lunes, 9 de febrero de 2015

"Sólo llamé para decirte que te amo"... la canción de Steve Wonder, eh!

Sensible, movilizada... es poco. Pasaron muchas cosas, buenas, malas, de todo, en estos últimos días.

Anoche cuando me estaba ya durmiendo entró tu whasap, y así pasamos más de una hora y media. Mmmmmmmm, no se puede dormir en Buenos Aires.
Llovía en tu pago, y en el mío, no. Trajiste la brisa desde allí, por eso en la noche refrescó. Pero no tenía frío, vos estabas ahí, como suspendido, en la línea que nos une por simples palabras. Pero no tan simples. Tus preguntas son fuertes. Nadie me las ha hecho. 
¿Hace cuánto que alguien no te dice que te ama, o que está enamorado de vos? Realmente no lo recuerdo, fue hace tanto. Parece hasta de película de ciencia ficción, para los tiempos que se viven hoy.

La verdad que dormí muy poco, tengo como una sensación de flotar. Lloré mientras veía el final de Violetta con Juli, no por lo que pasaba en la pantalla, sino sólo por pensar en el amor.

El sábado en la reunión de Meditación, pude preguntar algo que quería hace tiempo, y que por no ofender a la persona, lo posponía. Pensaba que algunos de mis compañeros, los más duchos, los más antiguos en el tema, habrían de hacerlo en algún momento. Pero no era así, y la pérdida de campo de Luz de uno, al final de cuenta, es cuestión de todos, si no lo ayudamos a resolverlo. Yo lo he pasado, ya tres veces, y ahí me di cuenta que lo central era que creía que los demás debían actuar según mi ideología, mis códigos, mi educación, mi escala de valores, mis hábitos, etc. Finalmente me di cuenta que no era así, que cada uno responde a la vida como le sale, según ha sido criado, y según su psiquismo. Darme cuenta de eso, me ahorró muchos enojos silenciosos, que nadie se enteraba, pero que al final, padecía sola. Y aquí no estoy hablando de hombres, sino de las cosas simples de la vida. Aprender esto me costó mucho. No lo hubiera hecho si mi instructora, casi sin conocerme, me preguntara: Ely ¿por qué te enojás tanto?. Eso fue lo que le transmití a mi compañera de grupo, en la reunión, aunque me tuvo que ayudar Analía, a arrancar con la pregunta inicial, porque yo, y mi falta de diplomacia, cuando un tema me está dando vueltas hace rato, sale de la peor manera, como una escupida. 

Luego, pude retomar el asunto yo, pero desde el corazón. Porque mis miserias en cuanto al ego, son tan comunes a todos, y no me avergüenza mostrarlo, porque lo padecí, y algo aprendí. Es entonces, que cuando alguien del grupo no se da cuenta en que la está pifiando, hablar claro, preguntar, contar nuestra propia experiencia, sirve. 

Por suerte, lo tomaron bien, y hasta me agradecieron. Me dieron el e-mail para que les pase unos textos que escribía después que terminaba cada Meditación, para ver en qué estaba fallando. Se los mandé con un texto de antesala, que decía algo así: Sepan disculpar, es un alma que habla sin filtros, mostrando sus peores miserias y hasta sus boludeces. ojalá les sea útil.

En fin, después de esa reunión me sentí tan bien, y me vino una paz inmensa, la sentí mucho al atardecer y a la noche ese día, y trato de conectarme en ella cuando un tema mundano quiere deprimirme. 

Era una paz que me llenaba, que me confortaba de una manera increíble. Me acordé cuando decías que tu hijo y tu familia te llenaban de amor el alma. Algo así sentí, o me di cuenta que debía descubrir cómo llenar esos espacios, esos agujeros o heridas del alma, con el amor Espiritual, con el afecto de mis compañeros de grupo, etc., y que si un hombre no está en mi vida para dármelo, es que aún, no he encontrado a mi dupla.


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