jueves, 22 de enero de 2015

Ayudamos a las cosas, pero definimos entre todos

Me acabo de despertar en la noche, en el medio de un sueño. Voy al baño y vuelvo para escribirlo, si no mañana habré perdido la mitad de la información que ahora recuerdo.

Yo escribía el guión. Pero resulta que al escenario, la escena se producía, según él había modificado el texto. ¿Quién era él? Un compañero de mi hermano de hace mil años, que simboliza, en realidad, una persona importante para mí en el presente. 

Sigo con el sueño: entonces, mi sobrina Lu, se ponía a leer el texto, como si estuviera leyendo en voz alta, un artículo de mi blog. Y ahí, al escucharla, me daba cuenta, que leía mis pensamientos, que se mezclaban  párrafo a párrafo, con los de él. Como si fuera que en cada punto aparte, cada quien, es decir, él y yo, empezara su texto, y quedaran entremezclados, uno a uno. Pero los que leía, mi sobri, eran sólo los míos, y en algún punto, la hacía callar, para que no me dejara expuesta.

Luego, yo apagaba la luz, ya acostada. Y a mi costado, él prendía un cigarrillo, pero como si estuviera en otra cama, contigua a la mía, en ángulo recto. 
Ahí, me di cuenta, quién era en el sueño, cuando luego de encenderlo, me tomaba de la mano. Casi tal cual. había pasado hace una semana  y pico. 

Quien reemplaza a mi protagonista en el sueño, era un amigo de mi hermano de antaño, que cuando yo era adolescente, siempre estaba ahí, tranquilo, suave para hablar, tierno y contenedor en su mirada. Me acuerdo que él también fumaba, como mi bombón actual.

Ahora, paso a la realidad, algo que sucedió hace un montón de años: un día que volví del colegio, nos quedamos con este fulano solos en la siesta. No sé si él se dio cuenta de lo mal que estaba, que me preguntó qué me pasaba. Le dije, a él, primero que a todos lo que había ocurrido, y que por favor, no contara nada, sobre todo a mis viejos, que aún no lo sabían. 
Me había llevado siete materias. Era 4° año de industrial, yo venía de cambiarme de escuela, había hecho los primeros tres años de secundario en un comercial, exigido pero tranqui. La escuela técnica era otra cosa, ahí conocí realmente lo que era la exigencia. Mi gusto por seguir química me había costado caro, ahora además de tener  que rendir las equivalencias, mi "vida" pendía de un hilo, porque jamás me había pasado, lo máximo que me había llevado eran tres materias en primer año, porque me parecía una tontería la materia caligrafía, así que ese cuaderno estúpido, como lo llamaba, me había dispuesto a hacer menos de la mitad, porque para mí era una pérdida de tiempo. A esto se sumó matemática, y no sé cuál otra asignatura, no la recuerdo. Pero me curé de espanto, y luego estudié cada año, y así aprobé todas en 2°, aunque en 3° la gorda Alonso me hizo llevar geometría, por cincuenta centésimos. 
Recuerdo que este pibe me dijo, que no me preocupe, que me quedara tranquila. Lo decía con una paz que para mí era inexplicable, pues yo no sabía cómo iba a decirlo en casa. 

Finalmente me encerré en mi pieza por 15 días entre los libros, los apuntes, las carpetas, que me rodeaban por doquier, todo por decisión propia, no por mis padres. Por mi orgullo, no podía permitirme repetir, y así lo hice, rendí casi todas en Diciembre y en Marzo me quedaban tres, así que al toque, aprobé 4° año. 
Luego, en 5° y en 6° tuve las mejores notas, me la pasé estudiando, previendo lo duro que venía la mano.

Volvamos al sueño. Es todo tan fuerte. Me desperté cuando sentí su mano. Y lo que me quedó como síntesis, más bien como decante, luego de pasar por un filtro metafórico, es que yo puedo escribir lo que quiera, pero el guión lo redondea él, a su modo. 
Algo así, era en el sueño, como que él me daba el texto, para que yo a último momento, antes de salir a escena, los acomodara, les diera forma, a mi estilo. Pero la verdad, es que yo no definía nada, porque lo que pasaba, sucedía cuando se levantaba el telón. 
Toda la puesta en escena, dependía más de lo que éste pibe había hecho con el texto, que lo que yo había escrito. Es decir, partes mías estaban, pero se definían de tal manera, como él lo había cambiado y acomodado a su gusto, en el último momento. 
Por lo tanto, la obra de teatro en sí, era para mí, una sorpresa. No sabía cómo iba a desarrollarse, y lo iba viendo de momento a momento.

Se preguntarán porqué sueño con otro, y no con quien deseo. Es porque la característica del soñar, es que la conciencia no soporta ver ciertas cosas o personas, por eso el inconsciente las disfraza, y te las muestra, a través de otras personas, es decir, las reemplaza, y nosotros como psicólogos, sabemos interpretar esto. 
Por eso, el compañero de mi hermano, con las características que presenta, en cuanto a su esencia y a su forma de ser, están simbolizando a este sujeto, que en estos días tengo en la cabeza.

Moraleja: yo puedo intentar hacer mis jugadas, como lo he hecho anoche, pero las cosas se desarrollarán como él quiera, o como Dios lo tenga en sus planes. Nada menos que eso. 
Menuda tarea, y menudo suspenso, es la espera. Ahora recuerdo que en Meditación, vi que las cosas que tenía que modificar eran: la ansiedad, la postergación, el aislamiento, la parte social, no dar tantas vueltas y concretar las cosas. Algo así, más o menos recuerdo. Cuánto de eso, está en juego en este sueño y en mis acciones.



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