sábado, 15 de diciembre de 2018

Palabras imborrables

Me duermo.... es que anoche me desvelé. Fui a trabajar porque mi prima de San Luis me envió un Whatsap. Me habré dormido a las cuatro, y el despertador no lo escuché.

Ya en casa, bebiendo malta caliente. La Metro suena en la radio. En la tangente recuerdo el viernes pasado.

¿Cómo estarás, cómo serás realmente?

Las ondas del Uritorco interfirieron bastante. Graciela se durmió, no tenía señal y mis mensajes no le llegaban. Tuve que despedir al uber y esperar media hora abajo porque el timbre del portero eléctrico no funciona. Dice que no depende de ella arreglarlo, sino de la administración del edificio. Pues bien, su celular daba en el contestador, y le dejé dos mensajes. Conté lo que sucedía al grupo de Whatsap de secundaria, sitio donde siempre nos ayudamos, y Mily me pidió el contacto para intentar comunicarse. Mily vive en Pilar, es muy pata!. Lo último que se me ocurrió fue llamar a Gabi. Me atendió media dormida, y gracias que sabía su teléfono de línea, llamo a Graciela, y logró despertarla.

¿Dejaste la pulsera en Baires?

A la vuelta, casi me voy sola porque no la encontraba. Dos sujetos me ayudaron a buscarla. Me pidieron besos, pero no besé a nadie.

Cuando llegué a la vereda, apareció Graciela. Un flaco que conoció, nos trajo hasta su casa.

Es un lindo día de sábado. Creo que iré a la odontóloga, y a visitar a mi madre, así se pone bien. ¡Qué voz dulce tiene la tuya!

Me pregunto porqué tuviste que estropear todo con ese comentario.

Ojalá sanes. Estás en mi grupo de oración del Whatsap de secundaria, desde hace tres días. Es milagroso.
Y estés o no estés conmigo, quiero lo mejor para vos.

También puse a mi paciente, después de escuchar a María del Cerro, que se animó a hablar por Thelma, pensé en esa posibilidad, de que ella hable, y el juicio se aclare.

Dios siempre nos escucha, y a mí me gustaba escucharte.

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