miércoles, 15 de julio de 2015

Cuando las rayitas azules no tienen ida y vuelta

Me tengo que ir a dormir, pero escribir es una tentación. Más hablando hasta recién con Euge y su proyecto: porqué no nos ponemos una consultora?

Ni hablar... me quedó picando el gustito de administrar lo propio, sin intermediarios. Y agrega:

-El tema es que también hay que venderlo. 

Y reflexiono para mis adentros, y pienso, que eso casi estaría resuelto, porque ya tengo quien se ocupe de lo comercial. No se ocupa de mí, pero sí de los billetes. 

Ayer a la tarde, llamado de consultorio urgente. La ferretería que se transforma en callcenter de corazones perdidos. Es David, siempre dispuesto, lo conozco desde que iba a comprar los tornillos del cochecito de Juli, cuando tenía dos años. Esa tarde, nos miramos a través del mostrador, como si nos conociéramos de otra vida. Entonces, él se ofreció a repararlo, porque sus compañeros entre pataduras y vagos, no hacían una. 
Tiempo después alquilé departamento, justo enfrente, y él venía a darme unos consejos con el enduído y la pintura, mientras Juli chiquita, ya con cuatro años, se entretenía en una colchoneta con unos juguetes. Y así empezó nuestra amistad de fierro. Si me habrá visto llorar por el profe, sí, ese tan reprimido que nunca concretó. Pero dejemos eso de lado... siempre que tengo dudas, o toco fondo, o estoy triste, cada tantos meses, un llamado de carácter urgente, lo requiere.

Y me dijo, si te contesta, seguilo, qué perdés? Y nos reímos de la diferencia de edad porque él me confiesa que está noviando hace unos meses con una a la que le lleva 20 años. Y agrega:

-Mientras no te clave un visto y te conteste, seguile escribiendo, si vos sabés lo que querés...
-El tema es que me clave otra cosa- le digo riendo

Para rematarla, me clavó el visto esta vez, y no la otra cosa, nuevamente. Es que cuando te sentís bien con alguien, querés más, y a lo mejor para el otro, ya  fue. De todas formas, ya me relajé, tiré la toalla. Además, con el baile que tengo con dar el alta al monotributo, hoy no hubo otro tema que ese. Es que si no lo saco, y para eso tengo que cambiar el domicilio fiscal, no voy a ver un centavo, porque en la clínica más que estetoscopios colgados en el cuello, parece que en los bolsillos tienen cocodrilos...


No hay comentarios:

Publicar un comentario