos movimientos me hizo estirar tanto que, en ese instante, se me fue la contractura de la espalda que había tenido toda la semana. 

Nos contó que se había separado hace un año y pico, y que todos sus amigos estaban casados, que se sentía muy solo, y que había venido para ahogar las penas. Cuestión que lo terminamos invitando al boliche costero de los viernes, con la promesa de que le presentaríamos un montón de gente.
Hasta me pidió sesión con Flores de Bach, pero le expliqué que vivía lejos. Me dijo que me fuera al centro, que él me pagaba el viaje para atenderlo. Imposible, no me queda tiempo para eso.

Al final, me enseñó a bailar batacha, clases de baile a las 6 y 20 de la mañana. Mientras tanto, en un ángulo de la pista, observaba la escena el fulano de chiva, que tanto me hizo padecer el año pasado. Todo por mi culpa de amar demasiado (me hago cargo). Estaba con la misma cara de tuje de siempre, esperando a sus amigos para emprender la retirada. Y bueno, me cobré mi revancha, yo muerta de risa, en plena danza y charlando con el grupo que se había formado en la barra con amigos nuevos y nosotras, el trío que había ido en auto.

Hoy domingo, mientras estaba en el parque en la casa de mis padres, una serie de rostros pasaban por mi mente. En general, cuando eso ocurre es porque están pensando en vos. Y bueno, qué puedo decirles a ellos, que les deseo lo mejor, estén o se vayan de mi vida. Es lo único que puedo hacer, a pesar de que te extrañe un poco y me pregunte, porqué el príncipe desteñido, duró tan poco... 



No hay comentarios:

Publicar un comentario