sábado, 3 de enero de 2015

Si cierras los ojos, es tu propia oscuridad la que no te deja ver

Hago una pausa entre capítulo y capítulo. Tengo que respirar y digerir la historia que cuenta de cada tipo. Creo que estoy removiendo cosas, sanadoramente. Cuando mi mente hace un stop, mis asociaciones inconscientes van sellando archivos de hombres desprolijos y de los otros, quizá de los que no les he dado una oportunidad.

En eso suena el teléfono y preguntan:

-Hola ¿está Pablo?
-No, equivocado

Cuelgo y digo en voz alta: "Si estuviera Pablo, no estaría saliendo a los boliches". Mi hija me escucha desde el piso de arriba, y se ríe.

A propósito, ayer me whastasapeó el patovica a mediodía. A la tarde, me llama al celu. Atiende Juli porque yo estoy a las corridas ya que tengo un paciente me espera en el consultorio. No sé qué le pregunta, y mi hija duda. Tomo el teléfono y le digo que estoy a los p... (nunca uso esta frase, pero esta vez me salió) que me estoy vistiendo, que un cliente me aguarda. 
Me causa gracia, porque sin quererlo con él aplico todo lo que indica la pelí "La cruda verdad": cortarle, no poder atenderlo, no contestar todos sus mensajes, y sigue llamando.

Ayer compré unas hojas de colores en el shopping, ya que por casualidad pasé frente al negocio, y me acordé que tengo que hacer una presentación para difundir este blog. Ahora tengo qué ver cómo lo imprimo para que tenga un formato agradable y atractivo.

Anoche me llama Ro, super enojada por cómo le fue en la reunión de Meditación, a la que no asistí porque tenía que trabajar, a Dios gracias. Ya que algo me intuía que iba a ser para kilombo. Me cuenta con detalle, una a una, las cosas que le desagradaron. Yo me reí y mantuve la calma, había que hacerla bajar, y le dije ¿Por qué te enojás tanto, por eso?. Eran todas verdades, a veces, subjetivas, otras a medias, y otras ciertas. El tema era porqué se enganchaba y le daba tanta trascendencia. 
Tuvo que cortar la comunicación de repente y me llamó al rato. Está más tranquila, ha bajado un cambio, me alaba, me dice que soy una genia, que me agradece. Le digo que medite, que yo ya he pasado por ello, enojándome por pequeñeces que no hacían más que sacarme de eje y desequilibrarme, que medite con la Madre, que no se enganche, y que la quiero mucho. Después de todo con sus virtudes y sus defectos, es mi amiga. Y a mí, tanto me han socorrido, en este aspecto de trabajar mi ego, que algo he aprendido. 
Igual todavía me falta, me falta mucho. Siempre hay cosas para limpiar. Lo importante es el intercambio y darnos una mano. La Luz debe ganar ante todo, no podemos trastabillar por un poco de oscuridad, porque si no vemos, es porque nosotros también nos ocupamos de "cerrar los ojos" (nuestra propia oscuridad hace eco en lo que viene desde afuera). Por eso, hay que estar muy atentos. El amor (universal) siempre gana, si advertimos las trampas de nuestro propio ego.




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