domingo, 24 de mayo de 2015

Chamullando a Cupido

Estoy lista. Anillos por doquier, bordó y dorado en las uñas, y mejor no sigo contando. Vamos a San Telmo. En un rato, Sil con otra amiga pasan en auto.

Esta tarde no tenía ganas de salir, y armé combinaciones de flores de Bach, para solucionarlo. Hablé con Clari, y me dice él no es. Pero esta semana lo soñé dos veces, y esta tarde sentí que lo extrañaba. Entonces me pregunté: ¿si fuera allá, donde está él, tampoco tendría ganas?
Y ahí me di cuenta, que sí iría allí con entusiasmo. Conclusión: desganada para bancarme a otros flacos en otro boliche, pero contenta para que él me circunde un rato.

Despejada la duda, ya pude pensar distinto. Y con esta reflexión, Sil pensó que no quería salir. No es así, ya encontré la causa, y lo pasado pisado. Así que salgo, pero no donde está él. Vamos a otro lado, donde nadie es careta en el sentido de bailar, ahí, cero histeria, bailás tantas veces que no las podés contar.

Un intento más, un suspiro de amor... y mientras nos divertimos, quiero giñarle el ojo a Cupido, para ver a quién me manda. También al Ángel de la Guarda, para que lo chamulle a su colega, así me conecta con el que me está buscando.

Ya es tiempo... Tengo ganas de que alguien me abrace. Quiero conexión en serio. 
Como le dije, hace un par de meses cuando me llamó después de no sé cuánto: no me interesa pasar la noche, estoy buscando lo
verdadero.
Y espero encontrarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario