lunes, 19 de octubre de 2015

En familia

Hoy paz y tranquilidad, ya la angustia se ha ido por suerte. Tengo mis razones, porqué no decirlo. 
Ayer en el festejo del día de la madre, fuimos a un restaurant de campo, toda la family. Mis padres, mi hermano menor y su familia, y mi hermano mayor, más Juli y yo. 

En la tarde, el verde del parque y el sol invitaba a salir a caminar, y mirar los pavos reales, de un plumaje azulado y verde, tan brillante como increíble. Mi sobrina Clarita, de seis años, decía que era el animal más bello del mundo, estaba fascinada.


Luego jugamos pinpon con mi hermano mayor. Me he reido tanto. Quizá sea mi nuevo deporte, por lo menos, es una manera de resguardar mi cuadriceps, que no se llevó bien con el fútbol femenino. Por lo menos, la kinesio me ha recuperado.


Después le cedí mi lugar a Juli que jugó con su tío, y convencí a mi madre para divertirnos en el metegol. Luego de ganarle 10 a 2, persuadí a mi padre que estaba parco sentado en un banco. 


Aunque, empacado no quería jugar, finalmente se levantó, y participó del juego con mi madre. Al rato  estaba con una sonrisa disfrutando como un chico, con esa parte que todos tenemos de niño, y que muchas veces nos olvidamos.


Lo hemos pasado tan lindo. El sol hermoso, cuando llegué piqué algo de comer y me fui a la cama. Super cansada. Y si bien no tuve noticias de él, me quedé relajada. Que se haya comunicado a las 3 am del sábado para decirme Feliz Día, fue todo un hallazgo. Creo que quería remar lo que no había ido a buen puerto el día anterior. Y lo logró de alguna manera. Ya en algún momento nos encontraremos.


Es como que el vacío se ha ido, aunque aún no esté conmigo en vivo y en directo. Pero su acercamiento virtual hace que mi constelación psíquica tenga otra estrella nueva. No sé si iluminará o no, si será fugaz, o actuará como un meteorito certero y directo. Pero al menos siento que hay alguien que me ha visto. Y muchas veces, necesitamos el espejo de los otros, para saber que no estamos solos, o que somos reconocidos.


El ser humano no puede estar solo. Y si bien, no sé si esto es ilusorio, es lo que hoy vivo. 


El presente es algo sustancial que pasa por tu mente y se construye de algún modo, no sé en qué puente vibratorio o en que salto cuántico. Pero esta tarde he imaginado tanto de lo que puede darme o de lo que necesito.


Por otro lado, este mediodía quien ha estado mal es Juli. Ha llorado un poco, y finalmente a punto de ir a la escuela, le dije que no fuera. No podía ir en ese estado, estaba tan sensible. Me dijo que se siente sola.


Le dije que yo también me he sentido ha así estos días, y hace varias semanas especialmente. Pero que es muy importante salir y comunicarse. Porque es la única manera de lograr conectarte. Si no, la gente que te rodea no se entera quién sos, cómo pensás, qué sentís y qué necesitás.

Por lo menos, ella va a salir esta semana, espero que le vaya bien y que se divierta.

Estos son tiempos difíciles. Primero por cómo está la sociedad tan frívola, y segundo porque la adolescencia es una etapa de complejos, de inseguridad, de miedos. Espero que salga adelante.



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