viernes, 24 de julio de 2015

Besos en la cama

He terminado mi conversación de ayer con el jefe médico, así se denomina, ya que es el jefe de turno y todos debemos reportarnos a él, ante cualquier duda. La verdad, es que yo nunca lo hago. Primero porque nadie me lo presentó como mi jefe, y después porque siempre hablé con los dueños, pero como últimamente ni me los cruzo, y aparte porque no entienden los criterios, si no, sólo el de bolsillo, de paso vino bien hablar con él. 

La cuestión que le expliqué que la empresa no entiende porqué el adolescente mencionó que consumía marihuana de vez en cuando, pero no se registraba la droga en en análisis de sangre. Es que dicho test específico se hace sólo ha pedido, así que los llamará para aclarárselos. 
De paso, le he explicado que ellos también prefieren el test de Persona bajo la lluvia, porque es más rico en los datos que proporciona, en vez del test de Toulouse. 
Sobre éste último, no sabía bien de qué se trataba y le mostré el protocolo. Por supuesto, que estaba de acuerdo con el argumento, pero me explicó que era una cuestión administrativa, que debían cambiar los precios. Le dije que no hacía falta, total era cambiar un test por otro, pero lo entiendo, ya que a la directiva, le pesa más la caja que la aplicación técnica. 

Finalmente, más tarde tuve que examinar a una chica por un puesto de ventas, y otra vez, la administración le había vendido el combo 2, que incluye el Toulouse, lo cual no tiene ningún sentido. Entonces, fui para su oficina, y le digo, si podía hacer el cambiazo. Se vé que todo los fundamentos que le había explicado antes, pesaron, porque me dijo: "Sí, tomále Persona bajo la lluvia".

Este médico me hace acordar a mi abuelo, tiene los mismos gestos, la fisonomía, la forma de hablar, tantas cosas. No se lo he dicho, porque no quiero que se ofenda, por una cuestión de edad. Pero cada vez que lo veo, se me vienen los recuerdos. La sonrisa, el andar rápido de mi abuelo, sus dichos breves, es decir, corto de palabra, decía lo justo y necesario, y seguía con lo suyo. Hacía los mejores manjares en la mesa, era un genio. Yo lo adoraba. Murió un mes exacto antes que Julieta naciera.

Cambiando el tema, vino el plomero. No sé para qué, nos vio cara de millonarias. Dijo que cambiar los caños era fácil, obvio, si para subir al tanque, lo hace perfectamente por la escalera de la terraza. Ni siquiera tiene que treparse como un mono y al toque está la cocina y el baño. Así que después lo llamé para cancelarlo. Además nos iba a dejar tres días sin agua, con este frío ni pensar en bañarnos con agua helada. Seguiremos con el chorrito, total el invierno pasa pronto, ya que a medida que viene la temporada cálida, voy abriendo más el agua fría, y el chorrito se va agrandando.

El que debe estar agrandado será el pendex. Ni bola, ni la hora. Es que para los hombres es todo cuestión de sexo, creo que ni un ápice de sentimiento les pasa por la cama. No lo digo específicamente por él, porque la verdad que no lo conozco tanto, pero en general parece ser la regla. 
Por ejemplo, Rami otra vez me whatsapeó esta tarde. Insiste con el mismo tema, quiere hacer el amor y no sabe ya cómo convencerme. No entiende que lo nuestro fue el año pasado, y duró cuánto... tres semanas que se estiraron a un mes y medio, hasta que me di cuenta que tenía a varias. Para mí, fue punto final y basta. No se da por vencido, cada tanto me escribe, con cada frases irreproducibles, como si nos hubiéramos visto la semana pasada, un desubicado. Vuelvo a responderle gentilmente:

-No, Rami, ya te dije, estoy buscando algo serio, el amor verdadero
-Ay te hacés la importante... ¿estás con otro?
-Cuando tenga novio oficial te aviso
-Si te veo en Molier, te violo, jaja
-Jaja besos

Siempre pasa igual, cuando querés que alguien te escriba, lo hace otro, justo quien no te interesa, por supuesto.
Es que los hombres no entienden. Para mí, hacer el amor no es tener sexo con cualquiera. Cuando quiero hacerlo con alguien, es algo más que sexual, siempre hay algo de afecto, de romance, o de ternura, no sé cómo explicarlo. Pero para ellos, es una cuestión superficial, parece que nunca tienen en cuenta un sesgo del corazón. Es como que les funciona por separado. Y para mí no, porque cuando doy un beso con ganas, no sólo es sexual, tiene la mínima dosis de cariño y dulzura que un encuentro requiere.

Yo sé que hoy en día, nadie se quiere comprometer y que sólo buscan cama. Pero yo funciono distinto. La persona me tiene que gustar, interesar, proyectar, aunque las distancias abismales de edad parezcan toda una utopía sin sentido, donde todos estos sentimientos perderían peso y sustancia, pero hay tantas parejas que se llevan años y funcionan bárbaro, que no me voy a estar planteando nada, ni imposibles, ni reglas, ni etc.
Si le quiero dar, le daré. Sea sexo, ternura o lo que el tiempo y las circunstancias deparen.
Pero no sé, no entiendo qué pasa del otro lado. 

Por lo pronto, Sil está dispuesta a probar mañana en Ramos, con tal de no ver al fulano veterano. Y tendré que ir, no queda otra, si él parece haberme olvidado, o se ha asustado, quién sabe...





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