viernes, 21 de diciembre de 2018

Cupido quiere acción

Hace días que ando desvelada. Calculo que ayer por los informes que me insumieron hasta después de la una de la madrugada. Porque cuando volví del gimnasio, estaba para ducha y cama.

Después de la clase de abdominales, caminé y corrí en la cinta. Cuando iba a velocidad (88 marcaba la máquina, no puedo especificar en qué se mide), se acerca uno que siempre me saluda de lejos «Hola, qué tal?». Claro, el tipo es educado, no como yo....
Entusiasmada corría, quizá por la música, quizá por la actividad anterior que me motiva; cuando me pregunta este fulano: «¿Todo bien con la velocidad?». Me reí y le dije «Sí, todo bien!», mientras corría hacia la nada. Entonces pensé: «¿Tan mal me veo?» pues el flaco debió suponer que toqué mal un botón y que no sabía cómo bajarme.

De lo que no sé cómo bajarme, es de vos... Porque anoche he vuelto a pensarte, tanto que me ha picado, apenas, la piel.
Me tomé un benadril, así de paso me venía el sueño.
Ese asunto que no me cierra, calculo que es lo que me brota.
Me transporté a ese momento tierno cuando estabas a mis espaldas, y luego esa remera tuya que nunca tuvo quorum, porque como tantas cosas más, me das, me quitás, y quién sabe lo qué sea bueno para mí, hoy no puedo analizarlo.

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