jueves, 8 de octubre de 2015

No la dibujemos más

La vida es más fácil con amigas, indudablemente. Más, cuando te sentís sola, y pensás que nadie rescatable aparece en tu camino. 
O si se cruza, no es que parezca un gato negro (porque los amo y son iguales que cualquier felino), pero es uno más que lastima, y mi piel ya no tiene espacio para más heridas. 

Nadie me ha hecho nada grave, entiendasé. Pero es una sumatoria de pequeños intentos que no llegan a nada. Y ya no sabés, si son todos insensibles, o si ya nadie puede ver al otro, como a un verdadero ser humano, con quien disfrutar simplemente. Un poco de paz, un poco de ternura, sólo eso.


Creo que somos presas de esta forma frívola en que se vive hoy, por cierto. Donde mostrar un ápice de lo que tu corazón necesita, es cursi.


Ya he contado todas las frases matadoras del último finde. Que me han dejado un sabor amargo, del cual deglutí hasta el último trago, en una angustia que se alojaba en mi garganta como reflejo de lo que sentía mi alma. 


No sé porqué soy tan sensible. No sé porqué no puedo salir como varias de mis amigas que sólo van a divertirse. 
Trato, le pongo toda la onda, pero es así, nadie me pasa desapercibido. Y cuando digo nadie, obviamente que no es todo el mundo, sino aquel que de algún modo me llega, y pincela la posibilidad de que alguien me quiera.

Sí queridos... es así, no soy la mujer cruda, canchera, superada, que no me importa nada, y que parezco cuando salgo y voy ahí por la vida. 

No. 
Tengo un alma. Y por cierto, no está vacía.

Está carente de amor. No me acuerdo cuándo experimenté eso. 


Tal vez la culpa es mía, por no abrirme, o por rodearme de tontos despiadados.


Pero no creo eso.


Siento que es una moda, hoy, vivir así, y que como yo, muchos están sin encontrarse, desolados, perdidos en el mundanal ruido. O drogados y borrachos, viviendo una vida prestada, tapándose o escabulléndose en el vicio. O en el sexo frío. Incluso queriendo ahuyentar la soledad en la pantalla del celular de turno.

Otros se esconden tras la cirugía de moda, o la lámpara solar. Y otros se inflan de músculos y revientan las camisas. 
Pero ¿quién se mira cara a cara? ¿Quién es sincero?

Esto es un rompecabezas, y mientras das con la pieza correcta, te pasa de todo. 

Buenos, malos y más o menos. 
Toda variedad de almas. El tema es que todos necesitamos amor. El afecto es lo que nos calma la sed, nos nutre, y nos hace un poco humanos.

Sé que la Fé es preciso tenerla a raudales, y no pincharse. Pero a veces, te das cada zancadas.


Luego de la seducción, en ciertos momentos, me he encontrado hablando cara a cara. Como con Casado y Casadito, cuando todo se puso claro, y no había ya que seguir fingiendo, porque a nosotras no nos va los comprometidos. Ya bastante chasco nos llevamos con los solteros o separados, como para agregar un peso extra a la mochila. Y es ahí, cuando lográs hablar de alma a alma, y ver en la mirada del otro ya no más fingimiento, y conectarte de algún modo, así sea pasajero. Amistad pura, a eso me refiero.


También dicen que todo es cuestión de lo que tu mente piensa. De si te lo creés o no. O si te lo merecés o no.

Yo soy una caradura número uno para hablar con cualquiera. Pero no puedo contactar con los frívolos, los oscuros o los huecos.

Alguien tiene que haber que se muestre con el corazón y que se juegue a sentir, no sólo a tener sexo.

No digo que estén mal los polvos, pero la dulzura es esencial. Saber que del otro lado hay un ser humano. No negar la espiritualidad, ya que es lo único que nos eterniza y nos da esencia.

Pero todo tiene un límite. Y en algún punto siento que estoy llegando a ese límite. Necesito que alguien me quiera. Es así de simple. Ya no puedo seguir careteando el viva la pepa.


Un abrazo de verdad es el agua que está buscando mi cuerpo. Y se me está secando el alma, y no quiero descreer, pero en cada pérdida, la ilusión va perdiendo consistencia. Y siento mi fragilidad más expuesta, necesito que alguien me lleve en andas en este momento, porque no puedo más. No puedo más de esta manera. 

Vacío puro. Y un hueco inmenso que la soledad expande y moldea como quiere.

Tocar fondo dicen que es bueno. Pero ya no tengo pose para eso.

Necesito lo verdadero. Dure lo que dure. Porque sé que nada es eterno.



No hay comentarios:

Publicar un comentario