miércoles, 11 de noviembre de 2015

Espacios de amor

Medito a última hora porque me he dado cuenta que no lo he hecho, y con la esperanza de que de paso lograré dormirme. Pues casi lo hago, pero se ve que varias cosas pasaron por mi cabeza, que estoy aquí despierta.

Fui a la cocina y asalté el chocolate, acompañado de dulce de leche, nueces y banana. Así no hay verano que aguante, digo por la silueta. 

Al anochecer fui a caminar al parque, mucha gente haciendo ejercicio o acompañado de sus perros.

Muy solitario todo. Llamé a Clari y su celu no contesta, debe haber caído dormida, además de que su whatsap desde ayer no funciona.

Mis amistades están cambiando, porque nuestras vidas personales se han modificado. Entonces los espacios se llenan con otros seres, y sin querer se toman otros rumbos.

Anoche me he despertado varias veces, porque su imagen me asalta en sueños, y me desvela. Casi le mando un mensaje, pero me frené a tiempo. Un poco de ausencia viene bien para que piense. Pero de tanto despertarme en la madrugada, cuando sonó la alarma no pude levantarme, y llegué tarde al trabajo. Mi jefe ya me carga, lujo que se da porque fueron sólo unos minutos, por cierto.

Sandra me ha hablado del pequeño, al que he ido a ver el día de su cumpleaños, la semana pasada. Me ha dicho que ha entrado temblando el sábado a la clínica, pues pensó que estaría su madre. Pobre pequeño. Ella le ha comentado a su hija adolescente, la que estudia diseño de indumentaria, y ha charlado por teléfono con Julieta. Mica, le dijo con respecto al niño: "En vez de hablar que te preocupa, hacé algo".
Y se me ha ocurrido que podemos salir las dos con nuestras hijas e invitar al pequeño. Pues lo que él necesita son vínculos de amor y espacios de encuentro. A Sandra le ha parecido buena idea. Espero que lo concretemos.

Ayer hablé con David sobre él. Y es el único que me alienta, que no emite prejuicios al respecto. Me ha dicho: "Y a lo mejor es una manera de iniciar algo".
Es más fácil empezar cosas de forma desestructurada, más cuando ambos venimos con miedos e historias pesadas. 
No sé si lo digo para conformarme, o si realmente lo siento.
Pero así se dan las cosas, por ahora.

Euge me escribe a la tarde quejándose de Norton, que no escribe, que no contesta, que no aparece.
Al rato, me avisa que de milagro le ha mensajeado, y a continuación, agrega: "Él como si nada... el hdp*".
Le digo que se compre los libros de John Gray, y que así va a entender. 
Es que Norton no tiene que darse por aludido de nada, si no son novios. Sólo se están conociendo, entonces, no hay horarios, ni condiciones, ni reglas. Las cosas fluyen. Si te enojás porque tus expectativas no se cumplen, perdés el tiempo.

Dejar fluir es la consigna. Y no marranear porque no hace lo que pretendés.

Esta tarde, haciendo zapping, pesqué en una película: 
              "La vida es simple: toma decisiones y no voltees para atrás". 

Ojalá lo hiciéramos.



*hdp = hijo de p... (insulto o calificativo durísimo para describir a alguien que se comporta mal)


No hay comentarios:

Publicar un comentario