jueves, 5 de febrero de 2015

Amor en un minuto

Uno más del montón. 
No sé porqué piensa que escribiéndole, estoy metida, y nada de eso. Quería tener alguien con quien hablar. Pero se atajó enseguida, con que él es cambiante, que por favor no me enganche, bla, bla, bla.

Después me preguntó qué es para mí el amor. Cuando se lo dije, opinó que sentía como una adolescente. Encima que quiere saber, luego juzga. Ah... qué paciencia hay que tener con esta gente.

Y la verdad, es que no estoy enganchada, si recién lo conozco! Sólo me parecía buena persona. Qué sé yo... todos se atajan, nadie quiere sentir nada, y después se quejan...

Finalmente seguí la charla, pero como no se puede tipear todo, prefería hablar por teléfono, es mucho más sencillo. Pero el cobarde no quería, prefería usar los dedos. 
Así que, aunque me lo tomé bien, debo confesar que al principio, mis ojos se humedecieron. Es que, aunque la persona no me importe, soy sensible, no puedo ser de otra manera, y si no, no trabajaría de esto. 
Escucho gente, entiendo sus almas, trato de hacer lo mejor para comprenderlos y ayudarlos... en fin, imposible de hacer este laburo si no fuera sensible.

Al final, entendí la onda, seguí el diálogo, lo más ameno posible, pero en algún punto sentí que estaba hablando con alguien, en ese aspecto, en cuanto a sentimientos, algo inmaduro. Le seguí el juego, y mis últimas frases fueron: no te ilusiones conmigo, te lo pido por favor, jaja ja.

Pero le dejé claro que quedaba en sus manos escribirme, que yo ya no lo haría, para que él no sintiera que lo perseguía.

Me dijo lo que me encanta es que se puede hablar con vos, y que me hacés reír. Bueno, los que leen este blog saben todo esto, acá hay profundidad y risa, todo junto. Así es mi estilo.

Por suerte, mañana temprano me voy a nadar, a despejar mi cabeza, y a charlar con gente linda, que no te está evadiendo, ni nada de eso.
Pronto viene el finde, y a vivir de nuevo... el amor siempre es posible, aunque para él dure un minuto, como dijo. Se vé que se le paró el reloj, en alguna relación que tuvo... y se olvidó de cambiarle las pilas, o llevarlo al relojero.

Es lo mismo que el amor, porque tu reloj se pare, no quiere decir que no exista el tiempo. Porque tu corazón se cierre, no quiere decir que el amor no exista.



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