miércoles, 25 de febrero de 2015

¿Pasaporte o billetera? → ¿No se les ocurre otro argumento?

Me preguntaba esta tarde mientras caminaba entre los negocios, las vidrieras, y los autos, como si dos cables se fusionaran en mi cerebro, en estas cuestiones de los hombres de hoy con su rótulo sin compromiso, y otras tantas que he explayado aquí en el blog.

La primera, un hombre que por cuestiones de trabajo se la pasa viajando, le dice a su posible romance, que ella no podría acompañarlo al extranjero todas las veces que quisiera, porque sólo le permitirían en su trabajo ausentarse un par de veces, no más que eso. ¿Acaso las mujeres somos objetos, o personas que no tenemos nada que hacer, más que acompañar como lindas figuritas a estos sujetos masculinos? Digo, por si no lo saben, estamos en el 2015, y en este siglo nosotras trabajamos, es más, nos mantenemos con nuestros laburos, y con ese salario, comemos, tenemos una vivienda (sea nuestra o alquilada, también hay que hacerle arreglos o reparaciones), algunas tienen sus hijos, su auto, sus mascotas, etc.
Tal vez, lo del viaje se lo dijo para impresionarla... ¿pero no se dan cuenta que lo que nos impacta a las mujeres auténticas es un hombre con esencia, maduro en sus ideas, fiel, que te cuide y que te haga reír a la vez? 
Obvio, que labure forma parte del combo, tampoco queremos un vago, pero no uno que como carta de presentación, ostente su pasaporte y su billetera. ¿Tan poco se sienten, que no tienen otra manera de venderse?

Lo digo, porque algunos parecen vivir en el pasado, con ese modelo o clishé de la esposa en la casa, que no laburaba. Eso era en los tiempos de mis padres, o de mis abuelos, y no digo que esté mal, para nada. En esa época, un solo sueldo alcanzaba, y no había mujeres solas, ni madres solteras, ni divorciadas, etc. La sociedad era machista. Las costumbres obsoletas por un lado, pero tenían una ventaja enorme, que era la presencia de la madre en el hogar. Por eso, la familia era una prioridad, en el sentido del contacto, y no digo que esté bien o mal como se vive hoy, pero obviamente que no es lo más adecuado. Por eso, hay tanto desvío, tanta soledad, tantos hijos criados por nadie, y las consecuencias las vemos a diario.

La segunda, cuando estos hombres se preocupan si en un futuro deberán hacerse cargo de nuestras cuentas, como conté el otro día, en mi nota denominada "¿Propietaria o menopáusica?", digo... también viven en otra época de antaño. A mí no se me ocurriría que nadie se haga cargo de mis gastos, para eso trabajo. Sí, obvio, que un caballero si te invita a salir, calculo que se hará cargo de la cuenta del café, o del telo. Pero no de nuestras cosas personales. Entonces, me pregunto, es que mezclan todo? ¿será por eso que siempre dicen esa frase, no te enganches conmigo, no quiero compromisos, etc.

Tal vez, por esa razón le escapo a esas generaciones, ya que a veces, son tan rebuscados, que prefiero un pendex sin tanto rollo, sin tanta lastimadura, sin tanta vuelta.

P.D.: Por criticarlos y cambiar el título de esta nota, casi se me                  quema la pizza! 
         Besos a los hombres de mi vida, y a los buenos de ♥ que hay            por el mundo!!! 
         Y por favor, como decía Juan Carlos Calabró, en su personaje
         El Contra, la crítica constructiva es con onda, no se la tomen 
         a pecho.



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