miércoles, 27 de junio de 2012

Capítulo 9: El amor se aprende en la infancia




Capítulo 9: El amor se aprende en la infancia


Después de tanto explicar cómo repercute el trato recibido por un niño en su ámbito familiar, y cómo determina esto sus elecciones amorosas futuras, sería inoportuno saltear a los niños. Como ya vimos, el amor se aprende en la infancia, por lo tanto esta etapa es crucial, y depende de nosotros como padres de qué forma se desarrolle.
Las primeras semillas del sentimiento amoroso las cultivamos en el trato que le damos a nuestro hijo desde bebé, luego de niño y después durante la adolescencia.
Si procuramos una relación familiar sana y armoniosa, esto repercutirá en la forma de elegir y comportarse en pareja, de esos niños cuando sean adultos.
El amor se fomenta y se enseña con cada acto, y no cesa nunca, por más que veamos a nuestros hijos grandes, y pensemos que pueden cuidarse solos porque son adolescentes.
Justamente lo contrario, esa es la etapa más delicada. Pero si te has olvidado de comunicarte con ellos desde niños, jugando, charlando y leyendo juntos, porque tu trabajo te demandaba mucho tiempo fuera de casa, y cuando volvías cansada o cansado, querías suplir tu ausencia con regalos, poca escucha y enchufándolos al televisor o algún juego electrónico, para no ocuparte de ellos, te será más difícil volver a conectarte con ellos.
Por otra parte, en general, los padres sólo compran un libro sobre niños, cuando va a nacer su primer hijo. Se instruyen sobre el cuidado del bebé y todo lo referido a este tema. Pero luego, en lo que atañe a la educación infantil se nutren del saber cultural, del conocimiento aprendido a través de su propia crianza, y de los consejos de sus padres.
Y sólo concurren a una psicoterapia infantil, cuando el niño presenta problemas de comportamiento en el colegio, en la mayoría de los casos.
En este sentido, no se invierte en libros sobre educación de niños, quizá hasta que entren en la adolescencia y su nuevo comportamiento los desoriente de tal forma, que los padres comienzan a interiorizarse del tema. A veces, este interés sólo sucede cuando sus hijos ya están involucrados en drogas, alcohol o padecen trastornos de alimentación, entre otras cosas.
El objetivo es que abordemos diferentes aspectos de la educación infantil y adolescente en función de una mirada psicológica, pero fundamentalmente preventiva y práctica, fácil de entender. Ahora le toca el turno a los bebés.


Bebés

Esta sección sobre bebés no reemplaza al médico, es un complemento

La técnica del amamantamiento

Cuando mi hija tenía un mes, concurrí a la “Liga de la Leche”, donde se dan instrucciones a las madres, sobre técnicas para la alimentación a través de la leche materna. Esta institución sin fines de lucro, estaba ubicada en el barrio de Belgrano, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Me recibieron en un living hermoso, donde varias madres se hallaban sentadas dándole la teta a su hijo, y recibiendo instrucciones de cómo hacerlo.
Por mi parte, aprendí la técnica y fui practicando, teniendo a la instructora muy cerca, quien iba controlando la posición de mis dedos, los tiempos, etc. Me fue muy útil aprender, que se debe tomar con la palma de la mano, la parte inferior de la mama, dejando libre el dedo índice. Así cuando el bebé estuviera mamando, y comenzara a dormirse, podía utilizar ese dedo para tocarlo con unos golpecitos suaves, sobre su maxilar, casi junto al extremo de su boca. Con esto lo despertaría y le recordaría continuar con la succión. Lo ideal era que estuviera diez minutos mamando de cada lado, para que la leche circulara y esto evitara la acumulación en el pezón, que produce dolor, calor e irritación en las glándulas mamarias.
Luego de una hora, mi aprendizaje estaba listo, pero se me ocurrió hacerle algunas preguntas sobre la educación de los niños, a la mujer que me atendió.
Por un lado, durante el amamantamiento, me habían dolido muchos los pezones, por lo cual, al principio, evitaba darle a menudo, porque el dolor que sentía era muy fuerte. Luego, me explicaron que debía tomar sol en los pezones, porque los rayos solares hacen que se curta y se fortalezca. Aconsejaban hacerlo con una remera con agujeros en la zona de los pezones, ya que transcurrían los días frescos de la transición invierno-primavera. A la vez, que debía colocar en los pezones, crema enriquecida con vitamina A.
Por otro lado, si bien había leído mucho y me había informado sobre el tema, tenía la fantasía de que si el bebé tomaba la teta cada dos horas, se transformaría con el tiempo en un obeso. Por supuesto, que esto no ocurre, y que es absolutamente necesario para su crecimiento.
Pero como en mi infancia debíamos comer entre dos y tres platos de comida tanto en el almuerzo como en la cena, todos tuvimos luego, tendencia a engordar, y me preocupaba el tema. Luego, aprendí que esto no sucede con los bebés, que es una etapa especial del crecimiento, en que si reciben leche materna tienen más anticuerpos, y menor tendencia a engordar en su adultez, que si se los alimenta con leche de vaca.
También era importante, mientras le daba la teta, utilizar la ayuda del dedo índice para despertarlos, si no  antes de la hora, estarían llorando para volver a comer, porque se habían quedado con hambre. En cambio, si le estaba dando de mamar, y el bebé se dormía, al despertarlo con el dedo índice lograba que estuviera diez minutos tomando de una teta, para luego pasarlo a la otra, y tomar diez minutos más. La verdad, es que nunca llegaba a los diez minutos en la segunda teta, pues mi hija estaba totalmente satisfecha.


