miércoles, 29 de julio de 2015

Consuelo nocturno

Anoche larga conversación telefónica. Intercambio. Dos almas que se encuentran en línea, donde no hay trueque porque todo se hace con amor, con cariño, con esa espiritualidad que tenemos desde hace tanto tiempo. Nos conocemos desde la época del duelo por su marido. Una gran batalladora, un gran carisma. Sus palabras me dan un alivio, y me confirman lo que dice Clari: es algo del trabajo. 

Lo entiendo, lo comprendo, pero me fastidia un poquito, su ausencia, su falta de respuesta, y que me clave el visto azulado. Estos tiempos modernos de pantalla electrónica, donde dependemos de una frase, y hasta un par de besos pintados son un malentendido, como mi paciente hoy relataba.
Ella pensaba que estaba engualichada porque no da con un tipo como la gente. Ante semejante hipótesis, brota mi risa en sesión y le digo: "Entonces, media humanidad está engualichada". 

-¿Hace cuánto que te separaste?
-Cuatro años
-¿Y hace cuánto que empezaste a salir? ¿Hace cuánto que explorás la vida?
-Seis meses
-Recién empezás!
-Pero los tipos que encuentro, son un desastre, nadie se quiere comprometer...
-¿Tenés amigas?
-Sí
-¿Cuántas de estas amigas son separadas, o están en tu situación?
-Dos, una de 60 y otra de 53
-¿Cuántos años tenés vos?
-40
-De esas dos amigas, hay alguna que salga, que conozca hombres, que vaya a bailar, o a un pub donde poder relacionarse, o entre a una página de citas por internet?
-Una... Ella conoció a un hombre pero cree que no va...
-Te faltan amigas que estén solas, pero que salgan, y ahí te vas a dar cuenta que hoy el mundo está así, nadie se compromete, vas a conocer muchas personas, por una noche o por unas semanas, hasta que des con el indicado. Pero ya no se vive como cuando tenías 15 años, ahora el mundo es otra cosa, y si fuera por tu teoría todos los que están hoy solos, hombres y mujeres, estarían engualichados...
-No te rías Ely... que me siento una ridícula...

Pequeño trozo de sesión relatado. Yo levantando el ánimo, ¿y a mí quién me lo levanta? Un buen polvo... mmmmm qué grosero...

Tu no respuesta, es un instante de angustia que luego pasa. Hoy me levanté feliz, y ahora el doblete azul me doblega, y me amarga por tres minutos. Tanto así dura mi malhumor, ja... que siga participando! 
Y sí, total, la vida pasa. Y bueno, tendré que entender. Estará ocupado viendo cómo remonta su bolsillo, cómo genera billetes, y quién sabe.

Un hombre, primero, soluciona lo urgente: su trabajo. Sin eso, no puede hacer lo siguiente. Buscarte, si quiere. Y si no, es que no es.

De todos modos, lo entiendo, pero no lo justifico. En la época del verano, que es la más difícil para los cuentapropistas, se hace duro ganar el mango. Y es verdad, cuando eso pasa, estás de mal humor. No tenés onda para nada. Por ejemplo, yo me fastidio, y la primero  que lo nota es mi hija, pobre ángel que tiene que bancarme.

Y bueno, comprender hasta que uno tiene ganas. 

La gente va y viene en nuestra vida. Yo les abro el corazón, ese es mi problema, por eso, a veces, sus acciones me perforan como flechas en el alma, Pero por suerte, se cierran enseguida... si no sería un colador ¿Pero ellos tienen la culpa de que yo sea así, tan sensible? Evidentemente no. 

Así que, a otra cosa, mariposa. La vida es cambio, lo sé, lo sé y lo recontra sé.
Pero quiero divertirme, quiero estar con alguien, así sea el tiempo de un gimnasio (las dos o tres veces por semana) como dice Clari, para que no estorbe. Es un chiste para hacernos las valientes, las frías y las desprejuiciadas, porque un hombre protector y un buen amante, nunca estorba. Todo lo contrario, te seduce, te potencia, te transporta...
Y yo ya debo ser un transbordador espacial, con tanto vuelo, con tanta cabeza suelta.

Es que no se puede vivir sin afecto, sin una caricia, sin esa pauta 
que te da el saber que alguien te banca, en el sentido del afecto, del reparar en vos como ser humano. 

Ya sé... me puse sentimental. Es que así somos las mujeres. Por eso este blog, no es sólo un testimonial para descargarme. Aquí hablo y es la viva voz de tantos hombres y mujeres que quieren enamorarse, que quieren dar y recibir simplemente afecto, sin condiciones, sin reglas. Pero tendremos que tener paciencia, y hasta que aparezca el hombre correcto, aprender a disfrutar del equivocado.


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