martes, 3 de noviembre de 2015

O te rompo los esquemas... o se rompe esta ilusión

No es que bajé los brazos, pero más vale que los baje, porque si sigo jugando con los mensajes, no voy a ir a  ningún lado.

Ya lo hice ayer dos veces, a medianoche y a las 2 y pico de la madrugada.


En el primero, terminé escribiéndole: "Después de charlas maratónicas por teléfono, me voy a dormir, diciendo "Soy una persona prudente, voy a portarme bien" ja ja... Medio beso te mando".


Por supuesto que la prudencia no me duró nada, y menos si me despierto a mitad de la noche, sin filtro. Momento en que el sueño deja salir libremente al inconsciente, y ahí no hay nada que me detenga:


"Tu abrazo para dormir da resultado eh... Mirá, si no te enamorás de mí, por lo menos, te vas a reír un rato, o te gusta mi parte espiritual o mi desfachatez, sobra de las dos te digo, no sé cuál más... Te acordás de esta canción: "Yo tengo fé y creo en el amor, yo tengo fé, también una ilusión, yo tengo fé que todo cambiará..." no sé cómo sigue pero está buena, no? Uy... si te desperté sorry, te mando 300 besos, tk* aunque cambie de remis, en uno que de vuelto me den besos sin que yo los tenga que pedir... ja ja... No puedo estar sin hacer bromas, bue sigo durmiendo... Terminó la tortura china (a mis hermanos le dicen Chino, sabías?). Bueno, fin del comentario, besotes".


Por supuesto que me desvelé y no me dormí hasta las 4.30. Al trabajo llegué tarde y mi jefe médico estaba en mi escritorio usando la compu, y dice: "Encima que llega a la hora que quiere le tengo que dar el lugar".

Esta vez, aproveché, para hacer las pases, y le confesé que me hace acordar a mi abuelo y a los hermanos de mi abuelo. Es cierto, su fisonomía, su forma de hablar, hasta sus movimientos al caminar. Es lindo recordar a mi abuelo, yo lo adoraba, y en los almuerzos grandes, cuando venían sus hermanos Toco, Manuel, y otros era un deleite.

Pero la vida continúa, y todas estamos hablando de dónde vamos el finde. En parte, siento que tengo que poner un freno a todo mi ímpetu, porque del otro lado hay un silencio... Así que cambiar de boliche, es la mejor salida. Pero bueno, no sé si quiero conocer a otro. Cómo me cuesta... soy fiel aún donde no hay nada. Porque simplemente soy leal a lo que siento.


Igual la noche es tentadora, el otro sábado, en un momento me crucé con la mirada de un flaco que estaba bárbaro, y él también se impactó porque justo me estaba riendo.

Luego, se acercó, se quedó un rato, oteando, pero yo ni la hora... qué pérdida de tiempo.

Ayer hablé con David, y ahora estoy esperando el llamado de Diego. Increíble, acabo de escribir su nombre y suena el teléfono.´


Diego me pregunta por mis expectativas, ya que esto parece el monólogo, y no de "esa parte femenina", justamente, cuya obra de teatro es hiper conocida. Más bien, el monólogo de mi corazón, que está más solo que la luna allá arriba.


Lo único que sé es que ya no voy a escribirle. Que dejaré el celular bien lejos para no tentarme a mitad de la noche.


Diego dice que sobre el tema sexual cada persona tiene sus tiempos. Pero que es muy difícil remontar una situación sin verlo, sin que me conteste, y sin viaje de por medio.


Todo eso es cierto. Si yo fuera mi paciente, me diría, que salga el finde, que conozca a otro y si luego vuelvo a cruzarlo ver cómo fluye.


Pero lamentablemente yo no soy mi paciente. Soy más bien una impaciente, que no tiene suerte en el amor, y que todo esto es cómo remarla en dulce de leche.


Mejor vamos con las frases:



  • Encuentro al hombre que quiero y me quiere.
  • Tenemos buen sexo amorosamente.
  • Es bueno, sano y divertido.
  • Me tiene toda la paciencia del mundo.
  • Me ama y no resiste, y se anima a decírmelo.
  • Bla, bla, bla...


*tk = te quiero.



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