viernes, 16 de enero de 2015

La edad no tiene importancia

Ayer, dos sesiones por teléfono, la nueva modalidad, una de Argentina y otra de Alemania. Es cómodo, efectivo, y sirve para ayudar a distancia.

Con respecto al hexagrama del I Ching, la espera de los chinos, ni con ritual del té, puedo asemejarla. 
Me duele el ojo derecho, no sé si tengo que renovar la lente de contacto, es posible, quizá así vea mejor a los hombres que se me acercan... digo para no equivocarme tanto. 
Es un chiste, si así es la vida, te cruzás con alguien y después no sabés lo que va a pasar, y tampoco vas a dejar de vivir por eso. Lo importante es no atarse, no tener expectativas, si tiene que venir, vendrá, y si no... otra vez a girar la rueda del destino.

Anoche nos quedamos con Sil hablando por teléfono desde que volvió de ver al pelado, y colgué el tubo a las 4 de la madrugada. Le resultó bastante frívolo, y él quedó enganchado, ella un poco desilusionada: no todo lo que reluce es oro. 
Cómo son las cosas del destino, yo conozco un dulce, y ya no lo veo; y ella conoce un "oscurito, pura apariencia" que demostró su parte bastante zarpada, y ahora se copó con la tranquilidad de la maestra jardinera. ¡Qué mundo desigual! 

Y la verdad es que las dos, tenemos ganas de olvidarnos de los boliches y estar con alguien. Lo cual no parece nada sencillo en estos tiempos modernos.

Siento algo así, como que si pudiéramos conectarnos de corazón a corazón entre los seres humanos de este planeta, serían tan distintos los códigos y tan nobles los resultados. 
No perderías el tiempo, y menos la fé. Como escribió el galán hueco de mi amiga, en su estado: "Próxima estación: Esperanza". Menudo mensaje subliminal ante tanta metida de pata. Le digo: El tipo quedó muerto con vos... lástima que va a necesitar respiración boca a boca, porque con las macanas que se mandó, se hundió solo y ahora no sabe cómo remontarla.

Pensar que éste, que tiene sus años, de maduro no tiene nada. Y el otro, al que mi corazón refiere, que es más chico, habla que no parece la edad que tiene.

Por eso digo, una y mil veces, la edad cronológica no tiene nada que ver en cuanto a tener las fichas bien puestas, y en lo que a sentimientos se refiere. Por eso, a mí no me pregunten nada, ya saben que no miento, así que si quieren saber cuánto tiempo llevo aquí en el planeta, se van a quedar con las ganas.




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