sábado, 17 de enero de 2015

Con los pájaros volados

A último momento, cambio del sitio de reunión, ya me subí al caballo, porque esta noche quiero salir, llamo y me atiende Richard, debe notar que estoy un poco exasperada, le explico que hay mucha densidad (energética) en Capital, y que vuelvo agotada. Si fuera que nada más voy ahí, pero a medianoche tengo que arrancar nuevamente para la city porteña. Pero corto la llamada, y sigo loca, atacada, mi hija me dice Jovencita calmate, muero de risa y le digo como siempre: Vos fuiste mi mamá en otra vida.

Tengo que bajar un poco, me doy cuenta que no he tomado las flores hace unos tres días, y hoy las necesito. Razón para estar así, hay una muy puntual, pero no tengo ganas de expresarla aquí. Aunque es más que obvio. 

Su rostro se me aparece, pero ya está disminuyendo. Los síntomas seden con el tiempo. El sol está potente, es el único que puede abrazarme en este momento con sus rayos.

Esta mañana para estar más tranqui me he puesto a leer los mensajes públicos de Meditación, y eso también es como un bálsamo. Ahí te das cuenta que hay cosas más importantes que un affair, que la profundidad de nuestro existir tiene otros cánones, pero también necesito de esto, no lo niego, estoy en este mundo y como somos seres emocionales, esto siempre está en juego.

Me pregunto si pasaré un instante por tu cabeza, o si en tu moto al viento, la brisa ya me voló de tus pensamientos. 

Sil ya está en Córdoba con su hija. Por diez días largos, sin compañera de ruta. Todo bien, hay que disfrutar. Yo sigo dudando si me voy o me quedo. Ver el mar y caminar por la playa húmeda es para mí como un remedio. Juli dice que esperemos, que prefiere pensar más a futuro y tener el auto primero.

Me iría a nadar un rato, y después partiría para la reunión en Capital porque tengo los pájaros volados. 


Quiero un universo mejor,
un amante que me quiera,
que me cuide,
que me extrañe.
Que sepa que soy inigualable,
transparente, fiel,
adorable.
Que pueda abrazarme
todas las mañanas,
que sepa mimarme
todas las noches,
que se duerma a mi lado
y que compartir su tiempo
conmigo
sea su destino,
su preciado tesoro,
su latir constante,
porque no le voy a fallar.
Quiero ser su sol 
en el firmamento de su pecho,
su luna
en las estrellas de sus ojos,
su bosque
cuando necesita tranquilidad,
y el cantar de los pájaros 
al amanecer
cuando sienta soledad.



No hay comentarios:

Publicar un comentario