Atiéndelo rápido, y no lo dejes llorar

Más allá de esto, fue muy útil la charla con esta señora sobre la educación en general. Le interrogué si era bueno atender al bebé enseguida que comenzaba a llorar, o era mejor hacerle esperar, para que no se volviera caprichosa o malcriada.
Me contestó que no debía hacerle esperar, porque esto los angustiaba más. En cambio, si apenas lloraba, iba a atenderlo, comenzaría a hacer un registro de que no estaba solo, y eso le iría dando seguridad y tranquilidad a su persona.
Cuando dejas a un niño llorar, él se siente abandonado, más aún siendo bebé, ya que tiene incapacidad para expresar en palabras lo que siente. Además  que es su primer tiempo en el mundo externo, luego de haber estado totalmente confortable y protegido en el vientre materno.
Acudir inmediatamente al llanto del bebé, con el tiempo producirá un niño tranquilo, paciente y contenido. En este sentido, me explicaba que un bebé lo único que puede hacer es llorar o gritar, porque no sabe aún hablar, y que en base a ello, debía decodificar qué necesitaba. El bebé podía llorar porque se había hecho pis o caca, porque estaba paspado, porque estaba cansado de estar acostado y quería estar sentado (o viceversa). Porque simplemente, ya se había despertado y buscaba compañía. También porque tenía hambre.
Además, podía despertar varias veces en la noche, ya que podía estar soñando, o simplemente al ver la oscuridad, sentir miedo, y pedir por su madre. Si en ese caso, estaba allí apenas lloraba, continuaría durmiendo, ya que sentiría que había un adulto responsable para protegerlo. Podría volver a despertarse, varias veces y durante varios días, semanas o meses, pero todo se iría graduando, hasta acostumbrarse y comprender, que su mamá estaba allí a su lado, incondicionalmente, porque para eso somos padres. Para cuidarlos y protegerlos.
También es importante colocar en su cuna, moisés o cama, un peluche a su lado. Si es su preferido, mejor. Este objeto blando, ocupará el lugar de mamá sustituta. Es lo que se denomina en psicología “objeto transicional”. Significa una transición o reemplazo temporario hasta que llegue su mamá. Es decir, en el día cuando el bebé despierta, ve su peluche –un objeto familiar- y no se siente tan solo. Demandará a su mamá también. Pero, muchas veces, al ver ese muñeco favorito y habitual, lo tomará con su mano y así se volverá a dormir. Esto es algo que irá incorporando de a poco, por eso, es bueno colocar un peluche de cada costado de la cama, para que siempre tenga uno a mano. Deberá ser un peluche seguro, sin ojos que sean botones y que se los puedan tragar. Cuando haga este registro visual y táctil durante el día, en la noche con sólo tocarlo lo reconocerá.
Es factible también, que algunos niños o bebés, tengan miedo a la oscuridad. Esto puede solucionarse con una pequeña lucecita tenue que permanezca encendida durante la noche. Cuando a un bebé se lo ha dejado llorar por noches enteras durante meses, pensando erróneamente que así aprenderá a que debe arreglárselas solo, esto no es así.
Si no que con cada noche en que no ha sido atendido como corresponde, su angustia aumentará. Esa angustia puede transformarse en depresión, en un sentimiento de soledad irreparable, si no se hace algo a tiempo.
Con cada llanto, el bebé espera angustiado que esta vez, su madre venga a socorrerlo, y al no suceder esto, su desesperación aumenta. Entrará en un ciclo repetitivo de miedo-angustia-dolor, porque lo único que desea es una respuesta de amor. Esto es un mimo, una palabra dulce, una caricia o un abrazo.
Con las noches sumidas en llanto y sin unos brazos protectores o una caricia, en el momento exacto en que comienza a llamar a su mamá mediante gemidos –porque es lo único que sabe hacer, no tiene otra forma de expresarse-, se irá incrementando su angustia y su soledad, si nadie se acerca ni lo consuela.
Un bebé que lleva semanas así, está sumido en un sentimiento de soledad y de desconsuelo. Lo más probable que si sus padres no cambian su comportamiento, se transforme con el tiempo en un niño irritable y depresivo, lo que luego producirá un adulto lleno de temores, fobias, cambios de humor o depresión bipolar.


