viernes, 24 de julio de 2015

Porqué soy tan ingenua...?

Fui a buscar a Juli, ella sale re-contenta del curso y yo, lo que siento, se me nota en la cara. 
Es que tuve una intuición, algo muy fuerte, y me di cuenta de todo en un instante. ¿Cómo tardé tanto tiempo en darme cuenta, si desde el sábado no contestaba casi ningún mensaje? Son todos iguales... se debe haber hecho el bocho conmigo cumpliendo su fantasía de que soy más grande, y yo siempre tan ingenua, creyendo en que alguna vez encontraré un buen tipo... ¿y por qué tenía que ser justamente este?

Tengo un bajón que ni ganas de vestirme tengo para salir esta noche, pero ya quedé con Sil, así que tendré que hacerlo.
Caro me volvió loca por whatsap hoy, tratando de convencerme que vaya a Dover. Le volví a explicar todo de vuelta. El frío, la lejanía, los flacos que conocés que son de la loma extrema del mundo, por no decir otra cosa.

Lo bueno del día es que hoy Juli me acompañó al trabajo, se quedó en la sala de espera y cuando terminé de atender, nos fuimos a pasear a Flores. Hace tres semanas que voy allí, las dos primeras para encontrarme con la desilusión del momento, que ya pasará por cierto. Lo bueno es tan efímero...

Almorzamos. Ella se pidió sus ñoquis, y yo por suerte, pude seguir con la dieta que empecé el domingo. Nunca había comido pescado a la parrilla, es riquísimo.
Después a mirar vidrieras, y la compra de telas para los diseños de Juli quedarán para la semana que viene. Cuando volvimos pude hacerle un regalo, unas remeras de manga larga relindas, es que ella se lo merece. Pasamos un buen día, y nos vino bien, porque aunque nunca tenemos diferencias, los otros días tuvimos un encontronazo. Por suerte, pude darme cuenta al toque de mi error, y me retracté, pero ella es tan sensible que ya estaba llorando en silencio. No me alcanzaron las palabras para disculparme, y al otro día le traje una revista de moda que ella tanto prefiere. Le dije que no es fácil ser madre, y que por favor, cuando no esté de acuerdo en algo, que me lo diga, que no se calle. Ya que lo que le pase conmigo, le pasará afuera en cuanto a los límites, con un novio, con un jefe, con quien sea. Que estoy para aprender tanto como ella, que no quiero ser controladora, que quiero que sea libre. 

Por suerte, al otro día, aceptó una sugerencia, y cuando llegué del trabajo no estaba. Llegó cinco minutos después, había ido a comprar sola una tela para hacerse una camisa. Me gusta que sea independiente, aunque me contó que el vendedor le dijo que iban a comprar las telas a Francia y a Bélgica... Mmmmm si la importación está cerrada, y es todo un tema... Después la invitó al piso de arriba a ver telas... Ella estaba contenta cuando me lo contaba, toda ilusionada, pero el tipo tenía otras intenciones, yo creo, y si no pasó nada, en parte, es porque cada vez que sale o que se queda sola, pide la protección a la Madre (la Virgen María). Aunque yo también lo hago, cuando me voy a trabajar o salgo, le entrego a la Madre a Julieta, a Pon-pon (mi gata), a la casa, para que esté todo bien. Es tan importante pedir al Reino Angélico, porque yo no puedo estar en todos lados, y sobre todo, porque ella tiene que crecer y yo aprender a soltarla. Pero vivos hay en todas partes, así que le pedí que no confiara tanto. Es que ella ve las telas, y sueña en diseños, en cortar y fabricarse sus propias ropas, pero es tan pura, tan ingenua... 

Tan ingenua como la madre.



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