sábado, 14 de noviembre de 2015

Como una lady

Mientras desayuno frutillas, banana y nuez, con un toque de dulce de leche, y bebo un café liviano, el jugo de las frutas se mezcla con el de mis lágrimas. Es por vos, que aunque mi parte mental te tiene bien ubicado y catologado, siempre un resto sentimentaloide se escapa por la tangente.

Anoche íbamos a salir, la verdad es que yo tenía ganas de ir a Nuñez, pero entre el partido de fútbol Argentina - Brasil, que se jugaba justo enfrente del boliche, ya lo complicaba.
Después, Clari nos avisó que por los atentados en París, estaban reforzando la seguridad en todos lados, por lo tanto, ese lugar con tantos hinchas de fútbol dando vueltas, dispersándose, iba a ser un caos.
Pero lo principal, es que saber que viajaríamos los tres juntos, casi me descompone. Y si bien en un primer momento, lo quise anular, luego me di cuenta que no podía seguir controlando todo o iba a tener que blanquear. Cuando estaba dispuesta a esto último, Clari se metió en la cama y dijo que algo le decía que ahí no teníamos que ir. 
Así que, me dispuse a meditar, puse antes en silencio el celular, y me quedé dormida.

Ahora, el cachete derecho, en su parte superior, se me adormece, es el síntoma que tengo, con este flaco. Es el miedo y sentir el rechazo. Creo que no tengo que verlo más, que tengo que evitarlo. 

El jueves llovió intensamente, yo llevaba casi sin dormir tres días seguidos, pero la guerra fría, la guerra del no beso, no tenía sentido. Porque cuando no actuaba o no escribía, al final no dormía. 
Así que, intenté usarlo de somnífero, y le tiré tres mensajes, entre la 1 y la 1.30 de la madrugada, con sus espacios de tiempo, para ver si hacía algo, pero por supuesto, no respondió nada:

-"Ya no llueve?"

-"Quizá afuera no y dentro tuyo sí"

-"Si no tuviéramos que escribir mensajes y nos comunicáramos por nuestros corazones directamente sabríamos otra cosa de cada uno..."

Eso sí que era un burdo recuerdo de "Solos en la madrugada". Pero como de todo me repongo, haré lo mejor para olvidarlo.

Hoy quedamos en salir con Euge, y sí, esta vez, tengo que jugármela, tratar de conocer a alguien, aunque me tienta ir con él, porque de ida, puedo portarme como una lady, sin que se dé cuenta de que me importa algo.



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