domingo, 25 de octubre de 2015

El león mostró sus garras

Un viernes inédito. Todo lo que planeamos se desarmó y calculo que ocurrió algo mejor. Por lo menos ese día, o más bien esa noche. Es como la Cenicienta, la magia dura hasta las 12. En nuestro caso, dura hasta que nos acostamos.

Sil me avisa a último momento que se le hizo tarde, que me acerque al punto de encuentro con Gaby por mi cuenta. No me quedó otra que contactarlo. Me sorprendió que viniera. Llegamos, y no había nadie. Me hizo el aguante en el auto. Mientras viajamos le eché una mirada que era más que mil palabras. No la aguantó y volteó. 
Esperando me preguntó que había comido, luego le mostré el celu nuevo, con esa lista negra que tiene anexado. Y después, sólo le apoyé mi mano en su mano. Me dice: "¿Tenés frío?". 
En eso, me llama Sil, que ha vomitado en el camino y que aunque se ha vuelto a la casa y ya se siente bien, no va porque se nos va hacer muy tarde si la esperamos.

Volviendo a mi ch♥fer, le dije que pensé que con todo el trabajo de este día previo a la elecciones, en que todo el mundo sale, quizá no hubiera podido alcanzarme. 
"Vine por vos..." me lo dice acentuando. Es un viaje tan corto, que a él no le rinde nada. 
Me despido de él sin que haya pasado nada. Sólo nuestras manos juntas, más bien un sandwich donde las mías eran las rebanadas de pan y la de él, el jamón del medio, sin probar tajada.

Ya en el auto de Gaby, la llamamos a Sil y al final, la esperamos. Aprovechamos para charlar sobre Taiana, a quien encontró a medianoche de la mano con otra mujer en el boliche costero, que ya no frecuentamos, pero que ese viernes ella tuvo la intuición de ir. Por algo era, en algún detalle él estaría distinto, como para ir a ver qué hacía. 
Como buen Virgo, le di mi opinión sin fritas. Distinto sería si el tipo se calentó con alguien a las 3 y media de la mañana. Pero a las 12.30, ya estaba previsto, esa era la chica de los viernes, y Gaby la de los sábados. 
Dice que a él le aseguró que no pasaba nada, y hasta se le cayeron las lágrimas. A veces, pensás: cuánta escena. Lo que valen son los hechos, no las palabras.  
Remato la conversación: "Si te gusta alguien, como pasó el otro día con Lija, dale para adelante". 
Gaby me dijo que lo mismo le había dicho su hermana, que no confiara tanto y que estuviera abierta a lo que se presentara. Taiana ya había mostrado la hilacha.

Mientras esperábamos a Sil, algo le dije en clave. No podía decir quién era el sujeto del ahora, porque aunque, en realidad, no pasaba nada, me estaba cautivando.

Ya las tres en Nuñez, yo iba realmente hacer sociales, tenía la cabeza en Jopo y como siempre me pasa, cuando me gusta alguien no le doy bola a nadie. La fidelidad en mí, nace del alma, soy así con todos, voy de uno en uno. Es imposible para mí dividir mi psiquismo para involucrarme con dos al mismo tiempo. Simplemente no puedo, calculo que es la naturaleza virginiana, transparente, pura, sincera a destajo.

En la vereda nos encontramos con Padua, el ex aproach de Sil, el doveriano del verano que se abrió de un día para el otro, sin siquiera notificarse. Aunque ahora, es todo así, a nadie le importa un huev..., las personas más que seres humanos, parecen fichas de dominó, por la manera en que se intercambian. Y cuando mostrás un poco de alma, salen corriendo...

Luego, adentro se sumó Clari, esquivando a un par de tontis, uno por psicópata, celoso y controlador, a quien por suerte dejó hace rato. Y otro, con quien tuvo un par de citas, luego un sexo tan récord, que apenas superó los diez movimientos. Pero el fulano, ni percatado, de su pobre papel en la cama, quería romance de nuevo. Lo despachó, y el petiso se buscó otra femme donde rascarse. Tan bien no le fue, porque al día siguiente, le estaba escribiendo de nuevo: "¿Qué hacés esta noche...nos vemos?". 
Clari me dice, que se calentó con la otra y quería sublimar con ella. Ni contestó el mensaje.

