jueves, 28 de julio de 2016

Temas de oficina

Respiro y me saco esta sensación de culpa. 
Es que le terminé diciendo a alguien las cosas de la peor manera, usando términos que nunca uso.
Es que obviamente el pasado se me vuelve, de alguna manera, todas las injusticias ahí vividas, me afloraron en un segundo, cuando en la mudanza del estudio (otro trabajo que no es el de la clínica en las mañanas) trajo por secuelas: una oficina claustrofóbica, un escritorio viejo, con reborde que la gente no puede dibujar los tests, un teclado blanco y sucio... sin palabras. Ahora que lo pienso, algo de razón tengo para haberme comportado así. Por algo dejé de trabajar en ese lugar hace tiempo.

Pienso en el libro que leía esta mañana. Los innovadores que sólo les importó hacer su destino, hacer lo que quieren. Eso es lo que quiero. 


Se me mezcló todo: el pasado con el presente, los garrones que me comí en ese lugar, las injusticias, y la relación con mi hermano.


Tengo que aprender a separar las cosas. Con ese lugar no puedo.


La próxima me voy a trabajar a otra oficina, ese lugar es horrible. Si queda alguna vacía, y si no, volveré atender en mi consultorio.


No me gusta que me boludeen.

La vida es así. Esto fue una cosa más. Esto no tiene que ser parte de mi vida, si no quiero.


Siento como esa sensación, hoy nadando, como buceando en el agua, buscando ese lugar, empujando la fuerza cristalina, así como eso es que debo seguir haciendo.


Es increíble...en el medio de este caos, o desahogo mientras estoy finalizando este blog... mi soñador me escribe, y me tira una soga... igual no era para tanto, pero esto me había sacado un poco de eje.


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