lunes, 9 de noviembre de 2015

Hay que besarse más

Dios... no dejes mi celular cerca cuando estoy durmiendo, porque más que escribir, escupo todo lo que tengo adentro.

Seis menos cuarto de la mañana, mensajeé sin filtro. Será que anoche hablando con Edith, uno se escucha nuevamente y piensa. Sobre todo con ese pasaje de la película que me relató: cuando alguien por defenderse, termina ahogando a los que están a su alrededor, tratando de amar con su presencia.

Y ahí me ví yo, expuesta, kamikase, loca, arrebatada, jugada... por amor.

-Sin besos no puedo sentir, no me puedo calentar. Y me duele que me rechaces un beso porque me ponés en un lugar... el último, y no me lo merezco, porque yo no te trato mal para que me lo hagas. Las prostitutas no besan para no sentir. Y quizás no te guste de verdad, no sólo estoy para hacerte acabar. No es el sexo lo que me importe, sólo necesito alguien que me quiera, así sea por esos dos minutos juntos. Y cuando tenés miedo no sólo te defendés vos, sino que sin darte cuenta, lastimás al otro. Lo mejor de la noche fue ese abrazo, y dormirte, abrazados.

Por la mañana, cuando llego a la parada del colectivo, nos whatsapeamos con Clari, es una manera de empezar el día, haciéndonos pata. Le comento mi exabrupto de esta mañana, al que me mueve el piso en estos días, y me dice:

-¡Qué lindo lo que escribiste, espero que sepa entender y que no se asuste!
-Ni me importa. Asustado ya está -contesto yo, registrando mi enojo y ya tomando Holly para curar ese estado.
-Jaja... perfecto. Le dijiste lo que te sucede a vos
-Lo que pasa que no mide lo que genera su actitud. Y se lo tengo que hacer ver
-Está perfecto
-Yo ya le dije que confíe en mí
-Qué bien! Ese es el punto, no confía
-Después que no diga que me voy a bolichear
-Ah, jaja, sí
-Estoy enojada... jaja
-Tenés razón. Es que son así
-Y bue, me cansé de ser la buena, la comprensiva, la psicóloga y la p... madre que lo parió... jaja
-Jajaja
-¿Quién es? Brad Pitt? Me trataría mejor...
-Jaja... Nooo... Te movilizó el muchacho
-Es un caprichoso que no quiere abrir la boca
-Un poco de bifes le va a venir bien... Correctivo hay que aplicarle
-Le tiene miedo al lengüetazo
-Exacto. Y así sufre él
-Justo conmigo? Salí...
-Le tiene miedo a abrirse, a mostrarse, a mostrar quién es... Es muy sensible
-Le metí los dedos en los dientes para abrirle, y la dejó cerrada. Jaja... Después más tarde la abrió, para darme el gusto. Porque soy rompebola
-Se niega. Después accede
-Después dormimos abrazados
-Por eso, es un tierno
-Pero en la despedida, otra vez no quiso... Que se arregle su bocho en su taller... Jaja
-Jaja... Correctivo
-Ni que me lo fuera a violar con un beso
-No quiere abrirse. Está negado
-Jaja... Ya está sintiendo
-Sí

Así me desahogué en el trayecto al trabajo, pero después el día sigue. Y por momentos, lo extraño, lo quiero, no veo la hora de verlo.

Y me pregunto cómo le habrá caído. Me preocupa un poco. Pero no tengo que arrepentirme. Yo también tengo derechos. Y si no se da cuenta lo que me pasa, debo decirlo. Pase lo que pase. Primero yo. Pero no en el sentido egoísta. Si no que sufro, y no tenemos que lastimarnos. Ya sé que él no quiere nada, pero sea lo que sea lo que está pasando, está bueno ser claros.

Después el destino decide. Y trato de relajarme. De no controlar nada. De darme cuenta que lo mejor es soltar todo, y entregarlo a la Madre.

Si me oculto y no soy sincera, seríamos como dos ciegos caminando por una ruta incierta. Sé que mi franqueza asusta. Sil me dice que los virginianos tenemos una manera de hablar que ella no comprende, porque le cuesta mucho abrirse.

Pero no me puedo pasar la vida poniendo parches y tratando a todos con algodones. Más cuando me siento lastimada, de alguna manera.

Ya veo que con esto, la próxima vez, ni bola. Con armadura el pibe, y tras las rejas.

Bueno. Basta ya de tanto pronóstico nublado. Mejor vamos con las frases:


  • Encuentro al hombre que me quiere y me comprende.
  • Sabe de mi sensibilidad y se adapta.
  • Puede besarme y ser cariñoso normalmente.
  • Entiende que el amor es parte de la vida y se entrega.
  • No le teme a vivir, ni a enamorarse. Ni a las locuras que hago o que escribo. Sabe que mis arranques tienen la base del amor y me entiende. Disfruta de estar conmigo y busca compartir ese tiempo libremente.




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