Armonía para los padres

Es entendible que si el bebé se ha despertado continuamente en las noches, sus padres no duerman bien y por lo tanto estén irritables. Este sentimiento será percibido por el niño o el bebé, y producirá mayor miedo y angustia, que se traducirá en llanto o mal comportamiento, si es un niño mayor.
Existen soluciones naturales, como las Flores de Bach, avaladas por la O.M.S. Si los padres están irritables, enojados, con  cambios de humor o inestabilidad emocional, puede solucionarlo con Flores de Bach. Incluso existe una fórmula indicada para el insomnio, que puede variarse y adecuarse, según el perfil de cada paciente. El secreto es realizar un buen diagnóstico para saber cuáles flores necesita.


Llanto por los cólicos

Otro llanto diferente es el que se produce en los primeros tiempos, debido a los cólicos que sufre el bebé. Esto sucede porque su aparato digestivo aún no está bien desarrollado, y esto se solucionará más adelante.
En los primeros tres meses de vida tienen muchos cólicos, como producto de los gases. Esto les trae dolor de “panza”, por lo cual hay que hamacarlos, y esto a veces, te puede llevar una hora de tiempo, con el consiguiente dolor en los brazos.
Volviendo al tema del amamantamiento, asegurarse de que estuviera bien satisfecho cada vez que tomaba el pecho, me daba al menos dos horas de tranquilidad, para poder descansar, dormir, o hacer tareas en la casa.



El marido que pasa la prueba del post-parto

Algunos matrimonios se deshacen luego de la llegada de un hijo, cuando apenas es bebé. Puede ocurrir al nacer el primero, segundo o tercer hijo, pero lo destacable, es que se trata de los primeros meses de vida del bebé. En esa etapa la mujer además de estar extremadamente sensible, también está sobrepasada de tareas: el bebé, la casa, el trabajo, etc. Por lo tanto, deja de lado a su hombre, por razones de fuerza mayor. En ese sentido, es vital la comprensión de su marido y su ayuda en el hogar, así sea en las pequeñas cosas. Las mujeres observan estos detalles, sobre todo cuando están sensibles.
En cuanto a la esposa, es importante recordar que si bien el bebé requiere su amor y su cuidado, ella también sigue siendo mujer, además de madre. Cuidar su aspecto, tener un tiempo para sí misma, pedir ayuda extra, y recordar que tiene un marido, es importante.


Consejos para cuidar el pezón durante la lactancia

En la Fundación para la lactancia materna*, me dieron estas instrucciones para el cuidado y preparación del pezón. Aún conservo el papel, y lo transcribo (en letra cursiva) porque es de gran utilidad:

Grietas: El tratamiento más adecuado para las grietas se realiza con: AIRE – CREMA – LECHE – SOL

Aire: El pezón debe estar siempre seco y al aire. Para secar se utiliza un secador de pelo o se apantalla. Para que estén al aire se puede agujerear las puntas de un corpiño (o bajar la tapa del corpiño de amamantar), o utilizar escudos o casquillos aireadores de pezón.

Crema: La única crema aconsejable es la crema de caléndula. Esta crema no debe retirarse para prender al bebé ya que es inocua. Colocarse un poco después de cada mamada.

Leche: Su leche tiene propiedades cicatrizantes. Coloque una gota en cada pezón y seque apantallando, varias veces al día, sobre todo cuando chorrea los pechos.

Sol: Tome sol directo en los pezones 15 minutos por la mañana y 15 minutos por la tarde. Puede ponerse una remera vieja con un par de agujeros  a la altura de los pezones. Es importante que los labios del bebé queden paralelos a la herida para que cierre al mamar. Observe qué dirección tiene la grieta y varíe la posición en que da de mamar a su bebé para lograr lo dicho anteriormente. Puede darle en posición inversa o acostada.
Para evitar y/o curar grietas, el bebé debe tomar parte de la areola al mamar, quedando el pezón bien adentro de su boca. Esto se consigue sosteniéndolo bien cerca, con su pancita tocando la panza de la mamá, de manera que cabeza y cuerpo le queden alineados, y no tenga que girar el cuello para mamar.

Nota aclaratoria: hay un tipo de grieta que tarda en curar y que puede derivar del Muguet (hongo) común en muchos lactantes. En este caso se debe consultar al médico pediatra para iniciar un tratamiento tanto en la boca del bebé como en el pezón. NO USAR CREMA DE CALÉNDULA HASTA TERMINAR EL TRATAMIENTO DEL HONGO MUGUET.

*Este escrito pertenece al año 1998, vale la aclaración en caso de que haya sido modificado De todos modos, este aporte puede ser útil para quienes lo desconocen, aunque puedes consultarlo con el médico

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