miércoles, 4 de noviembre de 2015

Desprenderme de lo que me hace mal

Es el momento en que me despido de vos, en que te vas de mi corazón, aunque siempre aquí tendrás un sitio privilegiado. El amor es así, dar, sentir y soltar. Y ahora te suelto. Con todo lo que implica, reconocer mis errores, mi apresuramiento, y ubicarme en esos lugares de merd... dónde no me dan bola, no me registran, no saben quererme.

El mismo rol que ocupé con mi padre lo repito una y otra vez. Siempre ocupado, trabajando, indiferente, solitario, crítico, despojado.
Y de grandes, queremos revertir inconscientemente la escena: mírame, dame bola, amame, haré hasta lo imposible para merecer tu amor...

Y en esos lugares indeseables colocamos a los sujetos de turno para luego calificarlos como fríos, inertes, helados...
Pero vos no estás en ese lugar, sé que no. Porque en estos meses logré verte. Ver el sol de tu alma, que se esconde en esos viajes nocturnos y vuela de casa en casa para no sentir nada. Para no herirse más de lo que ya sangra.

Adiós hermoso, que encuentres el alma que te corresponde para ser feliz en esta vida.

Y ojalá que yo también la encuentre.

Vamos con las frases:
  • Decido lo mejor para mi vida.
  • Elijo el hombre que me quiere.
  • Doy lo mejor de mí y así lo recibo.
  • Me dejo querer, y voy hacia personas que me quieren.
  • El amor es libertad, y libero a los seres que quiero para que decidan amar sin conflictos, sin prejuicios.
  • Amarme a mí misma, es quedarme donde pueden quererme.

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