viernes, 9 de octubre de 2015

Un ángel sin alas y sin aureola

Ayer luego de escribir ese texto tan down y tan sentido, me di el lujo de pescar a Peto Menahem en Metro y medio (FM 95.1). 
Creatividad y humor, delirante actor que te hace reír tanto por la lógica como por lo ocurrente. ¡Qué bueno ha sido! Lo más terapéutico del momento.

Ahí te das cuenta que tenés la posibilidad de elegir todo el tiempo, que las opciones abundan y que sólo lo social logra sacarte del termo en que a veces, te metés, luego de tantos pequeños nock-outs.

Es sencillo, hay un tiempo y un espacio para todo, y si bien, a veces, la tristeza tiene que asimilarse, está bueno dejarla atrás. Aclaro, que intenté comunicarme con la terapeuta de Gaby, y si bien lo hice, estaba de licencia por maternidad. Evidentemente, no tenía que ser con ella.

Por supuesto que no todo quedó solamente en esto. Algo de la acción tuvo que concretarse para cerrar el ciclo: ilusión-desilusión, apuesta y espera, verdad y bajón, angustia y tristeza, soledad y tocar fondo, más luego pasar al acto, para producir la asimilación de lo que no has podido entender en su momento. Esto implica, dejar a un lado el miedo, el que dirán, ser lo más cararrota posible, jugartela. Bancarte los resultados, y sobre todo, no esperar nada. Porque lo que hice, fue sin objetivo concreto, sólo curar la herida y que mi corazón se exprese. Para que alguien del otro lado del mundo se dé cuenta, que no todos somos seres descartables, que abajo de la piel y entre los huesos, los latidos no son al cohete.

Después de ese tobogán, y tirada de cabeza a la pileta, nada más que dormir, para recuperarme al día siguiente. 

Vamos a los hechos. A la noche, me comuniqué con el ángel perdido, y hoy me doy cuenta qué bueno fue perderlo. 

Lo tuve que hacer desde otro celu, porque del mío, supuestamente era imposible (me había bloqueado, el muy valiente). 
Luego, de unas idas y vueltas preguntándome quién soy, le dije que lo único que quería era despedirme bien, que no estaba en mi mejor momento, sino que me sentía frágil por un cúmulo de cosas que nada tenían que ver con él. 
El chabón perdía la paciencia, y se le notaba un humor de perros (¿por qué se dirá así, si los perros están siempre contentos?, pero este tipo no lo estaba por cierto). 
Finalmente me dí a conocer y de una manera bastante fría, a mi gusto, escribió un largo texto para explicar que hacía casi un mes que no estaba en Buenos Aires y que en este momento estaba muy abocado a remontar laboralmente. 

Pero más allá de todo, qué bueno que fue cerrar la historia, por más breve que haya sido. Decirse adiós, es tan importante. 

Y como dice Clari, la palabra siempre es sanadora, y yo era lo único que necesitaba. 
Comunicarse, en algún modo, calma, compone, pone parches al silencio. 
Y además, sin quererlo, con la forma en que se expresa la otra persona, te das cuenta que no era el hombre que habías idealizado, y que la onda que tenía en el pasado se había esfumado por completo. 
Quizá simplemente, porque antaño, había montado un personaje para seducirte, y no era su verdadera esencia.
Como dice Sil, los cancerianos son bien fríos, por cierto. Menuda muestra tengo con el padre de Julieta.

Este mediodía no tenía muchas ganas de salir (a la noche, me refiero), pero me he tomado las Flores de Bach desde esta mañana, porque no vale la pena seguir con el muro de los lamentos. 

No es que me lamente, como le decía hoy al carnicero, la queja no es mi estilo (bastante tengo ya con los pacientes). 
Pero sí, a veces, la angustia se siente, y tenés que explorarla, asimilarla, entenderla, y ver qué hacés con eso. Y ahora que lo pienso, quizá me sirvió para comunicarme con el ángel (sin alas y sin aureola), más que las que larga con las pitadas de su cigarrillo. 
Porque esta charla, era una cuota pendiente. Ya que si hubo personajes en este tiempo, desde que vengo saliendo, que me han llegado hondo, uno fue éste. 
No me pregunten porqué, pero hay gente que evidentemente conocés de otra vida. 

Antes de comunicarme, saqué un par de cartas del mazo de Osho Zen, y salieron "Curación" y "Abundancia". Este Osho siempre dando en la tecla.



No hay comentarios:

Publicar un comentario