Apenas llegamos, aparece Lija de la nada. Parecía que la conversación que habíamos tenido con Gaby un rato antes, no era en vano. Todo se dio de tal modo, que ella se lo permitió. 
Sil me dice, que se la cruzó más tarde y que ambos, parecían fusionados, "eran una sola persona en el reservados". Sí, todavía existen esos pequeños lugares casi privados. Bien ahí, la rubia se merece otra cosa que un Taiana gastado.

No veía la hora de irme. Me crucé con Camisa, un reo con esa remera por la que no doy dos mangos. Todo bien, lo saludé, y él se quedó medio helado. El saludo, no se le niega a nadie...

Estábamos bailando y se aparece Padua, charlando los tres con Clari. Me cuenta que ha chocado, y que me salvo de no volver ya con él. Era así en el pasado, cuando volvíamos con Sil, con la música a los tacos, él cantando, a todo talón esquivando los autos por la autopista del Buen Ayre, y yo pidiéndole a la Virgen de que no chocáramos, porque él se había tomado todos los tragos.

Cuando le quiero escribir para que venga a buscarme, Padua metiendo los dedos en mi pantalla, no me dejaba textearle. Finalmente luego de varios intentos, decidí ir al baño para llamarlo, porque Padua no paraba de bromear con mi celu para que no pudiera mandar mensaje.

Arriba a Sil se le juntó el ganado. El Zorro custodiándola y haciéndole una escena por todo, mientras Nene Malo y sus secuaces andaban rondando. Padua, ya en el primer piso, para continuar con sus chistes, mientras ella estaba acaramelada con Z, Padua pasaba y le tocaba la espalda. Insólito.

El Hombre del Gel, me avisa que está en la puerta, así que salgo y me voy a mis pagos. 
No dudé en sentir su mano, y él en un acto de arrojo apenas movió el pulgar para acariciarme. Duró... un acto reflejo.

En cada llamada de los clientes, me decía "Perdón", para retirar su mano. Finalmente, opté por apoyarla en su pierna, pero estaba bastante incómoda, así estirada. Él, luego continuó con su mano en la palanca de cambio... no sé si quería que le tocara el cuádriceps en vez de los garfios. Calculo que estaba más cerca de la zona prohibida y más excitante. O quizá nada de eso, y ni quería tocarme.

Al llegar a casa, mientras buscaba las llaves, pensaba cómo iba a despedirme. Y ahí fue, nos besamos, etc. 
Entonces me dijo que teníamos que arreglar un día para vernos. Pactamos al día siguiente a las 6 de la tarde.

Pero no vino, y contestó mi mensaje "¿Venís?", dos horas después, "No". Mensaje que vi 21.30 ya que me quedé dormida con el trago amargo. 
Quise sacarme las dudas y lo llamé. Se excusó que lo llamaron para trabajar más temprando. "Lástima que no me avisaste" dije. Y él agregó, sin disculparse: "No me di cuenta".

Así que, como siempre, no entiendo nada. Una explicación certera me hubiera sido tan gratificante. 
No sé... No comprendo. Sigo con este karma de m...
A él no le importó avisarme. No hay vuelta. Además, tenía el celu apagado. Algo lo retractó, lo hizo cambiar de opinión. La verdad que no sé qué le pasará por la cabeza. 
Sólo estaba el deseo de estar juntos, sin rótulos, sin compromiso. Eso estaba super aclarado.

Esa tarde, antes de su ausencia, medité como todos los días, y como nunca me había pasado, se me aparecieron imágenes múltiples y algunas agigantadas de diferentes personas desconocidas. Sentí que tenía que ver con la oscuridad. Luego, con todo lo que pasó, sigo pensando como antes, que él viene bastante baqueteado, en el sentido de que su ex le sigue dando con un caño, magia oscura y esas cosas feas. Ojalá él me hiciera caso, en pedir Protección a los Seres Superiores: Dios, la Virgen o la Madre, como le gusta que la llamen, su Ángel de la Guarda, o Jesús. Es la única forma de protegerse de todos esos males.
 
 

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