jueves, 15 de enero de 2015

Transformar la espera en certeza

Ayer cuando terminé de atender, pensaba ir al club, necesitaba nadar, despejarme, pero ya había levantado viento y estaba fresco, así que nos quedamos. 
De todos modos, me colgué con Clarisa hablando, es un placer nuestras charlas. Devanamos deducciones, raconto del día clave. Ella no paraba de toser, una mezcla de resfrío y pucho. Me explicó que lo de la puntada debajo del pecho que tuvo, es clásico de los fumadores, que a ella también le ha pasado. Le cuento que él me ha preguntado si nunca he fumado. Ante mi negativa, le digo no me gusta contaminar mi cuerpo con humo. Recién habíamos llegado, él estaba sentado en la cama y yo de pie frente suyo, mientras se quitaba el reloj y elegíamos la música. Luego, me pregunta:

-¿Y con qué lo contaminás?
-Y con lo dulce... aunque cuando me enamoro, adelgazo, se me va el hambre

Después me fundí en su abrazo, en sus besos, y ya no me acuerdo de nada.

La gata me ha despertado temprano como siempre. Me mordisquea la mano, me toca, ensaya un maullido suave, no sabe cómo hacer para que me caiga de la cama. Finalmente lo logra, y al pasar por el pasillo, abro la bolsa de su alimento, y le doy un puñado, mientras enfilo para el baño.

Después tiro el I Ching, antes del café, para que me calme un poco. Del hexagrama 9, por la línea sexta que es la significativa, se desdobla en el N°5, y me encanta lo que describe éste último. Refiere al signficado de "la espera" que tiene para cada hemisferio, o sea, los conceptos culturales que cada etnia adquiere. 

Para los occidentales, la espera es vivida como duda, apostando si tal cosa sucederá o no. En cambio, para Oriente la espera es un tiempo de preparación, en el sentido de estar calmo y en posición para recibir. 

Asimilar este concepto de esta manera, me aporta mucha paz, me da una tranquilidad como si fuera un bálsamo, y así empezar el día con otra mirada, la de los chinos, como si hiciera ese ritual del té, o viéndolo desde Occidente, con esa seguridad de actor de película, el ganador, que mira su reloj, mientras saborea un whisky, esperando a su presa.



P.D.: Transcribo la cita del libro de los cambios:

"Hay una segunda lección que nos allega este hexagrama y se refiere a la espera en general, la espera que no es un mero paréntesis entre el presente y el acontecer esperado, sino que es el ligamen con aquello que se espera.
Los chinos son maestros en el arte de esperar, y la idea de espera del Libro de las Mutaciones viene a ser diametralmente opuesta a la occidental. En occidente, la espera suele ser fuente de desesperación, de inquietud y de ansiedad, porque en realidad se espera algo que se ignora si se producirá o no. En verdad, no se espera: más bien se ejerce la duda. Se "apuesta" al evento incierto.
La espera de que trata el I Ching es más bien una preparación para recibir"  (Del libro del "I Ching", versión de Osvaldo Loisi, hexagrama N°5)

En la versión del I Ching de Will Adcock, la fotografía del hexagrama 5, "La espera", es la de un ave, parada y tiesa, sobre una rama al borde del río, esperando con paciencia y certeza, a su presa.



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